EGIPTO-PALESTINA: Frontera abierta, fugaz espejismo

La apertura de la frontera entre Egipto y el territorio palestino de Gaza, luego de 38 años de cierre a cal y canto, duró poco.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, volvió a cerrarla el 20 de este mes, luego del caótico flujo de unos 100.000 palestinos a Egipto en los ocho días que siguieron a la retirada del último soldado israelí de de Gaza.

Los palestinos querían aprovechar su flamante libertad de movimiento para visitar a sus familiares en territorio egipcio, comprar mercancías baratas y celebrar el fin de la ocupación de Gaza.

Pero Israel respondió con enojo a ese tráfico sin regulación. El gobierno de Ariel Sharon ha manifestado en reiteradas ocasiones que ve en la frontera de 12 kilómetros —conocida como Corredor Filadelfia— un área propicia para el tráfico de armas a organizaciones insurgentes palestinas.

"El colapso de la frontera Gaza-Egipto es extremadamente preocupante para Jerusalén", informó el diario israelí Haaretz el 15 de este mes. "Israel teme no sólo tráfico masivo de armas a Gaza, y en consecuencia a Cisjordania, sino también, particularmente, el ingreso libre de operativos de (la red terrorista) Al Qaeda."

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel Mark Regev dijo que la apertura de la prensa daba a terroristas un fácil acceso a su país.

"Hablamos de Irán, hablamos de elementos de Siria, hablamos de grupos como Hezbollah (el islámico Partido de Dios) y hablamos también de grupos terroristas internacionales como Al Qaeda", dijo Regev a la prensa.

Después de reiteradas quejas israelíes, Abbas anunció el 18 de este mes que se detendría el tráfico fuera de Gaza. El día 20, las autoridades sellaron el cruce y las palestinas lo hicieron a continuación.

Pero muchos palestinos quedaron varados del lado egipcio. "Dejan pasar a algunos, abren el cruce por dos horas cada vez, en coordinación con los israelíes", dijo a IPS Emad Gad, experto en asuntos israelíes del estatal Centro Al-Ahram para Estudios Políticos y Estratégicos, en El Cairo.

"Los soldados egipcios controlan ahora el cruce, pero no pueden reabrirlo sin concertar su decisión con los israelíes", explicó. Por lo tanto, Israel mantiene cierto control sobre la frontera.

Egipto e Israel alcanzaron acuerdos sobre la administración de la frontera, pero aún no sobre cómo manejar algunos cruces, el principal de los cuales es el de Rafah.

El acuerdo permite el despliegue de 750 policías egipcios en el área, desmilitarizada según la paz firmada en 1979 en Camp David, Estados Unidos, y que normalizó las relaciones bilaterales.

Unos 1,3 millones de palestinos viven en Gaza, área que pertenecía a Egipto hasta su ocupación por Israel en la guerra de los Seis Días, en 1967.

El territorio no fue devuelto a Egipto con los acuerdos de paz de 1979, como sí la península del Sinaí, pues el país árabe preveía que allí se estableciera parte del futuro estado palestino.

El repliegue de Gaza se registró en el marco del llamado "plan de desvinculación" del gobierno de Sharon. Se trata del retiro de las tropas y de los colonos judíos en la franja de Gaza y de algunos puntos de Cisjordania.

Por paradoja, fue Sharon el principal impulsor de la mayoría de los asentamientos judíos en territorio árabe, cuando encabezaba el Ministerio de Agricultura en los años 70, en el gobierno de Menajem Begin, y los de Vivienda e Infraestructura en los años 90, bajo el primer ministro Isaac Shamir.

Como el acuerdo de seguridad entre Israel y Egipto no cubre los cruces de frontera, el procedimiento de ingreso y salida hacia y desde Gaza es aún poco claro. "Tomará un tiempo", dijo un funcionario de seguridad egipcio al semanario gubernamental Al-Ahram.

La situación se ha agravado por la última escalada de violencia dentro de Gaza. Israel lanzó su artillería y aviones bombarderos contra objetivos palestinos, en respuesta a una serie de ataques con cohetes.

A pesar del compromiso de algunas facciones palestinas de detener los ataques contra Israel, el ministro de Defensa del estado judío, Shaul Mofaz, anunció que la ofensiva sobre Gaza continuará.

"Mientras no haya tranquilidad, las organizaciones terroristas no estarán tranquilas", dijo Mofaz.

"La franja de Gaza es uno de los lugares más densamente poblados del planeta", señala un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), publicado antes de la desocupación.

El Programa de Asistencia al Pueblo Palestino del PNUD calculó que "con un área total de 365 kilómetros cuadrados y una población de más de 1,3 millones, Gaza ha sufrido mucho bajo la ocupación militar israelí que ha durado 38 años".

"La infraestructura en la franja de Gaza ha sido afectada duramente por la falta de fondos para modernizar y rehabilitar, así como por la destrucción en operaciones militares. Ni las redes de electricidad, ni los alcantarillados ni las carreteras reciben mantenimiento", señala el estudio.

"En especial durante los últimos cuatro años, los edificios municipales y las escuelas han sido ocupadas, dañadas o destruidas, y las carreteras ahora no se pueden usar. Esto requiere una mayor acción de parte de las organizaciones internacionales", añade. (

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