El Sinaí sigue siendo escenario de violencia. Además de atentados con bomba en sus principales centros turísticos, la policía de Egipto y la fuerza internacional de paz desplegada en la frontera con Israel son objeto de constante ataque.
Algunas zonas de la península del Sinaí que aún permanecen fuera de la vigilancia policial se han convertido en lugares ideales para la formación de poderosas bandas delictivas, explicó el analista Emad Gad, del estatal Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos de Egipto.
"La policía sabe que algunas áreas son controladas por elementos delictivos, y los terroristas se aprovechan de esos lugares para preparar sus ataques. Existe una cooperación entre los delincuentes, como los traficantes de drogas, y los terroristas, motivados por temas ideológicos", dijo Gad a IPS.
Dos tercios de la península de Sinaí son territorio de Egipto, y el resto pertenece a Israel desde los acuerdos de paz de 1979.
El 27 de este mes, un vehículo de la policía egipcia fue dañado por una mina antipersonal. Un coronel y un guía beduino resultaron heridos en el atentado.
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Dos días antes, un general y un coronel de la policía habían muerto cuando su automóvil detonó una mina antipersonal. Antes, un vehículo blindado había sido dañado también por un artefacto explosivo, y al menos tres policías habían resultado heridos.
Todos estos ataques ocurrieron en los alrededores del Monte Halal, en el noreste de la península, donde la policía busca a los supuestos responsables de los últimos atentados contra los balnearios sobre el mar Rojo.
Treinta y cuatro personas murieron en octubre del año pasado en un ataque terrorista en el balneario de Taba, entre ellos varios turistas israelíes. Otras 65 personas perdieron la vida en un múltiple atentado con bomba perpetrado el mes pasado en Sharm el-Sheikh.
Unos 3.500 policías se desplegaron en toda la península para encontrar a los responsables de esos ataques.
El Ministerio del Interior explicó que el operativo policial "busca consolidar el dominio sobre el monte Halal, en el norte del Sinaí, con el objetivo de capturar a un grupo de delincuentes fugitivos que participaron en la planificación y realización de los ataques terroristas en la península".
Pero la policía no es la única que sufrió ataques. El 15 de agosto, no lejos del monte Halal, dos canadienses de la denominada Fuerza Multinacional y Observadores (MFO) resultaron levemente heridos cuando varios explosivos fueron lanzados contra el vehículo en el que viajaban.
La MFO está conformada por 1.800 soldados de 11 países, y tiene la misión de vigilar la zona desmilitarizada entre Egipto e Israel desde 1982.
Los últimos actos de violencia parecen indicar que los terroristas están dejando de lado los centros turísticos y se inclinan ahora por atacar objetivos más difíciles, como las fuerzas internacionales, dijo Gad, aunque los motivos siguen siendo los mismos.
"Quieren dañar a la MFO para presionar al gobierno de Egipto y herir su imagen internacional, igual que cuando atacaron los balnearios", señaló.
Las autoridades todavía no están seguras de quién está detrás de los ataques. El primer ministro, Ahmed Nazif, manejó dos teorías en una entrevista publicada el 23 de este mes por el diario estadounidense The New York Times.
La primera sostiene que las fuerzas de seguridad fueron demasiado agresivas tras los atentados de Taba, lo que llevó a los cómplices de las personas detenidas a responder con ataques a la vital industria turística.
La segunda teoría es que los atentados y los posteriores actos de violencia serían impulsados por grupos terroristas internacionales como Al Qaeda, del saudita Osama bin Laden, responsable de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
Sin embargo, "no creo que tengamos suficiente evidencia para probar la segunda teoría", dijo Nazif.
La policía egipcia lanzó un implacable operativo tras los atentados en Taba en el que cientos de personas fueron detenidas. "Se utilizaron métodos muy severos que indignaron a la población", dijo Gad.
En su edición del 25 de este mes, el semanario en árabe Afaq Arabia, portavoz del proscrito movimiento Hermandad Musulmana, informó que al menos 500 residentes del Sinaí fueron detenidos en los últimos operativos.
Las fuerzas de seguridad "inspeccionan casa por casa", según la publicación.
La mayoría de los detenidos proceden de El Arish, capital de la provincia de Sinaí, y ubicada sobre el Mar Rojo.
Gad descartó que la inestabilidad se deba a factores externos, como por ejemplo el repliegue israelí de Gaza, territorio que perteneció a Egipto hasta la guerra de los seis días en 1967.
"No se trata de un tema de fronteras con Israel ni tiene relación con la franja de Gaza. El problema es que las fuerzas de seguridad egipcias no han logrado controlar todas las áreas del Sinaí", señaló.