DESARROLLO: Oportunidad perdida en Helsinki

Organizaciones no gubernamentales expresaron su disgusto con la Conferencia de Helsinki 2005, que reunió en la capital finlandesa a gobiernos, representantes de la sociedad civil y empresarios para impulsar el desarrollo.

El encuentro, entre el miércoles y este viernes, es parte del llamado Proceso de Helsinki, que procura abrir un diálogo entre el Norte y Sur sobre democracia y globalización y formular una serie de recomendaciones para la reforma de la Organización de las Naciones Unidas.

Este proceso ha sido comparado con uno similar durante la guerra fría, que llevó a la creación en 1973 de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, la cual tuvo también en Helsinki su impulso inicial.

El Proceso de Helsinki, impulsado por los gobiernos de Finlandia y Tanzania en 2002, no muestra "ninguna disposición a encarar la asimetría fundamental y subyacente de las relaciones de poder entre el Norte y el Sur, o entre Estados Unidos y el resto del mundo", dijo el vicepresidente de la organización no gubernamental finlandesa Vasudhaiva Kutumbakam (Democracia completa), Marku Ulvila, en rueda de prensa.

Este grupo promueve la justicia global.

Según Ulvila, el Proceso de Helsinki "pretende buscar novedosas soluciones a los dilemas de la gobernanza mundial, pero no ha logrado encarar los verdaderos asuntos que afectan a la mayor parte de la humanidad".

Rebecca Munda, de la Plataforma Global de Ciudadanos, con sede en Tanzania, reconoció que el Proceso de Helsinki supone un avance "porque ha involucrado a varios actores, pero no logró atraer a los principales, como Estados Unidos, cuyas políticas tienen un gran impacto en todo el mundo".

La Plataforma Global de Ciudadanos es una coalición de organizaciones de la sociedad civil de Brasil, India, Finlandia y Tanzania.

Muna sostuvo que algunas recomendaciones del Proceso de Helsinki, como el llamado a reformar los mecanismos de toma de decisiones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), son demasiado livianas.

También criticó que esta instancia haya mantenido silencio sobre una reforma de la proteccionista política agrícola común de la Unión Europea, que afecta a los agricultores del Sur.

Uma Shankar, de la organización de agricultores indios Rashtriya Raithu, señaló que "40 por ciento de las personas en el Sur que sobreviven gracias a la agricultura siguen siendo marginadas (en este ámbito), pues el Proceso de Helsinki no discute sus necesidades".

Individuos y delegados de organizaciones civiles que discrepan del Proceso de Helsinki se reunieron en forma paralela a la conferencia en la capital finlandesa.

"Pensamos que es algo totalmente inusual que los gobiernos se involucren de cerca con la sociedad civil. En ese aspecto el proceso fue muy valiente, pero es débil en los temas que aborda", dijo a IPS Thomas Walgren, de Vasudhaiva Kutumbakam.

Unas 70 personas representando a organizaciones de la sociedad civil de diferentes partes del mundo firmaron una carta abierta señalando los defectos del proceso e incluyendo propuestas alternativas a la conferencia.

"Nuestra evaluación es que la crisis de la deuda (de los países pobres) no ha sido tratada con la debida seriedad", señala la misiva.

"Una esperanza al comienzo (del encuentro) era que Finlandia pudiera identificar una posición occidental alternativa a la de Estados Unidos. Pero ése asunto quedó sumergido. En cierta medida, Helsinki fue una oportunidad perdida", dijo Walgren.

El grupo presentó una agenda de siete puntos que considera clave para el futuro del Proceso de Helsinki.

La carta también insta a los gobiernos a no buscar soluciones militares a los problemas internacionales, y cita como mal ejemplo la "guerra contra el terrorismo", liderada por Estados Unidos. También exhorta a retomar la cuestión del desarme como centro de la agenda política mundial.

Los activistas también llaman a promover la democracia y a realizar profundas reformas de las instituciones internacionales como la OMC, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Walgren señaló que están dispuestos a impulsar esta agenda con o sin el apoyo de los gobiernos.

"Si las propuestas son aceptadas por los gobiernos, entonces estamos preparados para trabajar con ellos, pero si por alguna razón deciden tomar un camino diferente, nosotros seguiremos con la agenda de todas formas", afirmó.

La actitud que prevalece en las instituciones internacionales es fingir que se escucha los reclamos de la gente, pero luego darse vuelta y hacer lo que más les gusta", señaló.

"No queremos más esa clase de tonterías. Ya no nos alcanza con ser escuchados. Las instituciones globales deben dar cuenta de sus acciones", añadió.

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