En otra demostración de su compromiso con la cooperación Sur-Sur, Tailandia anunció su intención de aportar 167 millones de dólares al año en asistencia oficial al desarrollo para sus vecinos más pobres.
Esa contribución, que en 2003 representó 0,13 por ciento del producto interno bruto (PIB) de Tailandia, la ubicará a la altura de Estados Unidos y Japón por el porcentaje de asistencia oficial al desarrollo, según el informe publicado el martes.
Según el Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Estados Unidos y Japón, las principales potencias económicas mundiales, aportan menos de 0,2 por ciento de su PIB como asistencia oficial para el desarrollo del Sur.
Los tres donantes principales en relación a su PIB son Noruega, Luxemburgo y Dinamarca, todos los cuales otorgan más de 0,8 por ciento de su PIB para estos fines.
Los mayores destinatarios de la asistencia tailandesa han sido Laos, Camboya, Birmania y Maldivas, indica el informe de 62 páginas titulado "Sociedad Global para el Desarrollo" y que analiza el aporte de Tailandia al octavo Objetivo de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio.
Esa meta —fomentar una asociación mundial para el desarrollo, es decir que los países ricos ayuden en el avance de los pobres— es uno los ocho objetivos fijados en la cumbre de la ONU realizada en septiembre de 2000 y cuya concreción tiene como fecha límite el año 2015.
Entre los objetivos planteados está la reducción a la mitad de la proporción de personas —más de 1.000 millones— que vivían con menos de un dólar en 1990, así como la disminución de la mortalidad infantil en dos tercios y la mortalidad materna en tres cuartos, y el combate a la expansión del VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades.
"El informe de Tailandia envía una señal muy fuerte: la ayuda no es solo de los países ricos a los pobres, sino también de los países del Sur entre sí", señaló Joana Merlin-Scholtes, coordinadora residente de la ONU en este país asiático.
El mediterráneo Laos, vecino de Tailandia, obtiene casi 50 por ciento de la asistencia en subsidios y préstamos concesionarios, dijo Manop Merkprayoonthong, quien presentó el informe en nombre del gobierno tailandés.
La mayor parte de la asistencia se dirige al desarrollo de infraestructura básica, como la construcción de carreteras, puentes, diques y centrales eléctricas.
"Este tipo de infraestructura es una parte importante de la ayuda del desarrollo económico a largo plazo para pavimentar el camino hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio en estos países", establece el informe.
En Laos, por ejemplo, la asistencia tailandesa para el desarrollo está siendo canalizada para construir un segmento de carretera de 228 kilómetros que será parte de una autopista que conectará a la sureña ciudad china de Kunming con Bangkok.
El paquete tailandés de asistencia para el desarrollo, sin embargo, deposita en el país receptor muchas expectativas referentes a la compra de mercaderías y servicios vinculados a su propio proyecto de desarrollo. A eso se le llama "ayuda vinculada".
Además, tales restricciones están a tono con la senda que a menudo siguen los países que se integran a la liga de naciones que ofrecen ayuda oficial para el desarrollo, dijo Hakan Bjorkman, subdirector de la oficina del PNUD en Tailandia.
"Si uno mira la historia de los países donantes, ve que los donantes emergentes han 'vinculado' la ayuda desde el comienzo. Hoy, incluso Estados Unidos y Australia tienen todavía una política de alto porcentaje de ayuda vinculada", evaluó.
El año pasado surgieron directivas sobre el éxito de Tailandia como país de ingresos medios, cuando un informe sobre el progreso de este país del sudeste asiático sobre el cumplimiento de los ocho Objetivos del Milenio previó que Tailandia los cumpliría bastante antes de 2015.
A la dramática reducción de la cantidad de personas que viven debajo de la línea de pobreza aquí, se sumó que el país registró éxitos en otros objetivos, tales como frenar la propagación del sida.
En 1991 hubo 140.000 nuevas infecciones y se esperaba que Tailandia —que en esa época era el país más golpeado del sudeste asiático— tuviera más de ocho millones de personas infectadas para 2005.
Intensas campañas de salud pública, incluyendo una campaña por el uso del condón, permitió reducir la cantidad de infecciones con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida) a 20.000 nuevos casos en 2004. Hoy, el número total de personas que viven con el virus se calcula en 604.000.
En un intento de ayudar a los países más pobres en la batalla contra el sida, Tailandia se unió a las filas de otras naciones en desarrollo, como India, para producir y exportar medicamentos genéricos más baratos contra esta enfermedad.
Políticas similares para ayudar a los países menos desarrollados en el frente comercial también reflejan el mensaje Sur-Sur de Tailandia, opinó Bjorkman, señalando el "injusto sistema de comercio mundial que está orquestado contra los países pobres".
Estados Unidos sólo impone un arancel de 1,2 por ciento a las mercaderías importadas de países de altos ingresos, en tanto cobra 13,6 por ciento a las importadas de los países en desarrollo, agregó, citando un informe recién publicado por el PNUD.
Tailandia, en cambio, tiene un arancel más amigable para las mercaderías que importa de los países menos desarrollados, de 1,1 por ciento, según el informe.
Otros países asiáticos no están tan abiertos a exportaciones de los menos desarrollados. China cobra un arancel de 4,3 por ciento, Indonesia de 4,3 por ciento, Corea del Sur de 5,4 por ciento, Vietnam de 7,5 por ciento e India de 26,3 por ciento.
"Acabamos de darnos cuenta de que Tailandia ha hecho mucho más" para ayudar a los países menos desarrollados "de lo que reconocíamos", dijo Wisran Pupphavesa, director del Centro para la Economía Internacional y Estudios de Desarrollo, con sede en Bangkok.