El primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, advirtió en Nueva York que el promocionado plan de alivio de la deuda externa de los países pobres acordado por las ocho naciones más poderosas del mundo corre serio peligro de hundirse.
En un aparte de la Cumbre Mundial 2005 que se celebra en el recinto de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, Blair se comprometió, d, a hacer lo que sea necesario para mantener la iniciativa sobre la mesa.
"El hecho es que todos se están acusando de un 'bluff'. Debemos asegurarnos de que si fracasamos en diciembre, ese fracaso resonará en todo el mundo. Y yo no estoy preparado para eso, al menos no sin dar pelea."
A su lado, el presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, se preguntó: "¿A qué bienes debemos renunciar los africanos para que nos perdonen la deuda? Algunos países no tienen muchos recursos a los que renunciar. ¿A qué nos piden que renunciemos? A lo único que podemos renunciar es a la vida."
"Nunca podremos ir tan rápido como requiere la situación, porque, realmente, toda la situación requiere ahora acción urgente", dijo Blair. "Nunca podremos hacer todo lo que todos quieran. Concentrémonos en cumplir estos compromisos" sobre la deuda, agregó.
[related_articles]
El plan de alivio de la deuda externa de 18 a 38 naciones más pobres fue acordado en junio, en la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo en Gleneagles, Escocia.
El objetivo de este esquema era abrir posibilidades para que los países pobres altamente endeudados alcancen los ocho Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Mienio acordados en 2000 por una cumbre similar a la que hoy se celebra en Nueva York.
Los Objetivos incluyen metas en materia de mejora de la salud, los servicios de agua y saneamiento, la educación, la equidad de género y el ambiente.
En los últimos tiempos, algunos países europeos han intentado alterar los términos del acuerdo de 2000 para hacer más gradual su implementación, una medida que implicaría una disminución del financiamiento del desarrollo del Sur pobre.
Junto a Blair y Obasanjo, participaron en la conferencia de prensa el presidente de la Comisión Europea —rama ejecutiva de la Unión Europea (UE)—, José Manuel Durao Barroso, y el músico de rock y activista irlandés Bob Geldof.
El acuerdo del G-8 sobre deuda externa deberá afinarse en reuniones que organizarán este mismo mes el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Washington, y en diciembre en la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en Hong Kong.
Geldof consideró que la agenda de la Cumbre Mundial 2005 "no fue secuestrada, sino sobornada", al reducirse drásticamente las posibilidades de que muchos países pobres alcancen las metas del milenio.
La Cumbre Mundial 2005 está reunida desde el miércoles en el recinto de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), con el objetivo original de analizar el avance en el cumplimiento de los ocho Objetivos para el Desarrollo del Milenio.
Este programa, acordado en 2000 por 189 jefes de Estado y de gobierno, incluye reducir a la mitad la proporción de pobres y hambrientos, así como lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la mortalidad materna en tres cuartos.
También combatir la expansión del VIH/sida, la malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
Algunos activistas califican la Cumbre Mundial de "petardo húmedo", pues el proyecto de declaración final acordado —tras una catarata de propuestas de enmienda de último minuto presentada principalmente por Estados Unidos— no colmó sus expectativas.
Al igual que Blair y Geldof, activistas y observadores manifestaron su preocupación ante la cumbre, en particular en relación con la respuesta silenciosa de otros países europeos a su llamada a adherir a los flamantes compromisos del G-8 en materia de deuda.
El G-8 está integrado por Rusia y el Grupo de los Siete países más industrializados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón).
"Necesitamos que Holanda y Bélgica se unan a nosotros en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y traten de avanzar en un paquete mayor de reformas de la deuda externa", dijo Geldof.
"Ellos tienen varias razones muy válidas por las que podrían no querer adherir al paquete, pero ¿qué puede significar eso para Malawi, para Nígera, a quienes son triturados a diario por la enfermedad y la muerte, la pornografía de la pobreza que desfila en nuestras pantallas cada noche?", agregó el músico.
Además de señalar a Bélgica y Holanda, Geldof sugirió que hay muchas responsabilidades a atribuir para explicar la falta de avances en las negociaciones sobre la deuda externa.
"¿A quién identifico? ¿A quién acuso? ¿Los japoneses, los estadounidenses, los canadienses y todos los demás pueden poner un poquito más en la olla? Sí. ¿Gran Bretaña puede? Por supuesto. Todos podemos. La vergüenza es nuestra. El mundo es el responsable", consideró.
Los participantes en la conferencia de prensa también aludieron a la propuesta del G-8 sobre asistencia a una fuerza africana de mantenimiento de la paz de 75.000 uniformados, que daría al continente la estabilidad necesaria para impulsar el desarrollo.