El confinamiento y la muerte de 112.000 serbios de origen alemán a manos de los partisanos yugoslavos luego de la segunda guerra mundial se discute por primera vez en Serbia con la divulgación de archivos secretos y un homenaje al que asistieron sobrevivientes expulsados a Alemania en 1948.
Los serbio-alemanes estiman que 112.000 personas murieron en el campo de concentración de Vojvodina, norte de Serbia, entre 1944 y 1948.
El documento desclasificado revela que el general Iván Rukavina, líder de los partisanos que liberaron al territorio de las fuerzas alemanas en la segunda guerra mundial (1939-1945), ordenó a tres unidades militares "reunir urgentemente a toda la población masculina alemana de entre 16 y 60 años y enviarla a los campos designados para su permanencia colectiva" en el área de su jurisdicción.
Pero no sólo los hombres fueron llevados al campamento de Vojvodina. Miles de niñas, niños, mujeres y adultos mayores terminaron hacinados en barracas, donde murieron de fiebre tifoidea y de otras enfermedades. Los sobrevivientes fueron expulsados a la sureña provincia alemana de Baviera en 1948.
La orden de Rukavina, fechada el 29 de noviembre de 1944, selló el destino de unos 480.000 civiles serbio-alemanes que aún vivían en la provincia de Vojvodina.
La frase "Muerte al fascismo, libertad al pueblo", que los habitantes de la entonces Yugoslavia solían proferir luego de la expulsión de las tropas nazis, era más que una consigna. La misma aparece en el archivo desclasificado.
Poco antes, el 11 de noviembre de 1944, el gobierno provisional de los partisanos yugoslavos había retirado a los serbio-alemanes de sus derechos civiles, bienes raíces y otras propiedades. En ese momento había más de 800.000 serbios de origen alemán en el país.
Las propiedades de los alemanes fueron a manos del Estado. El control de las fábricas y pequeñas empresas fue asumido por el gobierno comunista. Quienes a causa de la guerra habían quedado sin hogar, fueron albergados en propiedades de los alemanes.
Extensos predios rurales de la minoría de origen alemán en la fértil región de Vojvodina fueron divididos en pequeños lotes y distribuidos entre campesinos pobres. La estructura étnica de la provincia se transformó.
Esos cambios terminaron con la prolongada presencia alemana, que databa de más de tres siglos antes, cuando los alemanes fueron alentados por el entonces Imperio Austro-Húngaro a establecerse en Vojvodina. La zona limitaba con el Imperio Turco, y eran pocos los que querían poblarla, por temor a eventuales incursiones turcas.
Muchos alemanes que nacieron y crecieron en Vojvodina y pasaron por sus campos de concentración han regresado desde Baviera para visitar su tierra natal, pequeñas aldeas como Backi Brestovac, Vrsac, Kula, Vrbas, Bac y Apatin.
Los serbio-alemanes de Baviera afirman que en total murieron 112.000 personas en Vojvodina. Y proporcionan nombres, fechas de nacimiento y circunstancias del fallecimiento de cada víctima.
Un servicio (religioso) conmemorativo se llevó a cabo en la aldea de Knicani, en Vojvodina, donde funcionó el campamento más grande. Para muchos de los supervivientes y deudos que asistieron al homenaje, fue su primera visita desde los años 40.
"Esta es una oportunidad para recordar, pero también para perdonar", dijo a IPS Herbert Heinz, de 77 años, en un serbio perfecto pero algo anticuado. "Estamos felices de poder volver aquí… No es una búsqueda de venganza o compensación, estamos demasiado viejos para eso".
"La segunda guerra mundial terminó con 300 años de una civilización y una cultura" en Vojvodina, dijo a IPS el historiador Zoran Ziletic. "Y nunca nadie dijo 'lo lamentamos'", agregó.
En Serbia y en todas las repúblicas de la ex Yugoslavia, la cuestión de la minoría de ascendencia alemana fue tabú durante seis décadas. Una Asociación para la Cooperación Serbio-Alemana se estableció tras la caída del régimen comunista, en 2000.
Pero todavía se mantienen los prejuicios de la era comunista, por lo menos en lo que se refiere a la minoría alemana. Muchos historiadores evocan el compromiso de los serbio-germanos con la invasión nazi. "Miles de jóvenes alemanes se unieron a las fuerzas de ocupación", escribió el historiador Simo Kostic en el diario Politika.
"El archivo que las tropas ocupantes dejaron atrás mostró que la evacuación de por lo menos 90.000 hombres al servicio de la Wermacht (el ejército alemán) fue llevada a cabo meticulosamente en noviembre de 1944. De modo que los (serbio-)alemanes decidieron partir por sí mismos", continuó Kostic.
"Y en los campos colectivos a los que fueron llevados los demás, las circunstancias eran las mismas que prevalecían en el resto del país, que estaba económicamente devastado", justificó.
Otros historiadores ajenos a la presión de la ideología tienen un enfoque más realista. El recuerdo de la aventura de los serbio-alemanes "no es un asunto de ideología, venganza ni nada por el estilo", dijo a IPS el historiador Todor Kuljic. "Es cuestión de justicia histórica que debería ser honrada", puntualizó. (