GLOBALIZACIÓN: Una luz desde el mundo pobre

La luz brilla sobre un singular proyecto globalizado. Un premio británico alentó a un ciudadano indio a fabricar lámparas de energía solar con materiales de Japón y que se venden en Australia, Sri Lanka y Sudáfrica.

Hasta hace poco, Dharmappa Barki, empresario de Secunderabad, en el sudoriental estado indio de Andhra Pradesh, no tenía nada que decir sobre la globalización.

Cuando ganó el mes pasado el premio Ashden, con un monto de casi 50.000 dólares, señaló la diferencia entre la oscuridad nocturna de muchas aldeas de India y el mundo globalizado y luminoso de los aviones que las sobrevuelan.

Barki disipó la oscuridad al diseñar esta lámpara que llamó Aishwarya, en homenaje a la actriz Aishwarya Rai, la más famosa de India. El inventor ya lleva vendidas más de 50.000 unidades manufacturadas en su fábrica NEST (Nobal Energy Solar Technologies).

Aishwarya no es la primera lámpara solar inventada, pero es particularmente eficaz. Con un costo de 1.400 rupias (32 dólares), provee tres horas diarias de buena luz. La batería tiene una garantía de tres años, y de 10 años el panel solar que capta la energía.

La lámpara de luz blanca y constante ha encontrado muchos compradores porque puede adquirirse mediante microcréditos. En lugar de desembolsar 1.400 rupias de una sola vez, los clientes pueden pagar 100 rupias mensuales durante 16 meses.

El premio Ashden a la energía renovable otorgado a Barki le fue muy útil para salir de fronteras. ”Ha habido un gran interés en sus productos como resultado del premio”, dijo a IPS Jo Walton, de la fundación Premios Ashden de Londres.

”He recibido muchas consultas por nuevos negocios”, dijo Barki a IPS por teléfono desde Secunderabad. Ya hay varias órdenes nuevas de compra en proceso procedentes de ”tres compañías de Sri Lanka, una de Pakistán, otra de Somalia y otra de Australia”, explicó.

Pero uno de los proyectos más grandes de Barki se estaba negociado antes de que obtuviera el premio.

”He confirmado el envío de un millón de faroles solares a Sudáfrica en un plazo de dos años. Ahora estamos trabajando sobre los detalles de precios”, precisó.

Para la fabricación a semejante escala, Barki hizo un acuerdo con una compañía china. ”Con China logré una ventaja comparativa de 40 por ciento sobre los precios de India”, detalló.

La dificultad es obtener la cantidad de granos de silicona necesaria para construir los paneles solares. Para ello, Barki se embarcó en una alianza con una compañía japonesa.

”Éste es un tema crucial pues hay escasez en todo el mundo debido al muy alto consumo y demanda de granos de silicona de Alemania”, explicó Barki.

”Nosotros no tenemos el suministro suficiente, y no podríamos arreglárnosla sin ese producto. Afortunadamente hemos encontrado un proveedor en Japón”, sostuvo el empresario.

”Nuestra facturación del año pasado fue de medio millón de dólares”, agregó. Con nuevos pedidos en marcha, Barki podría recibir el título del Bill Gates de las lámparas solares.

Barki dijo que bautizó a su invento Aishwarya, porque la actriz combina ”belleza con inteligencia”. Muchos podrían estar de acuerdo, pero nadie duda que ambas Aishwarya han tenido un éxito extraordinario.

Las lámparas solares proveen de luz limpia a habitantes de aldeas que no tienen acceso a la electricidad. El uso de estas lámparas ha revolucionado la vida de cientos de personas.

Barki fundó NEST en 1998, y creó la lámpara Aishwarya en 2001. Su propósito era lograr un farol lo suficientemente adaptable como para iluminar a niños estudiando, a granjeros ordeñando o a las mercancías de los vendedores callejeros.

Una producción esencialmente ”hecha en India” ha adquirido ahora insumos y alcance global. (

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