El énfasis excesivo en la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU debilita los esfuerzos por ayudar a 1.000 millones de personas a escapar de la pobreza, las enfermedades y el analfabetismo, advirtió el nuevo jefe de la agencia de desarrollo del foro mundial.
Sé que la reforma del Consejo es un asunto muy serio, pero no debemos permitir que acapare toda la atención, previno Kemal Dervis, el flamante administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Dervis realizó sus declaraciones a la prensa cuando falta menos de un mes para una sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a realizarse del 14 al 16 de septiembre, que reunirá a jefes de Estado y gobierno de casi todos los países miembros.
La cumbre evaluará el avance hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por los 191 países miembros de la organización en 2000.
Los Objetivos consisten en la reducción de la pobreza extrema y el hambre a la mitad, la educación primaria universal y la promoción de la igualdad de género y la autonomía de la mujer.
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También incluyen la reducción de la mortalidad materna en tres cuartos, de la mortalidad infantil en dos tercios, y el combate al sida, la malaria y otras enfermedades. Las metas específicas deben cumplirse antes de 2015 y tienen como referencia los niveles de 1990.
Pero desde la publicación el pasado marzo del informe Un concepto más amplio de libertad, del secretario general Kofi Annan, sobre la necesidad de reformas en la ONU, la organización no ha podido llegar a un acuerdo sobre la forma de ampliación del Consejo ni sobre los cambios administrativos necesarios.
Annan pretendía que los países miembros resolvieran este asunto antes de la Cumbre, pero hasta ahora no han logrado un consenso.
El Consejo es el único organismo de la ONU facultado para tomar decisiones de guerra y paz, y está dominado por sus cinco miembros permanentes con poder de veto: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, China y Rusia. Tiene, además, 10 miembros rotativos.
Un comité de expertos nombrado por el secretario general efectuó una serie de propuestas para la reforma del foro mundial que incluye iniciativas de ampliación del Consejo, pero sin alterar el poder de veto exclusivo de las cinco potencias nucleares.
Alemania, Brasil, Japón e India reclaman asientos permanentes para sí y para dos naciones africanas aún no designadas.
Dervis, quien fuera ministro de Finanzas de Turquía y alto funcionario del Banco Mundial, es el primer administrador del PNUD originario de un país en desarrollo. La Asamblea General aprobó su nombramiento por unanimidad el mes pasado.
Espero que los participantes (de la cumbre) reafirmen su compromiso de concentrarse en la política de desarrollo impidiendo la marginación de la agenda política, expresó Dervis el martes, un día después de asumir la jefatura del PNUD, que ayuda a más de 160 países a ejecutar programas de desarrollo.
Como Dervis, muchos diplomáticos que representan a países en desarrollo están preocupados por el resultado de la Cumbre acerca de cuestiones económicas y sociales.
El comercio, la deuda, la ciencia y la tecnología, el acceso a los mercados y la cooperación para el desarrollo deben tener prioridad sobre la reforma, instó el embajador Stafford Neil, de Jamaica, quien también preside el Grupo de los 77 países en desarrollo, de 132 miembros.
Dervis manifestó decepción por el desempeño de los países más afortunados en la cooperación para el desarrollo.
Pese a las reiteradas promesas de los países ricos, sólo cinco por ciento alcanzaron el objetivo de destinar 0,7 por ciento de su producto interno bruto (PIB) a la ayuda para el desarrollo: Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, Noruega y Suecia.
Otros cinco (Gran Bretaña, Bélgica, Finlandia, Francia y España) prometieron hacerlo para 2015. Estados Unidos, la principal potencia económica del mundo, destina sólo 0,16 por ciento del PIB a la cooperación para el desarrollo.