LÍBANO: Las divisiones no se borran

Los libaneses no han tenido ocasión de disfrutar la partida de las tropas sirias ni la victoria de los grupos antisirios en las elecciones parlamentarias de junio, porque su país enfrenta un período de convulsión política y económica sin precedentes desde el fin de la guerra civil (1975-1990).

Esta semana se registró el quinto de los atentados con bomba registrados desde octubre del año pasado, casi todos estuvieron dirigidos a políticos y periodistas antisirios.

Por su parte, Siria frena la salida de camiones de Líbano, y el primer ministro libanés designado, Fuad Siniora, podría renunciar como resultado de la presión de poderosos grupos prosirios. Todos estos hechos ponen en evidencia las profundas divisiones del país tras el fin formal de la dominación siria, el pasado marzo.

El objetivo del ataque con bomba del martes fue el ministro de Defensa Elías Murr, que también es viceprimer ministro y ex ministro del Interior. Murr es miembro de una poderosa dinastía que ha participado del poder político y económico del país durante años, y yerno del presidente prosirio Emile Lahoud.

Pese a su imagen y conexiones prosirias, Murr ha estado en conflicto con el poderoso ex jefe de seguridad siria en Líbano, Dustom Ghazale, desde 2003, observó el analista de seguridad Tannous Mouawad.

Murr sobrevivió al atentado, que mató a dos personas en un barrio del norte de Beirut, la capital.

Hasta ahora, sólo se habían registrado atentados dirigidos a políticos y un periodista antisirios, además de una serie de ataques con bomba contra comercios.

La víctima más destacada fue el ex primer ministro Rafiq Hariri, asesinado en el centro de Beirut en febrero, en un atentado con coche-bomba. Hariri había renunciado a su puesto meses antes debido a una disputa con Siria por la extensión del mandato del presidente Lahoud, al que inicialmente se oponía.

Aunque Siria negó cualquier vinculación con el atentado, el asesinato de Hariri desató fuertes protestas en Líbano que al final, combinadas con la presión internacional, desembocaron en la retirada de las tropas sirias del país.

Siria ayudó a poner fin a la guerra civil de Líbano (1975-1990), pero dejó apostados en su territorio varios miles de soldados una vez finalizado el conflicto.

Según Mouawad, el ataque contra Murr no sólo fue un ajuste de cuentas, sino un intento por intimidar a su familia inmediata, en especial al presidente Lahoud, el activo más importante que Siria tiene en el sistema político libanés.

Siniora, el primer ministro designado por la coalición antisiria que controla el parlamento tras las elecciones del mes pasado, había presentado el martes una propuesta de gabinete de 30 miembros al presidente pro-sirio, pero el líder cristiano antisirio Michel Aoun y grupos musulmanes chiitas se opusieron.

Aparentemente, Lahoud también rechazó la lista y Siniora la retiró este jueves, diciendo que trataría de formar un nuevo gabinete con personas no vinculadas con los partidos políticos que tienen representación parlamentaria.

Siniora pertenece al bloque de Saad Hariri, hijo del ex primer ministro asesinado.

La impresión de obstruccionismo sirio en la formación del nuevo gobierno se fortaleció en las últimas dos semanas de bloqueo político, en las que Siniora cedió a casi todas las demandas de los aliados reales o presuntos de Siria.

Siria condenó el ataque a Murr y todos los atentados anteriores, pero muchos libaneses apuntan su dedo hacia Damasco.

Ahora, a la tensión política se agrega un elemento de presión económica, porque por más de una semana, Siria ha aplicado estrictos controles al tráfico saliente de Líbano.

Cientos de camiones, muchos cargados de productos perecederos, han debido permanecer durante días en cruces fronterizos, en trámites que normalmente llevan pocas horas.

La frontera con Siria es la única salida de Líbano por tierra, porque la frontera con Israel está cerrada. Cada año, Líbano exporta mercaderías por más de 500 millones de dólares a Siria y al resto del mundo árabe a través de Siria, informó la Asociación de Industriales Libaneses.

Representantes industriales acusaron a Siria de utilizar la presión económica para fines políticos. ”Este es un juego político de los sirios para influir en la formación del nuevo gobierno”, afirmó Mouhedienne Jammal, coordinador de las cooperativas agrícolas e industriales de Líbano. (

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