La industria eléctrica cubana no podrá cumplir esta vez su compromiso de garantizar a la población un verano libre de cortes de energía, debido a la severa crisis de producción que atraviesan las plantas generadoras.
La situación actual fue calificada de compleja por la ministra cubana de la Industria Básica, Yadira García, durante un programa transmitido por dos canales de la televisión estatal.
García aseguró que se está trabajando para resolver el problema y que los cortes de electricidad podrían disminuir en las próximas semanas. Pero, reconoció, que cualquier mejoría no está exenta de riesgos por la posibilidad de nuevas averías.
En la actualidad, la mayoría de las instalaciones tiene entre 25 y 35 años de explotación y su mal estado técnico genera grandes riesgos para el Sistema Electroenergético Nacional (SEN), comentó la ministra cubana de la Industria Básica en su alocución el lunes por la noche.
Junto con la luz se va el agua y el gas en aquellas zonas del país donde esos servicios básicos dependen del SEN. Asimismo, los equipos electrodomésticos sufren y no pocos alimentos por el descongelamiento durante horas de los refrigeradores.
Vas al trabajo y no puedes trabajar porque no hay luz, pero tienes que quedarte perdiendo el tiempo por si llega. Si el apagón te sorprende de noche mueres de calor o de aburrimiento, dijo un técnico en computación habanero de 37 años.
Fuentes oficiales detallaron que los apagones en La Habana han alcanzado de seis a siete horas y en otras regiones de esta isla caribeña se han extendido por 10 horas.
En algunos lugares, los cortes de energía se producen más de una vez al día. Varias veces he estado toda la mañana sin luz y se ha vuelto a ir toda la noche, contó Noemí Herrera, una artesana de 42 años que vive en el corazón de la capital cubana.
En tanto, en algunas provincias del oriente del país como Santiago de Cuba y Guantánamo los cortes han llegado a 12 horas o más.
El gobierno publica la programación de los apagones y muchas veces duran más tiempo. De noche, la mitad de la ciudad está apagada, comentó a IPS una trabajadora del Hotel Guantánamo, a unos 970 kilómetros de La Habana.
Desde los peores momentos vividos en la pasada década, cuando los cortes de luz podían extenderse por más de 12 horas, el gobierno de Fidel Castro ha evitado la mezcla explosiva de las altas temperaturas de julio y agosto en el verano boreal con los cortes de energía eléctrica.
Junio suele ser el mes más caluroso del año en la isla, pero es a fines de ese mes y hasta el primero de septiembre que millones de estudiantes de todas las edades salen de vacaciones y, con ellos, un gran número de madres y padres.
El Ministerio de la Industria Básica decidió este año concentrar el mantenimiento programado de las plantas que integran el SEN en los meses de abril a junio para garantizar el servicio en julio y agosto.
Pero la situación se complicó con una cadena de averías en tres centrales termoeléctricas y empeoró aún más el fin de semana pasado con una rotura en el complejo Antonio Guiteras, responsable por la generación de 15 por ciento de la electricidad que consume el país.
El déficit de generación durante las 27 horas en que la Guiteras estuvo fuera de servicio ascendió a mil megavatios, afirmó García.
Juan Manuel Presa, director de la empresa Unión Nacional Eléctrica, aseguró que antes de fines de este mes la disponibilidad de generación llegará a 1.850 megavatios si no ocurren nuevos incidentes.
Cuba tiene una capacidad instalada de 3.200 megavatios. Se estima que cuando la disponibilidad asciende a 60 o 65 por ciento de la capacidad instalada hay condiciones para brindar buen servicio. En 1988 y 1989, la isla tenía una disponibilidad de 80 por ciento.
Tras la disolución en 1991 de la Unión Soviética y el consecuente cese de su suministro estable de petróleo, la disponibilidad en Cuba descendió 50 por ciento en 1993 y 1994.
La recuperación paulatina se produjo entre 1997 y 2000 con la instalación de nuevas unidades y la modernización de otras, y ya al año siguiente la disponibilidad había crecido hasta 69,5 por ciento para volver a caer en 2004.
Una rotura en la planta termoeléctrica Antonio Guiteras llevó al gobierno a decretar medidas extraordinarias de ahorro, incluidas el cierre de importantes industrias, durante el segundo semestre del pasado año.
La crisis de energía por déficit de petróleo de la pasada década fue reemplazada ahora por severos problemas de generación de electricidad.
García enumeró como puntos rojos la obsolescencia de las termoeléctricas y las dificultades para adquirir piezas de repuesto por la desaparición, privatización o modernización de las empresas fabricantes.
La política de desarrollo del sector incluye inversiones para modernizar el sistema de generación, el mejoramiento de las redes de transmisión y distribución, y la implementación de medidas de ahorro que involucran a toda la población de la isla.