COMERCIO: Ronda de Doha tropieza otra vez

Los planes de establecer las modalidades de la negociación de la Ronda de Doha se frustraron esta semana ante la persistencia de diferencias profundas en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre la liberalización del intercambio de productos agrícolas.

Una reunión sostenida este jueves por la noche entre la Unión Europea (UE) y otros 12 negociadores clave, incluidos algunos miembros del Grupo de los 20 (G-20) países en desarrollo, confirmó que se han desvanecido las posibilidades de un acuerdo a corto plazo, dijo un asistente a esa sesión que no quiso dar su nombre.

El fiasco ya había sido confirmado en la mañana por el tailandés Supachai Panitchpakdi, director general de la OMC, la institución que impulsa las negociaciones lanzadas en la capital de Qatar, en noviembre de 2001.

El jefe de la OMC dijo a los representantes de los 148 estados miembros de la organización que había pulsado el timbre de alarma avisando del peligro de fracaso en la presente etapa de negociaciones.

El programa de trabajo adoptado hace un año por la OMC, y luego corregido para adaptarlo a la marcha dificultosa de las negociaciones, establecía que al concluir el mes de julio quedarían aprobados por lo menos los puntos de aproximación para orientar la fase final de las discusiones.

La ilusión de los negociadores descansaba inicialmente en la posibilidad de que la sexta conferencia ministerial de la OMC de diciembre próximo, en Hong Kong, aprobara el marco definitivo de la negociación para permitir que durante 2006 se cerraran los tratos cuantitativos, y de esa manera concluir la Ronda el 1 de enero de 2007.

Pero ahora, ”cada día se profundiza la crisis de inmovilidad”, describió Supachai, quien exhortó a los estados miembros a escuchar la alarma y a ”actuar en consecuencia”.

Una reunión de ministros de Comercio y de Relaciones Exteriores de un grupo reducido de países de la OMC, realizada la semana pasada en la ciudad china septentrional de Dalian, había despertado algunas esperanzas sobre el futuro de la Ronda de Doha.

El entusiasmo fue alimentado especialmente por una propuesta del G-20, encabezado por Brasil, China e India, que aportaba una solución de equilibrio al problema crucial de la negociación agrícola, en el rubro del acceso a los mercados, que refiere básicamente a los aranceles aplicados a las importaciones del sector.

El G-20, integrado por países que excluyen categóricamente los derechos de importación en agricultura, como Argentina y Uruguay, y también por otros como India, que aplican esos aranceles, logró congeniar una posición común, un esfuerzo que reconoció el portavoz de la OMC, el estadounidense Keith Rockwell.

El G-20 y otros actores principales de la negociación agrícola esperaban escuchar este jueves la respuesta elaborada por la UE, una de las potencias productoras y exportadoras en ese sector.

Pero las explicaciones de los europeos decepcionaron a los asistentes a la reunión, dijo la fuente. Los voceros europeos repitieron los argumentos expuestos este mismo jueves en Londres por el comisario de Comercio de la UE, el inglés Peter Mandelson, insistió el informante.

Mandelson sostuvo, durante una conferencia en el centro financiero de la capital británica, que en Dalian la UE ya ha contribuido a movilizar las negociaciones de Doha.

Otras naciones industrializadas, inclusive Estados Unidos, deben igualar las reformas internas y los esfuerzos negociadores ”que nosotros ya hemos realizado en las subvenciones agrícolas”, aseguró.

El negociador europeo propone que Estados Unidos demuestre su decisión de reformar las medidas de apoyo interno, como se denominan en general las disposiciones de sostén a los agricultores, y las políticas de competencia de las exportaciones, que aluden a las subvenciones otorgadas al comercio exterior de bienes agrícolas.

En su disertación en Londres, Mandelson empleó también la táctica europea de diferenciar a las naciones en desarrollo para reclamarles compromisos distintos en los acuerdos de agricultura.

China, Brasil e India no son lo mismo que Lesotho, Camboya y Santa Lucía, dictaminó. Reclamó asimismo que los países en desarrollo más avanzados del G-20 den señales de comprometerse en otras ramas de la negociación de Doha, como los aranceles industriales, los servicios y las normas.

El negociador de uno de los países del G-20, que pidió no ser identificado, dijo a IPS antes de la reunión con la UE que las posibilidades de un acuerdo en el plazo de fin de julio eran muy remotas.

”Muchos factores tendrían que avenirse”, dijo. Uno de ellos sería la presentación de ”una propuesta seria” de la UE, que a su vez resultara aceptable para Australia y Estados Unidos.

Otra condición necesaria para el éxito de la negociación sería que Estados Unidos conviniera con la UE la modificación de las ayudas internas a los agricultores, y que toda esa iniciativa recibiera el apoyo de los países más proteccionistas en agricultura del Grupo de los 10, encabezado por Japón, Suiza y Noruega.

”Estabilizar todas esas piezas en el tablero será prácticamente imposible”, vaticinó el negociador.

De todos modos, la OMC prosigue con su programa de reuniones que incluyen sesiones de su consejo general, el máximo organismo de gobierno, en la semana venidera. Se espera que el consejo diseñe un nuevo plan para acelerar las negociaciones después del receso de la OMC en el mes de agosto, con vistas a la conferencia de Hong Kong.

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