Justo cuando paseaba por el continente sus logros en salud, alimentación y educación de adultos, el gobierno de Venezuela fue sorprendido por las muertes casi simultáneas de cuatro pacientes por falta de oxígeno en el gran hospital público Los Magallanes de esta capital.
El ministro de Educación y coordinador del gabinete social, Aristóbulo Istúriz, sostuvo que 17 de los 26 millones de venezolanos se han beneficiado en los últimos dos años del programa Barrio Adentro de atención médica primaria en zonas pobres, que emplea a 15.000 médicos cubanos y entrega gratis 120 tipos de medicinas.
Istúriz y su colega de Salud, Francisco Armada, viajaron en julio a la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en Santiago de Chile, para protestar por la evaluación que la Cepal hizo del cumplimiento venezolano de los Objetivos y Metas del Milenio.
Esa plataforma, adoptada por la Organización de las Naciones Unidas en 2000, contiene propósitos específicos para abatir la pobreza y la desigualdad en todo el mundo.
Por ejemplo, en salud, una meta es reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, las muertes de menores de cinco años, eje de la mortalidad infantil.
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Según la Cepal, en Venezuela ocurrían 25 muertes por cada mil nacidos vivos en 1990, mientras en 2003 eran 17,3 por mil.
Uno de los fallecidos en Los Magallanes el 24 de agosto era una niña de una semana de edad. "Nació prematura, y recorrimos cinco hospitales hasta llegar aquí. En los otros hospitales no la aceptaron porque no tenían incubadoras", narró su padre, Román Giménez.
La bebé fue operada de gastrosquisis (intestinos fuera de la cavidad abdominal) y se recuperaba en la unidad intensiva neonatal cuando se presentó la falla de oxígeno.
Istúriz y Armada criticaron que la Cepal emplease para 2003 el dato de mortalidad infantil de 2002, 17,3 por mil, "sin mencionar los acontecimientos políticos que influyeron en la generación del mismo".
En abril de 2002 un golpe de Estado despojó del poder al presidente Hugo Chávez durante dos días, y en diciembre de ese año estalló una huelga nacional de dos meses que paralizó la industria petrolera y dejó pérdidas por más de 10.000 millones de dólares.
Mientras la prensa, la radio y la televisión privadas recogían con indignación la muerte de los cuatro pacientes en Los Magallanes, el alcalde oficialista del área metropolitana de Caracas, Juan Barreto, respondió señalando un posible sabotaje contra el gobierno.
"Es extraño que 40 cilindros de oxígeno se agotasen en el hospital en pocas horas", dijo la jefa de salud local, Asia Villegas, y Barreto pidió a la Fiscalía investigar la actuación de médicos y empleados durante la jornada de los decesos.
Desde hace varios años, en Venezuela no hay actividad pública que no esté dividida por la pugna entre seguidores y adversarios de Chávez, y ese debate alcanzó la consideración internacional sobre los Objetivos del Milenio.
Los ministros venezolanos dijeron al argentino José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la Cepal, que el informe tenía "un tratamiento sesgado de la situación real del país", y además "comenzó a ser utilizado por terceros como parte de una campaña de desprestigio".
Para la Cepal, ante la primera meta del milenio, reducir a la mitad la proporción de población que vive con menos de un dólar al día, los atrasados de la clase son Argentina, con 16,9 por ciento habitantes en esa pobreza extrema en 2004 (8,2 por ciento en 1990), y Venezuela, con 22,2 por ciento el último año frente a 14,6 por ciento hace tres lustros.
Según Istúriz "ese informe trabaja sobre cifras que no consideran las misiones", como llama el gobierno a los programas sociales aplicados en los últimos dos años.
Los directivos de la Cepal admitieron que las conclusiones incluidas en su informe "Objetivos de Desarrollo del Milenio: una mirada desde América Latina y el Caribe" se basaron en estadísticas realizadas entre 1990 y 2003, con las que se hicieron proyecciones hasta 2005, dijeron fuentes oficiales venezolanas.
