Estados Unidos está ansioso por sancionar a Irán a causa de sus explícitas ambiciones nucleares, pero el ánimo político en la ONU sugiere que la comunidad internacional no está dispuesta a castigar a ese país islámico por ahora.
No creemos que sea útil plantear el tema en el Consejo de Seguridad, declaró a la prensa el embajador chino ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Wang Guangya, después de que Irán rompiera el miércoles los últimos sellos de seguridad que bloqueaban la entrada a un sector de la central nuclear de Isfahan.
El nuevo sector habilitado de la central, reabierta el lunes, contiene equipos de enriquecimiento de uranio.
Guangya, cuyo país ocupa uno de los cinco asientos permanentes con poder de veto en el Consejo de Seguridad, manifestó respaldo a los esfuerzos de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y la llamada troika de la Unión Europea, integrada por Gran Bretaña, Francia y Alemania (UE-3), para encontrar una solución basada en el diálogo con Irán.
Esos tres países europeos habían advertido a Irán que promoverían sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU si Teherán no revertía su decisión de reabrir las instalaciones de enriquecimiento de uranio después de una interrupción de ocho meses.
[related_articles]
Pese a esta advertencia, y mientras las autoridades de la AIEA todavía estaban discutiendo qué medidas tomar, Irán rompió los sellos que había colocado esa agencia de la ONU en 2004, después que Teherán acordara suspender sus actividades nucleares.
El uranio enriquecido puede utilizarse para fines civiles, como la generación de electricidad, pero también para fabricar bombas nucleares.
Irán niega que tenga el propósito de fabricar armas atómicas e insiste en que sus actividades están de acuerdo con los términos del Tratado de No Proliferación Nuclear, pero Estados Unidos y algunos países europeos sospechan de las intenciones de Teherán.
En un esfuerzo por resolver el tema mediante el diálogo, Irán suspendió su programa de enriquecimiento de uranio y se abrió a inspecciones de la AIEA en noviembre de 2003. Desde entonces, ha estado involucrada en negociaciones con Gran Bretaña, Alemania y Francia.
Irán retiró los sellos de la central de uranio después que la AIEA instaló su sistema de inspección, que incluye cámaras de vigilancia y otros dispositivos, pero la instalación del sistema no implicaba la aprobación de la reanudación del enriquecimiento y la conversión de uranio, aclaró la agencia.
Al igual que el embajador chino, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y el director de la AIEA, Mohamed El Baradei, exhortaron a la contención.
Este es un asunto muy complejo, dijo Annan a la prensa el lunes, en Nueva York. Es esencial que salgamos de esta parálisis. Creo que la mejor manera de avanzar es que Irán y UE-3 continúen sus negociaciones, agregó.
Interrogado sobre qué circunstancias justificarían el planteo del tema al Consejo de Seguridad, Annan respondió: El asunto está en manos de la AIEA, que deberá tomar una decisión o pronunciarse hoy o mañana. Creo que debemos pasar ese puente primero, dijo.
El secretario general dijo que estaba en contacto con todas las partes involucradas, incluso el nuevo presidente iraní, el ultraconservador Mahmoud Ahmadinejad.
El Baradei, quien discutió el tema con líderes de varios países, advirtió que cualquier escalada de la situación significaría una pérdida para todas las partes.
Entiendo que hay una sensación de frustración en Irán, dijo a la prensa en Viena. Pero como dije, la negociación de acuerdos de largo plazo es un proceso largo y complejo, porque tiene consecuencias en la paz y la seguridad, declaró.
Espero que Irán continúe negociando en lugar de adoptar medidas unilaterales, y que regrese a la mesa de negociaciones con una contrapropuesta, agregó El Baradei.
Ahmadinejad, un ex profesor de la Universidad de Teherán doctorado en ingeniería, dijo que está listo para más negociaciones sobre el programa nuclear iraní, y que presentará nuevas propuestas, según la publicación iraní ISNA.
Bush recibió con beneplácito la declaración del presidente iraní, pero reiteró que mantiene profunda desconfianza hacia las intenciones nucleares de Teherán. En el meridional estado de Texas, el mandatario estadounidense destacó a la prensa que los miembros de la UE-3 negocian en nombre de un mundo libre.
Sin embargo, dijo, si la situación no se resuelve mediante negociaciones, Washington trabajará con la Unión Europea para estudiar las consecuencias, y ciertamente la ONU es una consecuencia potencial.
Pero lograr una mayoría en la junta directiva de la AIEA, de 35 miembros, para derivar el asunto nuclear iraní al Consejo de Seguridad de la ONU no será tarea fácil, dado que la mayoría de los miembros de la junta pertenecen al Movimiento de Países No Alineados, renuente a apoyar esa medida.
Es difícil imaginar que todos los miembros del Consejo de Seguridad adopten un criterio común sobre este problema. En consecuencia, el organismo no tomará ninguna resolución sobre el asunto, predijo el teniente general Gennady Yevstafyev, asesor del Centro de Investigaciones Políticas de Moscú, en entrevista con la agencia de noticias rusa Novsti.