Si Sudán quiere cumplir las metas de desarrollo del milenio debe dar a las mujeres protagonismo en los asuntos políticos del país, empezando por el dificultoso proceso de paz, concluyó una reunión celebrada en la capital de Kenia.
Los ocho Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Milenio se proponen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre e indigencia, disminuir la mortalidad infantil y materna, combatir el sida y otras enfermedades y asegurar la igualdad de género, entre otros propósitos, con un plazo establecido en 2015.
Un acuerdo de paz firmado en enero puso fin a más de dos décadas de guerra civil en el sur de Sudán, pero la provincia occidental de Darfur sigue plagada de violencia por enfrentamientos entre el gobierno y los rebeldes del Ejército de Liberación de Sudán y el Movimiento de Justicia e Igualdad.
Las conversaciones de paz sobre Darfur auspiciadas por la Unión Africana se retomarán el 15 de este mes en Abuja, Nigeria.
"Es difícil progresar hacia los Objetivos, a menos que se efectúen esfuerzos sustanciales para terminar el conflicto en Darfur. Pero es importante que las mujeres también se sienten a negociar la paz en Abuja, junto con las otras partes", dijo Nyaradzai Gumbonzvanda, directora en África Oriental del programa regional del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer.
"Son las mujeres quienes han ostentado la responsabilidad de promover la reconciliación en el ámbito local. Son las mujeres las que reciben a los refugiados y ex combatientes durante la guerra", dijo Gumbonzvanda.
"Las mujeres deberían estar en la mesa de negociación de Abuja, de acuerdo con la resolución 1.325 del Consejo de Seguridad de la ONU", manifestó en la reunión del nueve de este mes en Nairobi, que se centró en la implementación de las Metas del Milenio en Sudán.
La resolución 1.325, aprobada el 31 de octubre de 2000, fue el primer intento del Consejo de abordar la cuestión específica de la guerra y sus efectos en las mujeres, así como el papel que ellas debían jugar en la finalización del conflicto.
Los combates en Darfur se iniciaron a principios de 2003, cuando el Ejército de Liberación de Sudán y el Movimiento de Justicia e Igualdad lanzaron ataques en protesta por el abandono del gobierno en esa área. Jartum, dominado por árabes, reaccionó atacando a las etnias negras fur, masalit y zaghawa, vistas como base de sustentación rebelde
Jartum también es acusado de respaldar a milicias árabes ilegales conocidas como "Janjaweed" (hombres a caballo) que llevan a cabo una persecución sistemática a miembros de esas etnias.
Alrededor de 300.000 personas han muerto en el conflicto de Darfur, y más de dos millones fueron desplazadas. El año pasado, Estados Unidos calificó la situación como un genocidio.
Las luchas en el sur de Sudán provocaron mayores desplazamientos. Aproximadamente cuatro millones de personas han sido obligadas a abandonar sus hogares, mientras otros dos millones murieron durante el conflicto entre el gobierno y los rebeldes del Movimiento/Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán.
La zona también ha sido plagada por la guerra en muchos aspectos: carece de carreteras asfaltadas, agua potable, escuelas y hospitales.
"El Sudán meridional, y especialmente las mujeres, las más afectadas, tienen urgente necesidad de ayuda financiera para reconstruir las instalaciones más elementales", señaló Gumbonzvanda.
"Esperamos que los fondos de los múltiples donantes para la reconstrucción del sur se basen sobre una política de puertas abiertas que permita el ingreso de las mujeres y el acceso a los recursos", agregó.
En una reunión celebrada en abril en Oslo, los donantes internacionales lograron recaudar 7.800 millones de dólares para la reconstrucción de Sudán. Una cantidad sustancial de ese dinero sería destinada al sur.
"La educación es la prioridad. Hasta ahora, nuestros niños están estudiando bajo los árboles. ¿Cómo se puede obtener educación si no hay escuelas?", se preguntó Mary Abiong, presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres de Sudán del Sur, que integra la Comisión para las Mujeres, Género y Bienestar Infantil del Movimiento/Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, ahora integrado al gobierno interino.
"Necesitamos escuelas tanto para nuestros niños como para nuestros adultos. Una gran cantidad de adultos son analfabetos, la mayoría mujeres", agregó.
Según un informe efectuado en 2004 por el Centro para las Estadísticas y la Evaluación Nuevo Sudán y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, el analfabetismo adulto en Sudán meridional comprendía en 2001 a 88 por ciento de las mujeres y a 63 por ciento de los hombres.
El Centro Nuevo Sudán también forma parte del Movimiento/Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, que luchó por la autodeterminación religiosa y política del sur, de mayoría negra y con predominio de cultos africanos tradicionales, respecto del norte, donde se concentra la población árabe de religión musulmana.
Keziah Layinwa Nicodemus, líder de la Comisión Mujer y Género del Movimiento/Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, se manifestó de acuerdo con un sistema de cuotas en la representación política de las mujeres, pero advirtió que esto no puede darse como resuelto.
"Nos han dado 25 por ciento de las bancas… en la Constitución del Sudán meridional. Pero tenemos que presionar para hacer esto realidad. Sudán es un país de hombres y nosotras tenemos que trabajar duro con el apoyo de la comunidad internacional para entrenar a las mujeres en liderazgo", dijo.
"Necesitamos más mujeres para una base más sólida, leyes que aborden temas como la violencia de género, que nos afectó durante 21 años de guerra y todavía está dañando a las mujeres en el actual conflicto en Darfur", declaró.
Según un informe publicado este año por la organización de derechos humanos Amnistía Internacional, la violación es usada como arma de guerra en Darfur.
"Las fuerzas armadas y los miembros de las milicias violaron a miles de mujeres, y decenas de miles sufrieron otras violencias y el desplazamiento forzoso en el conflicto", señaló el documento, que evalúa el estado global de los derechos humanos.
"Las mujeres eran violadas durante los ataques y frecuentemente secuestradas para esclavizarlas sexualmente durante días o meses. Las mujeres siguieron siendo violadas en las afueras de los campamentos de desplazados internos", agregó el informe.
La reunión de Nairobi precede a la Cumbre Mundial de la ONU, que se realizará en Nueva York entre el miércoles 14 y el viernes 16 de este mes para examinar la distancia entre el mundo real y los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, acordados en 2000.