Mientras los líderes chiitas del gobierno de Iraq negocian y fortalecen sus lazos con Irán, los sunitas permanecen en general al margen del proceso político, y los kurdos aplican una doble estrategia de participar en las decisiones gubernamentales y a la vez planificar su propio futuro.
El proceso electoral iraquí, eficiente aunque cuestionable, no sólo convocó a un gran número de ciudadanos sino que permitió al líder kurdo Jalal Talabini ser elegido presidente y brindar a la minoría kurda una mayor participación en las decisiones de gobierno.
En forma paralela, el Gobierno Regional Kurdo del norte de Iraq mantiene otras opciones abiertas: recientemente, contrató para que promueva sus intereses a Russo, Marsh & Rogers (RM&R), una firma de relaciones públicas del occidental estado de California, Estados Unidos, estrechamente vinculada con el gobernante Partido Republicano.
Muchos observadores políticos advierten que Iraq se encamina a la partición o a una guerra civil.
Seymour Hersh, periodista de la revista The New Yorker, afirmó en esa publicación que un funcionario de la Organización de las Naciones Unidas involucrado en las elecciones iraquíes le dijo: La elección fue en realidad un referendo sobre la identidad étnica y religiosa. Los kurdos votaron por la autodeterminación.
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Los kurdos, de religión musulmana, son una nación sin tierra propia. Cerca de 12 millones viven en el sudeste de Turquía, cinco millones en Iraq, un millón en Irán y menos de un millón en Siria. También hay pequeñas comunidades kurdas en Kirguistán, Azerbaiyán y Rusia.
En Iraq, constituyen 20 por ciento de la población, de casi 25 millones, y están concentrados en el norte. La mayoría de los iraquíes son chiitas (62 por ciento) y habitan el sur, mientras en el centro predominan los sunitas (35 por ciento), el grupo islámico dominante en el depuesto régimen de Saddam Hussein (1979-2003).
Los kurdos fueron duramente reprimidos bajo el gobierno de Saddam Hussein, derrocado en 2003 por la fuerzas invasoras de Estados Unidos y sus aliados.
Nuestro trabajo con los kurdos, explicó Joe Wierzbicki, de RM&R, es realizar una campaña de relaciones públicas para agradecer al pueblo estadounidense su apoyo a la guerra en Iraq y alentar a los estadounidenses a visitar e invertir en la región kurda.
El proyecto no ha despegado todavía, y no está claro cuánto durará el contrato. Es algo de corto plazo, dijo Wierzbicki.
RM&R asumió el trabajo porque de todos los grupos iraquíes que tienen una visión de futuro, la visión de los kurdos es la más cercana a la nuestra, explicó, y destacó que los kurdos no son hostiles a Occidente y tienen desde hace tiempo un sistema democrático en su región, destacó Wierzbicki.
Los kurdos quisieran que el resto del país vea a su región como un modelo, pero no promueven un Kurdistán independiente, aclaró.
La campaña podría comenzar a fines de este verano boreal o quizá en el otoño, e incluirá anuncios televisivos y en medios escritos, explicó Wierzbicki.
Según el diario neoyorquino O'Dwyer's PR, uno de los principales objetivos de los líderes kurdos es la recuperación de Kirkuk, una ciudad noriraquí rica en petróleo, habitada por kurdos y turkmenos. La disputa de Kirkuk podría precipitar un gran conflicto interno en Iraq.
La guerra contra el terrorismo, lanzada por el presidente estadounidense George W. Bush después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, rindió buenos frutos para Russo Marsh & Rogers.
Poco después de esos ataques, la empresa lanzó una breve pero eficaz campaña para hacer perder su escaño a la representante Barbara Lee, de California, que emitió el único voto del Congreso legislativo contrario a dar a Bush un cheque en blanco para su guerra internacional contra el terrorismo.
Además, la empresa se hizo cargo de la publicidad del Truth Tour o Gira de la verdad, un viaje de siete días a Iraq de un grupo de conductores de radio que debían difundir buenas noticias sobre lo que ocurría en el terreno.
La gira fue organizada por Move America Forward, una organización que, según el diario The Washington Post, debe su existencia a los buenos oficios de RM&R, y se dedica a preservar el patrimonio estadounidense de la libertad, según su propia descripción.
El sitio web de Move America Forward señalaba que el objetivo de la Gira de la verdad era divulgar las buenas noticias sobre la Operación Libertad de Iraq que no se escuchan en los medios convencionales… obtener información directamente de los soldados, incluso sobre sus éxitos.
Actualmente, el grupo procura lanzar una campaña publicitaria para contrarrestar las críticas a las condiciones de reclusión en la base militar estadounidense de Guantánamo, Cuba.
En junio de 2004, con el propósito de desacreditar el documental de Michael Moore Fahrenheit 9/11 antes de que llegara a las salas de cine, RM&R colaboró con Move America Forward en una campaña que exhortaba a sus seguidores a detener a Michael Moore tomando medidas para impedir el lanzamiento de esta película anti-estadounidense.