El gobierno de Chile lanzará en septiembre una campaña de prevención del sida con mayor énfasis en el uso del condón, pero su difusión será mínima por los canales televisivos, lo cual le restará efectividad, advirtieron activistas y especialistas en salud.
Las polémicas que rodean las campañas oficiales de este país para impedir la expansión del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) se cruzaron este año con las elecciones presidenciales de diciembre y acabaron incrementando la cautela oficial ante los ya habituales rechazos de sectores católicos conservadores.
Desde 1993 y cada dos años se llevan a cabo iniciativas oficiales de difusión a través de afiches, prensa escrita, radio y televisión, sistemáticamente censuradas por los canales de las universidades católicas de Santiago y Valparaíso y por Megavisión, una estación privada.
El 22 de junio, el ministro de Salud, Pedro García, anunció que el gobierno daría curso a la campaña de este año luego de las elecciones generales del 11 de diciembre, con el propósito de no politizarla, pero apenas 48 horas después, y tras las protestas de los tres principales candidatos a la presidencia, dio marcha atrás.
La socialista Michelle Bachelet, candidata de la gobernante y centroizquierdista Concertación por la Democracia, y los dos aspirantes de la derecha, el empresario liberal Sebastián Piñera y el ex alcalde conservador Joaquín Lavín, refutaron las prevenciones de García en cuanto a que la disputa electoral podría distorsionar una acción de salud pública.
El 24, García informó que la campaña se llevaría a cabo desde mediados o fines de septiembre, aunque sin spots (avisos publicitarios) de televisión, sino fundamentalmente trabajo en terreno e información radial, para evitar las polémicas con los canales.
El martes 28, el ministro del Interior, Francisco Vidal, precisó los dichos de su colega de Salud y especificó que si bien la campaña no incluiría spots, sí habría cápsulas informativas para TV, de menor duración que un aviso comercial, y exhortó a todos los canales a transmitirlas.
Ese mismo día, las autoridades suscribieron con el Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas, la renovación del convenio de cooperación iniciado en 2003, con lo cual Chile recibirá aportes por más de 24 millones de dólares hasta 2008.
La prolongación del convenio estuvo en entredicho tras el primer anuncio del ministro García, que motivó incluso advertencias de que podía ser sometido a juicio político en el parlamento por no llevar a cabo una acción necesaria de resguardo de la población, como es prevenir el sida.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, fue detectado por primera vez en este país sudamericano en 1984 y desde entonces han muerto más de 3.000 personas como consecuencia de la epidemia.
Los últimos datos de la Comisión Nacional del Sida, de 2004, señalan que en Chile hay registrados más de 6.000 enfermos y otros 6.500 portadores asintomáticos de VIH, pero el gobierno calcula que el número real de personas contagiadas es de 32.000, y organizaciones independientes estiman más de 50.000 en este país de 15,9 millones de habitantes.
Chile entero no puede mirar de lado cuando al día seis personas contraen el VIH/sida, dijo Vidal, aludiendo a las estadísticas.
El perfil de expansión del VIH muestra en los últimos cinco años una feminización de la enfermedad, con tasas de aumento en las mujeres de 29,1 por ciento, mientras que entre los hombres el crecimiento anual es de 15 por ciento.
Las nuevas mujeres infectadas son mayoritariamente amas de casa, contagiadas por sus esposos, lo cual determina que las campañas de prevención procuren hacer conciencia en la necesidad de usar condón en las relaciones heterosexuales y homosexuales cuando existan factores de riesgo.
Me parece más que adecuado que la nueva campaña enfatice el uso del preservativo, dijo a IPS el médico Alejandro Afani, jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Clínico de la estatal Universidad de Chile.
Rodrigo Pascal, coordinador de la no gubernamental Vivo Positivo, de asistencia a portadores del VIH, se abstuvo de opinar sobre los énfasis de la campaña mientras no esté efectivamente en el aire.
Desde mi perspectiva y desde la perspectiva de Vivo Positivo, la promoción del uso del preservativo es la dirección que debe tomar una campaña, dijo a IPS.
Pascal llamó a hacer también énfasis en la necesidad de que las personas que son sero-negativas (no portadoras de VIH) se mantengan así a lo largo de su vida.
Lo que nosotros tenemos que hacer es poner la información a disposición de los jóvenes, ya que 45 por ciento de los jóvenes que tienen actos sexuales no usan protección, señaló a IPS el doctor Enrique Accorsi, diputado del cogobernante Partido Por la Democracia y ex presidente del Colegio Médico de Chile.
Hay que hacer énfasis en el uso del preservativo, hay que hacer énfasis en la educación, en mantener una pareja estable, en la abstinencia (sexual) y hay que hacer énfasis en todo con la misma fuerza, no solamente en un método, añadió el parlamentario.
Para Accorsi, en cualquier campaña para educar a la población, la televisión es irremplazable. El médico manifestó su esperanza de que los microprogramas anunciados por Vidal sean efectivos, ya que el no uso de la televisión condena al fracaso más absoluto a una campaña de prevención del sida.
La televisión es fundamental y (la campaña) tiene que ser muy bien enfocada, con un lenguaje muy directo, bien dirigida y sin reveses, no como se ha hecho anteriormente, sino pensando en los países en que han sido exitosas, dijo Afani.
La oposición de la influyente Iglesia Católica chilena al uso del condón ha hecho que las iniciativas de prevención contengan mensajes demasiado cautelosos y a veces ambiguos, lo cual limita su efectividad, en contraste con campañas más exitosas en países como España o Brasil, según especialistas.
Para Pascal, es imprescindible que los medios de comunicación masiva, y en especial la televisión, estén incorporados en las campañas, pero, a su vez, que estas acciones tengan permanencia en el tiempo y estén enfocadas hacia los sectores más permeables en los periodos de mayor riesgo.
Las conductas más permisivas, los espacios de mayores libertades (sexuales y de consumo de drogas) en los jóvenes se dan en las épocas de verano, con el sol y el calor. Esos períodos son fundamentales para la prevención, pero no son los únicos ni exclusivos, apuntó el activista.