Además de Barrio Adentro está Mercal, que distribuye alimentos con precios subsidiados a 15 millones de personas, en tanto centenares de miles reciben comidas preparadas en comedores populares, de forma gratuita, según datos oficiales.
Además, 1,5 millones de adultos fueron alfabetizados, y Venezuela se declarará en breve "territorio libre de analfabetismo", dijo Istúriz.
En conjunto, los programas educativos "han incorporado a cuatro millones de excluidos, de los cuales 500.000 (reciben) becas de 100 dólares mensuales cada uno", aseveró.
Los adultos que han vuelto a sentarse ante un pizarrón, según Istúriz, son 1,3 millones en enseñanza primaria, 800.000 en la secundaria, 350.000 en la universitaria, y más de un millón en programas de formación para el trabajo.
Venezuela no sólo cuestiona números, sino conceptos de la Cepal. "Entendemos la pobreza como un proceso complejo, que trasciende el enfoque monetarista que parece primar en los Objetivos del Milenio", dijo el viceministro de Salud, Carlos Alvarado.
"No debemos conformarnos con un ingreso mínimo de subsistencia. Uno o dos dólares diarios no garantizan una vida de calidad, y proponemos nuevos indicadores para el análisis y seguimiento de los Objetivos del Milenio, para medir calidad de vida y acceso a servicios de educación, salud, vivienda, trabajo y participación", señaló.
El gobierno y agencias de la Organización de las Naciones Unidas radicadas en Caracas confeccionan un mecanismo de medición del impacto de las "misiones" en la reducción de la pobreza.
Una fuente del sistema de la ONU comentó a IPS, bajo condición de anonimato, que "diseñamos el mecanismo suponiendo que las misiones deberán disminuir la pobreza, y ojalá no nos encontremos con un resultado diferente".
Venezuela llevó sus criterios y números a la discusión de una Carta Social hemisférica, que inició este mes la Organización de Estados Americanos, y que Chávez usó como soporte de su propuesta para formar, junto con Cuba, 100.000 nuevos médicos latinoamericanos y caribeños en 10 años.
Istúriz reclamó un plan continental para abatir el analfabetismo, que afecta a 40 millones de latinoamericanos y caribeños, según sus cifras, y a 36 millones, según las de la Cepal.
Tanto las misiones como las propuestas han cobrado vuelo con los ingresos provenientes del petróleo vendido a precios récord, que llenan las arcas venezolanas al punto de que sus reservas pasan de 32.000 millones de dólares, algo así como todo el dinero que se necesita para cubrir las importaciones habituales durante tres años.
Pero la disponibilidad de recursos no significa agilidad o eficiencia para atender necesidades. Chávez mismo, al entregar órdenes de crédito para mejoras en una barriada cerca de Caracas, pidió a los pobladores: "Si en dos semanas no les llegan los fondos, tranquen (cierren) la carretera".
En el caso de Los Magallanes, la alcaldía admitió una deuda de años por casi tres millones de dólares con las empresas que suministran gases. Desde que se produjo la tragedia, la prensa y la televisión han inventariado las carencias de hospital tras hospital en Caracas y en el resto del país.
"¿Qué hacen con tanto dinero?", interrogó desde su columna semanal Eleazar Díaz Rangel, director del diario popular Últimas Noticias, y luego presentó una relación de fondos cuyo uso es aprobado, pero no se ejecuta en el maremágnum de la burocracia.
Como respuesta, Chávez propone una nueva ley de salud que revierta la descentralización que puso los hospitales en manos de alcaldías y gobernaciones regionales, y devuelva la administración de esos centros al poder nacional.
Entretanto, dijeron a IPS oficiales del cuerpo de bomberos, "en las noches, en las madrugadas, cruzamos Caracas para salvar una vida en un hospital porque, por ejemplo, se acabó el oxígeno y debemos prestar el cilindro de nuestro equipo de emergencia".