El Ayurveda, antiguo sistema para alcanzar la salud y la longevidad a base de hierbas, goza de una suerte de renacimiento en India, a pesar de los insistentes ataques de médicos occidentales para quienes sus preparados son tóxicos.
Mis pacientes me preguntan cada vez con mayor frecuencia si es seguro ingerir los preparados ayurvédicos que les receto, dijo a IPS Sujath Kumar, director de la cadena de clínicas de la especialidad Santhigiri Ashram, célebre en toda India.
Los médicos alópatas (pertenecientes a la escuela tradicional de medicina predominante en Occidente) califican a los ayurvédicos de curandería y de contaminar los medicamentos que éstos administran con metales tóxicos y aun con esteroides.
Kumar suele explicar a sus pacientes que Santhigiri Ashram dirige sus propias huertas y procesa sus propios medicamentos, de acuerdo con textos antiguos. Existen pocas posibilidades de que metales pesados o esteroides contaminen esas sustancias, asegura el experto.
Tal vez haya personas que tratan de hacer dinero adulterando medicinas ayurvédicas o fabricando otras sustancias para venderlas como tales, pero eso ocurre también con los medicamentos alopáticos, advirtió Kumar.
La medicina alopática se concentra en el tratamiento de los síntomas y no en los tratamientos holísticos que excluyen la cirugía como posibilidad, según indica el Ayurveda.
El problema es que la eficacia de los medicamentos ayurvédicos depende de la fe de los pacientes que los ingieren. Lo peor que puede sucedernos es una ola de propaganda adversa a manos de gente que no entiende nada de esta antigua ciencia, sostuvo Kumar.
El Ayurveda, desarrollado hace más de 5.000 años, apela a hierbas, aceites medicinales y masajes para estimular los mecanismos naturales de defensa del cuerpo, de modo de derrotar enfermedades y alergias una vez que el médico establece el tipo físico de cada individuo.
Millones de personas recurren a estos tratamientos en todo el mundo, no sólo en India.
Las dudas comenzaron a circular cuando la Revista de la Asociación Médica de Estadounidense reveló en diciembre que 20 por ciento de los medicamentos ayurvédicos vendidos en el país norteamericano contenían trazas de plomo, mercurio y arsénico, en proporciones posiblemente tóxicas.
En Estados Unidos, los productos ayurvédicos son vendidos como complementos de dieta, sin que se analice su seguridad o eficacia en los laboratorios oficiales.
Desde 1978, se detectaron en ese país y en otros al menos 55 casos de niños y adultos intoxicados con metales pesados asociados con la ingesta de estos medicamentos, según escribió en la publicación Robert Saper, de la Escuela de Medicina de Harvard.
Los autores del informe analizaron 70 productos ayurvédicos a la venta en comercios de de la nororiental ciudad estadounidense de Boston y detectaron trazas de plomo, mercurio o arsénico en 14 de ellos.
La dosis recomendada por el fabricante superaba con creces los niveles admisibles para esas sustancias, según la revista.
A medida que el estudio realizado en Boston comenzó a ser conocido en India, la semilla de la duda germinó entre cientos de miles de pacientes que prefieren los tratamientos ayurvédicos por sobre los alopáticos, no solo por su eficacia sino también por su menor costo.
La controversia llegó, incluso, al parlamento indio. El propio ministro de Ciencia y Tecnología, Kapil Sibal, negó solemnemente que los medicamentos ayurvédicos contuvieran sustancias tóxicas, y sugirió que los resultados del estudio en Boston pudo estar motivado por intereses ajenos al bien común.
Para Sibal, resulta sospechoso que el informe se conociera cuando las ciencias ayurvédicas ganan lentamente popularidad dentro de Estados Unidos, al mismo tiempo que los tratamientos alopáticos se vuelven cada vez más caros, especialmente para millones de personas que carecen de seguro médico.
La propia Revista de la Asociación Médica Estadounidense calculó que al menos 750.000 adultos recurrían al Ayurveda en el país norteamericano, a pesar de que los profesionales que la practican carecen de licencia para ejercer la medicina allí.
Krishan Kumar Aggarwal, presidente de la Asociación Médica de Delhi y respetado cardiólogo, sostuvo que, al contrario que la medicina china, cuyos practicantes cuentan con licencia en Estados Unidos, el Ayurveda no ha sido promovido por ningún grupo de presión importante en ese país.
Sólo en los últimos años surgieron organizaciones como la Asociación de Médicos de Origen Indio, que cuenta con más de 50.000 profesionales y está resuelta a exigir el reconocimiento del Ayurveda.
La promoción es consecuencia de los esfuerzos de personalidades carismáticas como Deepak Chopra, médico y autor de libros que se basan sobre los principios ayurvédicos, explicó Aggarwal.
Con estudios en la Clínica Lahey de Boston y la Universidad de Virginia, Chopra cuestiona la no aceptación de las ciencias ayurvédicas en Estados Unidos por parte de la comunidad médica.
Su propia institución, el Centro Chopra para el Bienestar, no es un centro médico sino que es calificado como establecimiento de carácter experimental.
Aggarwal, experto en farmacología además de cardiólogo, consideró injusto que los médicos alópatas atemoricen a sus pacientes respecto del Ayurveda cuando los medicamentos que ellos mismos prescriben tienen, con frecuencia, graves efectos secundarios que no se preocupan por explicar.
Al atacar al Ayurveda, estos médicos impiden que los pacientes aprovechen tratamientos para enfermedades consideradas incurables por la medicina moderna, sea en India, en Estados Unidos o en cualquier lugar, agregó.
Ya es suficientemente grave que muchas hierbas necesarias para elaborar medicamentos ayurvédicos sean escasos o hayan sido robados por biopiratas, concluyó Sujath Kumar.