Como muchos musulmanes bosnios que viven en el exterior, Eldvin viaja cada verano desde su actual hogar en Arizona, Estados Unidos, a su nativa Bosnia-Herzegovina.
Pero no lo hace para visitar a su familia, sino para tratar de descubrir qué ocurrió con su hermano menor Samir, que no sobrevivió a julio de 1995, explica el joven de 27 años, que no quiso dar su apellido.
Eldvin y Samir trataban de escapar del enclave musulmán de Srebrenica cuando fueron capturados por el ejército serbio de Bosnia el 11 de julio de 1995, en los días finales de la guerra de esa antigua provincia yugoslava.
Eldvin tuvo la suerte de escapar ileso, pero Samir fue ejecutado junto con unos 8.000 hombres y adolescentes varones de Srebrenica, tras la caída de la ciudad en manos serbobosnias. Su cuerpo nunca fue hallado, pero Eldvin y sus padres no han abandonado la búsqueda.
Su esperanza pende de las muestras de sangre que entregaron al laboratorio de la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas, con sede en la central localidad bosnia de Tuzla. Si los científicos logran identificar los restos de Samir, su familia podrá enterrarlo.
Eso sería el punto final. Finalmente terminaríamos de aceptar lo que le ocurrió a Samir, dijo Eldvin a IPS.
En una ceremonia que marcó el décimo aniversario de la masacre de Srebrenica, más de 600 cadáveres identificados fueron enterrados este lunes en el sitio recordatorio de Potocari, cerca de esa ciudad.
Participaron de la ceremonia ministros de Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y Holanda, y en una señal de reconciliación, el presidente de Serbia, Boris Tadic.
Más de 1.200 víctimas identificadas ya habían sido enterradas, y otros cientos fueron inhumadas en diferentes sitios de Bosnia, donde sus familias se reinstalaron en 1995.
Srebrenica era el enclave musulmán del este de Bosnia, donde vivían más de 40.000 personas durante la guerra. Después de su caída, sus habitantes fueron expulsados a Tuzla y otras ciudades, y las autoridades serbobosnias llevaron serbios de toda Bosnia a vivir en el área.
Actualmente, Srebrenica tiene menos de 10.000 habitantes, en su mayoría serbios.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, unos 2.800 musulmanes regresaron a sus hogares de antes de la guerra, en su mayoría aldeas en los alrededores de Srebrenica.
La Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas fue creada en 1996, una vez finalizada las guerras de desintegración de la antigua Yugoslavia, que dejaron más de 250.000 muertos y al menos 40.000 desaparecidos.
Al principio, expertos forenses nacionales y extranjeros trabajaban con los restos descubiertos en fosas comunes para tratar de identificar a las víctimas. Ese proceso sólo condujo a la identificación de 52 víctimas para 2001, según cifras de la Comisión.
La identificación se dificultó porque los serbobosnios reenterraban a sus víctimas en diferentes sitios.
Más de 3.500 sacos con restos de las víctimas de Srebrenica permanecen en la morgue de Tuzla a la espera de su identificación.
La inauguración del laboratorio de ADN, hace cuatro años, aceleró el proceso, destacó el director de programa de la Comisión, Zlatan Sabanovic, en Tuzla.
Es un gran rompecabezas científico. El objetivo es ofrecer a los familiares de las víctimas una confirmación con 99,99 por ciento de certeza, dijo a la prensa.
Para lograrlo, comparan muestras de ADN (ácido desoxirribonucleico) de los familiares con muestras de ADN de los restos. Esa comparación es más fácil cuando los padres de las víctimas están vivos y brindan muestras de sangre, explicó Sabanovic.
Pero en muchos casos, las víctimas eran padres, y eso reduce la probabilidad de identificación de sus hijos asesinados. El material genético de una hija sobreviviente no puede usarse para identificar a su padre muerto, ni el de una hermana para identificar a su hermano.
Todavía nos queda mucho por hacer, pero estamos orgullosos de lo realizado hasta el momento, declaró a la prensa Rifat Kesetovic, jefe de patología forense de la Comisión, que ayudó a identificar a víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y del maremoto de diciembre de 2004 en Asia.
El dolor de los familiares es el mismo en todas partes. Lo menos que se puede hacer es ayudar a cerrar la herida, declaró Nura Begovic, directora de la organización no gubernamental Madres de Srebrenica, de Tuzla.
Además de la identificación, los familiares también esperan justicia. El ex líder serbobosnio Radovan Karadzic y el comandante de su ejército, general Ratko Mladic, acusados de la matanza, permanecen prófugos.