Mientras todas las cámaras de televisión están enfocadas en el desalojo de los colonos judíos de Gaza, permanecen en la penumbra los palestinos de la zona y lo que su sufrimiento significa para la paz.
"Un acuerdo de paz razonable en Medio Oriente debe atender, como objetivo principal, la pobreza y la falta de infraestructura básica en Palestina", dijo a IPS Mohammed Zeidan, director ejecutivo de la Asociación Árabe para los Derechos Humanos, con sede en la septentrional ciudad cisjordana de Nazareth.
"Casi 73 por ciento de la población en Gaza y casi 60 por ciento de la cisjordana vive en la pobreza (con menos de dos dólares diarios). Es fuera de las ciudades donde encuentras el mayor nivel de pobreza, en los campamentos para refugiados y las pequeñas localidades", añadió.
Unos 1,3 millones de palestinos viven en Gaza, y unos 2,4 millones en Cisjordania.
"La franja de Gaza es uno de los lugares más densamente poblados del planeta", señala un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
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El Programa de Asistencia al Pueblo Palestino del PNUD publicó un informe, según el cual, "con un área total de 365 kilómetros cuadrados y una población de más de 1,3 millones, Gaza ha sufrido mucho bajo la ocupación militar israelí que ha durado 38 años".
"La infraestructura en la franja de Gaza ha sido afectada duramente por la falta de fondos para modernizar y rehabilitar, así como por la destrucción en operaciones militares. Ni las redes de electricidad, ni los alcantarillados ni las carreteras reciben mantenimiento", señala el estudio.
"En especial durante los últimos cuatro años, los edificios municipales y las escuelas han sido ocupadas, dañadas o destruidas, y las carreteras ahora no se pueden usar. Esto requiere una mayor acción de parte de las organizaciones internacionales", añade.
Israel pone en práctica desde el lunes su llamado "plan de desvinculación". Se trata del retiro de las tropas y de los colonos judíos en la franja de Gaza, territorio árabe ocupado por Israel en la guerra de los Seis Días, en 1967.
El área pertenecía antes a Egipto, pero no fue devuelto por Israel por los acuerdos de paz de 1979, como sí la península del Sinaí, pues el país árabe preveía que allí se estableciera parte del futuro estado palestino.
El plan, anunciado por el primer ministro Ariel Sharon en el marco de un acercamiento con el presidente palestino Mahmoud Abbas, desató oposición aun el gobernante partido israelí Likud, y sobre todo en grupos ortodoxos, para quienes los territorios palestinos son parte del Israel bíblico.
Por paradoja, fue Sharon el principal impulsor de la mayoría de los asentamientos judíos en territorio árabe, cuando encabezaba el Ministerio de Agricultura en los años 70, en el gobierno de Menajem Begin, y los de Vivienda e Infraestructura en los años 90, bajo el primer ministro Isaac Shamir.
Israel ahora gestiona ante Estados Unidos una ayuda de 2.200 millones de dólares para entregar compensaciones a los colonos que son desalojados.
"¿No es suficiente con que Estados Unidos haya financiado la ocupación israelí los últimos 38 años? Al dinero estadounidense se le daría un mejor uso reconstruyendo y mejorando la franja de Gaza, como una compensación por el daño hecho con ayuda de Washington en las últimas décadas", dijo a IPS el activista Josh Ruebner, participante de una campaña contra la ocupación israelí.
Estados Unidos prometió 200 millones de dólares para los palestinos, de los cuales, 50 millones serán destinadas a mejorar las medidas de seguridad.
Sarit Michaeli, portavoz del centro independiente israelí B'Tselem, de información sobre derechos humanos en los territorios ocupados, cree que los paquetes de compensación para los colonos judíos y la pobreza del pueblo palestino son asuntos separados.
"Los colonos, que fueron impulsados por el gobierno israelí a mudarse a los asentimientos, merecen la compensación", dijo a IPS.
Pero B'Tselem también reconoce las dificultades que sufren los palestinos, como cuando pretenden trasladar sus bienes a través de puestos de vigilancia israelíes.
"Las restricciones al movimiento de bienes y trabajadores han provocado una gran recesión, pérdida de empleos y un dramático deterioro de las condiciones de vida. En los últimos cuatro años y medio, la pobreza (en Gaza) creció más de 40 por ciento", señaló el centro en un informe divulgado en marzo.
El derecho al libre movimiento de los palestinos "es esencial para aliviar la pobreza y reconstruir la franja de Gaza. Los palestinos de la zona tienen derecho a establecer vínculos con Egipto, Cisjordania y la comunidad internacional a través de sus propios aeropuertos y centrales marítimas", sostuvo Zeidan.