El gobierno y la sociedad de Yemen reaccionaron con indignación ante el veredicto de un tribunal de Estados Unidos que condenó a 75 años de prisión a un clérigo musulmán yemenita acusado de conspirar para dar ayuda financiera a la red terrorista Al Qaeda y al grupo palestino Hamas.
Mohammad Al-Moayyad, de 57 años, además deberá pagar una multa de 1,25 millones de dólares, según sentenció un tribunal federal estadounidense este lunes, cuatro meses después de que el acusado fuera declarado culpable.
La condena ha enfurecido inclusive al gobierno de Yemen, un estrecho aliado de Washington en su guerra contra el terrorismo.
Al-Moayyad goza de gran respeto en Yemen por sus obras de caridad. Con sus organizaciones ha dado alimento a miles de pobres, y ha construido una escuela y una mezquita.
Fue detenido en Alemania en 2003 junto a un colaborador, Mohammad Zaid, de 31 años. Había llegado a ese país europeo para reunirse con un empresario que supuestamente iba a realizar una donación, quien resultó ser un agente del Buró Federal de Investigaciones (FBI) estadounidense.
Al-Moayyad y Ziad fueron extraditados a Estados Unidos. Ziad también fue hallado culpable, pero su sentencia será anunciada en septiembre.
El FBI informó que había grabado una conversación en Alemania que demuestra que Al-Moayyad intentó recaudar fondos para la red terrorista internacional Al Qaeda y para el Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica).
Sin embargo, el gobierno de Yemen emitió un comunicado en el que niega la existencia de pruebas contra Al-Moayyad, y subrayó que recolectar fondos para los palestinos no es un delito.
Lamentamos esta sentencia contra un hombre que ha invertido toda su vida y su dinero a ayudar a familias pobres y huérfanos. Si tuviéramos evidencia firme de que Al-Moayyad es culpable, no lo estaríamos defendiendo, señaló.
El presidente del Comité Público Nacional para Defender a Al-Moayyad, Hamoud al-Tharehi, sostuvo que la sentencia era injusta porque 1.500 millones de musulmanes hacen donaciones al Hamas y a todos los palestinos que luchan contra Israel.
El canciller yemení Abu-Bakr al-Qerbi subrayó que su gobierno siempre se opuso a la extradición de Al-Moayyad a Estados Unidos, pues las leyes de ese país no se aplican en forma igualitaria.
El partido de oposición islámico Islah acusó a Estados Unidos de ignorar los derechos humanos en su lucha contra el terrorismo, mientras que el abogado de Al-Moayyad, Khalid al-Anisi, dijo que el veredicto ampliaría la brecha entre Washington y el mundo musulmán.
Pero también hay malestar con el gobierno de Yemen. Naji Allaw, un prestigioso abogado de Sana'a, divulgó un comunicado señalando que el pueblo árabe es enviado a prisión por sus propios líderes, que a su vez son prisioneros de Estados Unidos.
La presidenta de la Unión de Mujeres Yemenitas, Ramziah al-Eryani, llamó a los grupos de la sociedad civil locales y a las organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos a salvar a Al-Moayyad de este proceso politizado.
Muchos yemenitas confiaban en que Al-Moayyad sería liberado. Expertos legales señalaron que el tribunal estadounidense nunca pudo demostrar que hubiera dado apoyo material a Al Qaeda, la principal acusación que afrontaba.
Es una sentencia ilegal e ilógica. Es un mensaje a los musulmanes que amenaza a todos los que apoyan a los palestinos, sostuvo Al-Anisi.
La sentencia contra Al-Moayyad unió prácticamente a todos los sectores de la sociedad yemenita, incluso a los que han estado en conflicto en los últimos meses.
Varios grupos de la sociedad civil llevan adelante una campaña contra el gobierno, que semanas atrás aumentó los precios de los combustibles a instancias del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
Pocos yemenitas creen que el gobierno pueda revertir el veredicto del tribunal estadounidense, pero al menos esperan que cambie la relación con Washington en la lucha contra el terrorismo. (
