METAS DEL MILENIO: Propuesta europea se prepara para el despegue

La propuesta de la Unión Europea (UE) de gravar los pasajes aéreos para ayudar a alcanzar las metas del milenio no debe comprometer otras fuentes de ayuda para el desarrollo, advirtieron expertos y activistas.

Los ministros de Finanzas del bloque europeo se reunirán este sábado 10 para continuar las discusiones sobre la creación de un impuesto a las aerolíneas a fin de recaudar fondos para países pobres, en su mayoría de África subsahariana.

La UE busca cumplir su compromiso de impulsar la ayuda a África antes de la Cumbre Mundial que se celebrará del 14 al 16 de este mes en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York.

Los ingresos generados por el impuesto propuesto serían una fuente adicional de ayuda para alcanzar los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, fijados por los 191 países miembros del foro mundial en 2000.

Algunos de esos objetivos son la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, la enseñanza primaria universal, la igualdad de género y autonomía de la mujer, la reducción de la mortalidad infantil, la mejora de la salud materna y el control del VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades.
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Los ocho objetivos se concretan en 18 metas específicas que tienen como referencia los niveles de 1990 y deben cumplirse antes de 2015 en la mayoría de los casos.

Grupos de desarrollo aprobaron los esfuerzos de la UE por aumentar los recursos para combatir la pobreza, pero advirtieron que el propuesto gravamen a los pasajes aéreos no debe reemplazar otros esfuerzos de ayuda para el desarrollo.

La coalición Concord, que representa a numerosas organizaciones no gubernamentales (ONG) europeas, es partidaria de un impuesto mundial "basado en el principio de una redistribución justa de los recursos".

Tal impuesto permitiría generar "recursos previsibles y estables para el desarrollo" y a la vez "corregir los efectos negativos de la globalización, como la contaminación y la especulación financiera".

La UE debería iniciar un estudio para determinar las mejores formas de combinar y administrar esos impuestos, instó Concord.

"La herramienta sólo será apropiada si se utiliza con el compromiso de la UE y en consulta con los países en desarrollo", dijo a IPS Agnes Philippart, directora de política y comunicación de la coalición.

La propuesta de Concord es asimilable a la de la tasa Tobin, como se llamó a la iniciativa de ONG, en gran parte francesas, de grabar ciertos flujos financieros internacionales y destinar esa recaudación para atender las necesidades humanas y de preservación del ambiente para el desarrollo.

James Tobin, galardonado en 1981 con el premio Nobel de Economía, había estudiado la posibilidad de establecer un impuesto sobre los movimientos financieros internacionales, pero no compartió la idea de destinarlo a un fondo para el desarrollo como propusieron las agrupaciones de la sociedad civil en la década del 90.

Otras iniciativas sin ser el impuesto a las aerolíneas recaudarían más dinero para el desarrollo, opinó Louise Hilditch, directora interina de política internacional de la organización humanitaria ActionAid.

"Aprobamos las iniciativas para aumentar los recursos disponibles para el desarrollo, pero hay otras medidas que movilizarían más fondos, entre ellas la de asignar 0,7 por ciento del producto interno bruto (PIB) a la ayuda para el desarrollo", dijo a IPS.

Los países donantes se comprometiron en 1970 a destinar al menos 0,7 por ciento de su PIB a la ayuda al extranjero, pero sólo un puñado de países han cumplido ese compromiso.

El sábado, los ministros de Finanzas de los 25 países miembros de la UE discutirán un documento emitido el pasado jueves por la Comisión Europea, el órgano ejecutivo del bloque, que considera varios aspectos de un eventual gravamen a las aerolíneas, ya sea obligatorio o voluntario.

Si se cobrara un impuesto de uno a cinco euros (1,2 a 6,2 dólares) a los vuelos intraeuropeos y de dos a 10 euros (2,4 a 12,4 dólares) a los vuelos internacionales, se podrían recaudar entre 568 y 2.763 millones de euros (708 y 3.443 millones de dólares), dice el documento.

"Un enfoque coordinado daría un mensaje político de solidaridad europea hacia los países en desarrollo", destacó la Comisión, pero advirtió que la medida podría reducir la demanda de pasajes.

La Asociación de Aerolíneas Europeas advirtió que el impuesto podría provocar un derrumbe de la industria en tiempos de competencia descarnada.

Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia apoyaron la iniciativa del impuesto a las aerolíneas en una reunión de ministros de Finanza sdel Grupo de los Siete países más industrializados celebrada el pasado febrero.

Pero otros países miembros de la UE se oponen. Entre ellos están España y Grecia, importantes destinos turísticos, además de Suecia y Finlandia.

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