Crece el temor en la población de Siria a ser blanco de sanciones internacionales, cuando aumentan las acusaciones de Estados Unidos por la ayuda fronteriza a la insurgencia iraquí y avanza una investigación sobre el supuesto vínculo de Damasco con el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri.
El presidente estadounidense George W. Bush dejó más claro que nunca esta semana, en distintas declaraciones, que veía a Siria como una importante fuente de inestabilidad de Iraq. Al mismo tiempo, no ocultó su convicción de que Damasco estaba involucrado en el crimen en febrero del ex primer ministro libanés.
El atentado que acabó con la vida de Hariri desató una ola de indignación popular contra Damasco y el gobierno libanés prosirio, que a la postre cedió a las presiones y cayó. Las manifestaciones pusieron fin a los 29 años de fuerte presencia militar siria en Líbano.
Un equipo de investigadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que conduce el proceso por el crimen tiene previsto interrogar a las autoridades sirias la próxima semana.
Detlev Mehlis, quien preside el equipo, mantuvo una primera ronda de conversaciones en Damasco para ajustar los detalles de los interrogatorios. El funcionario admitió que hubo algunos "problemas" con la cooperación siria en la investigación.
Los habitantes de Siria son en especial aprensivos sobre los efectos que puede tener una investigación de la ONU. Muchos hablan de un "escenario a lo Iraq" y de que el país puede ser castigado con sanciones internacionales. Temen no poder acceder a bienes extranjeros y que se les limite su derecho a trasladarse a otros países.
"Todos saben que (las eventuales sanciones) estarán dirigidas hacia los peces gordos, pero será la gente común la que se verá afectada", dijo a IPS Marwan Kabalan, del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Damasco.
Por su parte, el analista estadounidense Joshua Landis, radicado en Damasco, sostuvo que las reformas democráticas en marcha en Siria se pueden ver obstaculizadas por esta investigación, ya que las autoridades estarán demasiado ocupadas en defenderse ante el equipo de la ONU.
Estados Unidos agravó estos temores la última semana. El embajador estadounidense en Iraq, Zalmay Khalilzad, acusó a los sirios de colaborar con la insurgencia iraquí.
Pero el verdadero peligro puede venir de la investigación de Mehlis, que sigue la pista de los principales dirigentes libaneses pro-sirios.
Los cuatro principales jefes de los servicios de seguridad libaneses durante la ocupacion siria fueron acusados el mes pasado de complicidad en el asesinato de Hariri. Muchos en Damasco creen que estos militares no pudieron haber actuado sin colaboración siria.
El periódico Al Thawra, controlado por el Estado, repitió la afirmación del gobierno de que los enemigos de Siria se aprovecharían de la investigación de la ONU para afectar al país.
El diario dijo temer "que la misión Mehlis se politice (à) para lograr objetivos que amenacen la seguridad de la región y su futuro" y aludió en especial a la influencia de Israel.
Mientras, el periódico libanés AsSafir informó el lunes que "Estados Unidos y Francia acordaron aumentar la presión contra Siria".
Los temores en la población aumentaron cuando el presidente Bashar Assad canceló su plan de asistir a la Cumbre Mundial 2005 en la sede de la ONU.
El mandatario explicó que prefería permanecer en Damasco para seguir de cerca las investigaciones sobre el asesinato de Hariri, pero tomó la decisión en medio de rumores de que sería desairado por varios líderes mundiales en Nueva York.
Landis dijo que varios funcionarios de gobierno se asombraron ante la decisión de Assad. Temen que la investigación pueda "encerrar" a los líderes sirios como le ocurrió al derrocado presidente iraquí Saddam Hussein.
El presidente libanés Emile Lahoud, pro-sirio, participa de la Cumbre de la ONU a pesar de haber sido duramente criticado. El jefe de la seguridad personal del mandatario, Mustafa Hamdan, es una de las cuatro personas acusadas de estar vinculadas con el homicidio.
"Siria cooperará en todo con el comité de investigación internacional y le ofrecerá todas las facilidades posibles. Siria está muy interesada en mostrar la verdad sobre el asesinato de Hariri", subrayó la agencia nacional de noticias SANA.
Pero un diplomático occidental en Damasco señaló que el gobierno sirio quizás no se ha dado cuenta aún de la importancia de cooperar en todo con la investigación de la ONU.
Por su parte, un analista político sirio indicó que "una nueva guardia" está gobernando el país y sus integrantes "no entienden nada" de política exterior. Además, alertó de que "arruinarán la cooperación con el equipo de la ONU".
El diplomático occidental señaló que el gobierno de Siria podría "zafar del gancho de Mehlis" haciendo más para evitar que se ayude a la insurgencia iraquí a través de la frontera y expulsando a las facciones militantes palestinas de Damasco, pero ha hecho "muy poco y demasiado tarde" y "está cosechando lo que sembró".