El escepticismo rodea el nombramiento por parte del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de su propia consejera de Seguridad Interna para encabezar la investigación sobre la respuesta de las autoridades al huracán Katrina.
Funcionarios especializados en materia de catástrofes y emergencias, que dialogaron con IPS a condición de mantener su identidad en reserva, indicaron que la funcionaria designada, Frances Townsend, tiene escasa experiencia en la materia.
Townsend es una ex fiscal cuya principal actividad en el último periodo se relaciona con la inteligencia vinculada con el terrorismo.
Los informantes también consideraron inverosímil que cualquier funcionario del Poder Ejecutivo sea capaz de emitir un informe objetivo sobre errores del gobierno.
"La idea de que alguien en la Casa Blanca produzca un informe que deje mal parado al presidente o llame a sus colaboradores a la responsabilidad es una ingenuidad", dijo una de las fuentes a IPS.
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"El proceso propuesto es un encubrimiento, y no será creíble. Debería prestarse atención en la rectificación de incompetencias mediante una evaluación independiente, pero esto es una pérdida de tiempo y de dinero", dijo, por otra parte, el ex secretario de Comercio adjunto Jack N. Behrman.
Sin embargo, otros consideran que Townsend, una funcionaria de carrera perteneciente al gobernante Partido Republicano con reputación de severa, podría sorprender a sus críticos.
La funcionaria preside el Consejo de Seguridad Interna de la Casa Blanca y asesora directamente al presidente en cuestiones relacionadas con el terrorismo. Antes, fue subcomandante de inteligencia de la Guardia Costera.
Pero antes aun ocupó varios cargos dentro del Departamento de Justicia (fiscalía general) durante 13 años. Su última función fue la de asesora del fiscal general para Políticas de Inteligencia.
Su carrera en la magistratura comenzó en 1985, como fiscal asistente de distrito en Brooklyn. Durante su carrera en Nueva York se dedicó al procesamiento de bandas internacionales y casos de corrupción.
Pero sus antecedentes no inspiran confianza a todos.
Townsend fue la encargada de seleccionar las recomendaciones de una comisión especial que investigó las fallas de inteligencia que precedieron a la invasión de Iraq en 2003, algunas de las cuales alimentaron los argumentos del gobierno para ir a la guerra.
Las indicaciones de reformas al sistema de inteligencia elevadas por el senador Chuck Robb y el juez Laurence Silberman en abril aún no dieron frutos, si bien Townsend anunció a la prensa que "comenzarán a ver acciones en cuestión de semanas".
Por otra parte, otra limitación para Townsend en su nueva asignación será la gran responsabilidad del subdirector del Estado Mayor de Bush, Karl Rove, en los esfuerzos de rescate por el huracán Katrina.
La mayoría de los observadores consultados por IPS coincidieron en que no parecía verosímil que un informe elaborado por Townsend contuviera nada que cuestionara el papel del presidente o de miembros de su equipo.
Un funcionario de menor rango, Michael Brown, jefe de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), ya renunció. La FEMA es el principal organismo en materia de alerta y atención de desastres.
Brown carecía de experiencia en la materia, pero había sido designado por su afiliación al Partido Republicano, al igual que varios de sus colaboradores.
Tras el huracán Katrina, hubo propuestas de crear un organismo independiente como la Comisión 11/9, que investigó las fallas de las autoridades —tanto de inteligencia como administrativas— que impidieron prevenir y minimizar el efecto de los atentados que segaron 3.000 vidas el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y en Washington.
La creación de esa comisión respondió a una resolución del Congreso legislativo a la que el gobierno se resistió. El grupo de trabajo se integró por connotadas figuras del gobernante Partido Republicano y del opositor Partido Demócrata, nombradas por el propio Bush.
Esa comisión oficial desacreditó, en cierto modo, al presidente, pues concluyó que "no hay evidencia creíble" de vínculos operativos entre el depuesto dictador iraquí Saddam Hussein y la red terrorista Al Qaeda, uno de los argumentos manejados por la Casa Blanca para invadir Iraq en 2003.
Al recibir en julio de 2004 el informe definitivo de la comisión en la Casa Blanca, Bush aplaudió su "trabajo realmente bueno", al tiempo que prometió analizar las "recomendaciones adecuadas y sólidas".
La semana pasada, senadores republicanos desactivaron la propuesta de la senadora demócrata Hillary Clinton de establecer una comisión similar con el objetivo de investigar qué sucedió en torno del huracán. Apenas la votaron 43 senadores demócratas y uno independiente.
Al mismo tiempo, la presidenta de la Comisión de Seguridad Interna del Senado, Susan Collins, del Partido Republicano, sostuvo que la respuesta ante el huracán fue el primer gran fracaso en materia de prevención de catástrofes desde el 11 de septiembre de 2001, a pesar de los miles de millones de dólares gastados en ese sentido.