El huracán Dennis, el primero de esta temporada de ciclones del mar Caribe, penetró este viernes con vientos de gran velocidad en Cuba, que lo esperaba en alerta máxima, luego de afectar Jamaica, Haití y República Dominicana, y matar al menos a cinco personas.
La pared del ojo del huracán ingresó a territorio cubano por el sur de la bahía de Cienfuegos, en el centro de la isla, a la hora 13:00 local (17.00 GMT), con vientos sostenidos de 240 kilómetros por hora y rachas de 290 kilómetros, informó José Rubiera, jefe del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología.
Para la bahía de Cienfuegos se prevén olas de 4,5 a cinco metros y severas inundaciones.
El Instituto de Meteorología calificó la trayectoria de Dennis como extremadamente peligrosa para la mayoría de las provincias cubanas, pues cuando bordeaba la costa sur del archipiélago se situaba ya en la categoría cuatro de la escala Saffir-Simpson y se dirigía lentamente hacia el noroeste.
El huracán avanza a una velocidad de 28 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
Rubiera estimó que el huracán se haría sentir con lluvias intensas y vientos huracanados en una zona del centro y occidente del país que comprende desde la provincia de Sancti Spiritus, a unos 360 kilómetros de la capital, Cienfuegos, parte de Villa Clara, Matanzas y las dos provincias habaneras, Ciudad Habana y La Habana.
Marejadas muy fuertes, inundaciones costeras y elevaciones del nivel del mar de entre tres y cinco metros de altura son previsibles. Las lluvias pueden ser muy intensas y el tiempo se irá deteriorando, dijo el experto.
Dennis es un huracán de gran peligrosidad para Cuba y es recomendable que los 11,2 millones de habitantes sigan de manera estricta las orientaciones de la Defensa Civil, a cargo de la protección de personas y bienes ante situaciones de desastres, dijo el especialista.
Rubiera asoció la notable fuerza de este huracán con el calentamiento de la superficie del mar Caribe occidental, con temperaturas de 30 y 31 grados, y con la presencia de condiciones muy favorables para su desarrollo en la atmósfera superior.
Julio ha sido históricamente el de menor peligro para Cuba dentro de la temporada ciclónica. De acuerdo a los registros disponibles, desde 1800 hasta ahora sólo tres huracanes han azotado a esta isla caribeña en el séptimo mes del año.
Las medidas de prevención incluyen la evacuación a sitios seguros de miles de personas que residen en las zonas en peligro de sufrir inundaciones, penetraciones del mar o derrumbes.
Dennis podría abandonar Cuba en la noche de este viernes o la madrugada del sábado por la porción más occidental de Matanzas, para dirigirse al meridional estado estadounidense de Florida.
La advertencia de huracán, lanzada por el estadounidense NHC, está en efecto para los cayos meridionales de Florida, mientras para el resto de esas islas se mantenía la previsión de tormenta tropical.
También para las próximas 24 horas, el NHC estableció avisos de tormenta tropical para toda la costa este de Florida.
La actual temporada ciclónica, considerada muy activa por los meteorólogos, comenzó el 1 de junio en la porción del océano Atlántico correspondiente al golfo de México y el mar Caribe. Se espera la formación de 13 tormentas tropicales, siete de los cuales pueden convertirse en ciclones de gran intensidad.
Entre las causas de esa intensidad figuran la ausencia, al menos por los próximos cuatro meses, del fenómeno oceánico y atmosférico que se desarrolla en las aguas ecuatoriales del océano Pacífico, conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).
Este fenómeno tiene dos fases de temperaturas oceánicas: una cálida, El Niño, y otra fría, La Niña. Y comprende otro factor, los cambios de la presión atmosférica medidos por los meteorólogos en el índice de la Oscilación del Sur.
El ENOS está relacionado con trastornos climáticos en muchos lugares del mundo.
Antes de acercarse a Cuba, Dennis provocó en Jamaica abundantes precipitaciones, inundación de carreteras y deslizamientos de tierra, causando interrupciones en el servicio de energía eléctrica en la región este de esa isla.
En Haití, distante sólo 77 kilómetros de Cuba, cuatro personas murieron al caer un puente en la ciudad sureña de Grand-Goave afectado por inundaciones, y una quinta murió en Les Cayes, también en el sur.
En la capital y en varias provincias costeras de República Dominicana las precipitaciones fueron intensas y provocaron también inundaciones. Dos personas que participaban en labores de limpieza resultaron heridas.
Gracias a su bien aceitado sistema de prevención de desastres, Cuba redujo al mínimo las muertes en este tipo de tormentas, aunque no ha logrado abatir los daños económicos.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el impacto de los ciclones tropicales provocó a Cuba pérdidas por 4.500 millones de dólares en los últimos diez años. Sólo el huracán Michelle, de noviembre de 2001, causó daños materiales de 1.000 millones de dólares..
Uno de los mayores costos son los daños a las viviendas, según reconocen las autoridades cubanas.