Los egipcios se preparan para participar por primera vez el 7 de septiembre en elecciones con varios candidatos a presidente, aunque el gobierno impidió que algunos aspirantes formalizaran su postulación.
La lista de aspirantes a la presidencia se redujo a 10 hombres en las últimas semanas, debido a los polémicos y rigurosos requisitos para la presentación de candidaturas.
Además, dos importantes partidos políticos anunciaron que boicotearán los comicios, en tanto al poderoso bloque opositor Hermandad Musulmana se le prohibió presentarse en las urnas.
Tras la enmienda constitucional aprobada a comienzos de este año, que permite optar entre varios candidatos a la jefatura del gobierno, la Comisión de Elección Presidencial anunció el 11 de agosto una lista final de nominados.
Además del actual presidente Hosni Mubarak, del gobernante Partido Democrático Nacional, la lista incluye a Ayman Nour, del Partido Al Ghad, y Nomaan Gomaa, del histórico Partido Al Wafd.
Hay un puñado de candidatos poco conocidos, pertenecientes a partidos con mínima representación parlamentaria, como Wahid Al-Uksory, del Partido Socialista Árabe de Egipto, Mohamed El-Agroudy, del Partido del Acuerdo, Osama Shaltout, del Partido de la Solidaridad, y Mamdouh Qenawi, del Partido Constitucional Social.
Durante la campaña, Mubarak prometió mantener la misma política exterior pragmática que ha desarrollado hasta ahora, marcada por su estrecha relación con Estados Unidos, así como la gradual liberalización económica.
Mientras, Nour anunció una cruzada contra la corrupción, prometió fomentar el empleo y aseguró que acabará con la inflación, en tanto Gomaa prometió consolidar la democracia y la buena gobernanza.
Las propuestas de los candidatos con menos posibilidades no son tan variadas.
Fawzy Ghazal, del Partido Egipto 2000, quiere distanciar al país de Estados Unidos, en tanto Ibrahim Tork, del Partido Democrático Unionista, predica una reforma económica y una mejor explotación de los recursos naturales.
La enmienda constitucional que habilitó las múltiples candidaturas eliminó el anterior sistema, según el cual el parlamento elegía un solo candidato a la presidencia y la ciudadanía se limitaba a refrendarlo en las urnas.
Este sistema permitió a Mubarak permanecer en el cargo desde octubre de 1981.
Pero el cambio incluyó rigurosos requisitos. Los candidatos deben representar a partidos políticos avalados por el gobierno y contar con apoyo de al menos 250 miembros de la Asamblea del Pueblo (parlamento), con 454 bancas, y del Consejo Asesor del gobierno, con 264 integrantes.
Esos requisitos dejaron fuera a varios aspirantes. Dos candidatos fueron eliminados porque las actividades de sus partidos habían sido proscriptas, y otro porque su partido había sido creado tras la aprobación de la nueva legislación.
Las severas limitaciones llevaron a grandes grupos políticos consolidados, como el Partido Nasserista y el izquierdista Partido Tagammu, a mantenerse al margen de los comicios por decisión propia.
"Las restricciones al proceso electoral lo convierten en un referendo para mantener al actual presidente, aunque disfrazado de elecciones", afirmó el secretario general del Partido Tagammu, Hussein Abdel-Razeq.
"Bajo ninguna circunstancia nuestro partido participará de esta farsa para engañar a la población, actuando como si estas elecciones fueran justas, honestas y democráticas", añadió.
Estos comicios sentirán en especial la ausencia del mayor bloque opositor, la ahora proscripta Hermandad Musulmana.
Varios miembros de ese grupo político fueron detenidos en marzo durante una serie de manifestaciones a favor de la reforma electoral. Algunos líderes del partido permanecieron detenidos por meses, acusados de asociación ilegal y sedición.
Una ley de emergencia, también objeto de discusiones durante esta campaña, le permite al Estado mantener detenidos a sospechosos en forma indefinida sin necesidad de juicio.
"No parece que vayan a boicotear las elecciones. De hecho, están llamando a la población a votar. Pero no creo que vayan a apoyar a algún candidato en particular", sostuvo el analista Simon Kitchen, de la consultora de riesgo político Eurasia Group, con sede en Nueva York.
Kitchen sospecha que hay desacuerdos en el seno de ese grupo opositor sobre la dirección que debe tomar ante los comicios.
"Los líderes históricos tienen cierto entendimiento con el gobierno, pero los más jóvenes quieren ir más allá. Quieren que el gobierno rinda cuentas, sobre todo por las detenciones de sus correligionarios. Sin duda, nunca apoyarán al partido de gobierno", señaló.
Lo cierto es que si la Hermandad Musulmana decide respaldar a algún candidato en particular, éste tendrá grandes chances de ganar los comicios. El grupo cuenta con dos millones de miembros activos y otros tres millones de simpatizantes. Egipto tiene 78 millones habitantes.
La campaña comenzó oficialmente el 17 de este mes y continuará hasta el 4 de septiembre. Si ningún candidato obtiene 50 por ciento de los votos, habrá una segunda vuelta el 17 de septiembre, donde competirán los dos aspirantes que hayan obtenido la mayor cantidad de sufragios. (