El éxito de científicos sudcoreanos en la clonación canina despierta esperanzas de grandes avances médicos, pero también cuestionamientos éticos, especialmente porque el próximo animal que pasará por los laboratorios es un primo genético del ser humano: el mono.
"A principios de septiembre daremos el puntapié inicial del trabajo sobre monos, pero sólo para la investigación de células madre", dijo Ahn Gyu-Ri, profesora en la prestigiosa Universidad Nacional de Seúl (SNU, por su sigla en inglés) y colega de Hwang Woo Suk, quien lideró el intento de duplicación de perros revelado al mundo a inicios de agosto.
Luego de Dolly, la oveja clonada en 1998, y Snuppy (abreviación de "SNU puppy", "perrito de la SNU", nacido el 24 de abril de 2005), la pregunta es cuán lejos están los científicos de clonar a un mono. Y, si esto es posible, cuándo clonarán los humanos a su propia especie.
Los monos son mamíferos ideales para la exploración de enfermedades humanas, porque poseen los códigos genéticos más cercanos a los del hombre, y clonar simios amplía la lógica de gastar millones de dólares en la clonación de especies de mamíferos menores.
Snuppy, ahora un cachorro juguetón de cuatro meses, es sólo el ejemplo más reciente de 13 especies de mamíferos —como mulas, caballos, ratas, gatos, ciervos y cabras— ya clonadas por los científicos.
Hwang, que condujo el equipo de investigación sobre células madre de la SNU para finalizar la carrera de siete años clonando a un perro, descartó la idea de clonar monos, pero más por razones técnicas que éticas. "Ya hemos concluido que sería estúpido intentar clonar a un mono usando el nivel actual de tecnología de clonación", expresó.
Lo que se propone su equipo es utilizar embriones de monos para trabajar sobre células madre, un tipo celular capaz de reproducir cualquier tejido u órgano y que se considera la puerta para la curación de muchas enfermedades graves.
En Corea, un país enloquecido por la tecnología, es difícil oír la voz de los profetas anti-clonación entre el clamor de la mayoría, que apoya el liderazgo en investigaciones con células madre que el equipo científico de Hwang ha afirmado en todo el mundo.
"Temo que la caja de Pandora ya fue abierta", dijo Koo Young-Mo, profesor del Departamento de Medicina de la Universidad de Ulsan.
"Sé que Hwang dice que intenta no hacerlo (clonar a un mono), pero la tecnología de clonación ya ha cruzado un umbral, y científicos y público están más tentados a clonar a un humano después de pasar al mono", señaló Koo.
La preocupación de la poderosa sociedad civil de Corea del Sur es una pista más en la dirección que está tomando la tecnología de clonación. Un grupo de ocho organizaciones no gubernamentales (ONG) se reunió un día después de la divulgación de la clonación de Snuppy, y emitió graves advertencias.
"Estamos muy preocupados por las consecuencias de un perro clonado. Porque no hay una razón de peso para garantizar que la actual tecnología de clonación no nos esté acercando más a clonar a un ser humano. Podemos haber cruzado el umbral de la tecnología tras el cual es viable", indicaron representantes de las ONG.
Hwang ha tratado de calmar los ánimos: "¿Clonar a un humano? No. La clonación humana existe sólo en la ciencia ficción, por lo menos durante este siglo. Hay demasiados obstáculos que derribar para hacer que la actual tecnología sea aplicable", afirmó.
Sin embargo, científicos de otros países tienen una creciente preocupación sobre el posible mal uso de los avances de Hwang. En la propia Corea, la clonación humana con fines reproductivos está prohibida.
En otros países que utilizan la clonación, incluyendo a Estados Unidos, se ha desatado un fuerte debate sobre sus límites, si se trata sólo de obtener embriones humanos para producir células madre o si se puede ir más allá.
"El problema no es tan simple", opinó Koo. "¿Qué pasaría si alguien intentara usar la tecnología de Hwang, ya publicada (en la edición del 4 de agosto de la revista científica Nature), para clonar a un ser humano? Sé que el profesor Hwang no lo haría. Pero hay un riesgo potencial inherente a la tecnología".
La mayoría de sudcoreanos respalda el emprendimiento de Hwang, con la esperanza de que el liderazgo en tecnología de células madre conduzca a importantes avances en el tratamiento de enfermedades hasta ahora consideradas incurables.
Un perro clonado es útil porque, al igual que la humanidad, su mejor amigo también es susceptible a enfermedades que como la diabetes, el cáncer y la demencia senil, para las cuales la tecnología de las células madre ofrece esperanzas.
Mucho dependerá del progreso de Snuppy, considerando que la oveja Dolly falleció prematuramente en 2003, tras contraer cáncer y artritis, y sin dar respuestas a las enfermedades humanas.
Por ahora, Snuppy demuestra cuán difícil, caro e inefectivo es clonar un perro. Su nacimiento fue resultado de 123 intentos. Se implantaron 1.095 embriones clonados en 123 perras para lograr sólo tres embarazos. De ellos, un feto abortó espontáneamente y otro nació pero murió de neumonía a los 22 días.
Los experimentos han levantado protestas de activistas por los derechos de los animales, que los consideran crueles.
Hwang creció en el seno de una familia campesina pobre. Su madre soltera criaba vacas para poder mantener a sus siete hijos, incluyendo al que ahora figura en una estampilla de correos como héroe nacional.