Los precios internacionales del petróleo alcanzaron por segundo día consecutivo la cota de los 60 dólares por barril, afectando tanto a los grandes mercados consumidores de Asia como a pequeñas plazas en América Central.
El crudo West Texas Intermediate (WTI), el tipo dulce ligero estadounidense, tocó este viernes en Nueva York la barrera de los 60 dólares y luego se vendió a distintos precios ligeramente inferiores, estabilizándose al cierre de las operaciones a 59,50 dólares la unidad.
En Londres, el crudo Brent del mar del Norte, la referencia europea, avanzó hasta 58,26 dólares el barril de 159 litros, pero finalmente finalizó en 58,12 dólares.
Durante la semana, los valores en los mercados mundiales subieron unos tres dólares por barril, y los promedios fueron de 58,85 dólares para el WTI, 57,62 dólares para el Brent, y 52,45 dólares para la cesta de 11 crudos que emplea la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), informó el Ministerio de Energía en Venezuela.
La actividad especulativa en los mercados a futuro, reflejando la preocupación por los suministros de productos refinados para la segunda mitad del año, principalmente en Estados Unidos, continuó ejerciendo presión sobre los precios, indicó el reporte semanal de la cartera energética de Venezuela, el único país latinoamericano miembros de la OPEP.
El canciller venezolano, Alí Rodríguez, ex secretario general de la OPEP, ha destacado que, mientras el mundo consume diariamente algo más de 80 millones de barriles de crudo, en los mercados de futuros durante algunas jornadas se transan, con reventas sucesivas, entre 160 y 200 millones de barriles de papel.
Los operadores de mercado parecen haber tomado el control, según la firma Alaron Trading, con base en Chicago, y aunque los precios pueden descender algunos dólares en los días venideros también pueden ascender al punto de que 100 dólares no parece un precio imposible, en el próximo invierno boreal, dijo la analista Verónica Smart,
Sin embargo, sólo falta que se produzca cualquier perturbación de la producción, en cualquier lugar del mundo, para que antes de lo previsto los precios se encaminen hacia los 80 dólares, dijo Richard Slape, de la firma londinense Seymour Pierce.
La demanda mundial de crudo, actualmente de unos 83 millones de barriles, avanzará hasta alrededor de 86 millones en el último trimestre del año, según la OPEP, y aún más según la Agencia Internacional de Energía, de países industrializados.
Las señales de los últimos días han robustecido la demanda, como la decisión de China para hacerse con una reserva de 100 millones de barriles en tres años, según el cotidiano China Daily, a semejanza de la estadounidense, que se ubica en 327 millones de unidades y cuyo ascenso o descenso incita a vender o comprar.
La OPEP, por su parte, acaba de ofrecer una nueva pero pequeña apertura de sus grifos, de unos 500.000 barriles por día para agregarlos a su oferta que bordea los 30 millones de unidades, pero que ya no logra contener los precios.
La Organización está formada por Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela, pero produce, como el resto del mundo, casi al tope de su capacidad y los nuevos volúmenes que agrega son sobre todo de crudos pesados y ácidos, los menos requeridos por las refinerías.
Las destilerías, que prefieren crudos ligeros y con poco azufre, presentan un cuello de botella para la entrega de derivados, mientras en el mayor mercado del mundo, Estados Unidos, crece la demanda de gasolina, tres por ciento más que el año pasado, y de destilados, seis por ciento más.
Los problemas tienen que ver con un déficit en la capacidad de refinación, ya que en Estados Unidos ûque demanda 9,5 millones de barriles diarios de gasolina, casi uno de cada dos litros de ese carburante producidos en el mundo— hace más de 25 años que no se construye una nueva refinería. Los precios seguirán altos, dijo el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez.
Ese panorama no sólo disparó los precios en los principales mercados compradores de petróleo sino que afectó por ejemplo al conjunto de las bolsas asiáticas.
La bolsa de Tokio retrocedió 0,34 por ciento este viernes, la de Manila 0,41 por ciento, en Bangkok 0,42 por ciento, en Taipei 0,52 por ciento, en Kuala Lumpur 0,47 por ciento e incluso en Yakarta, capital de la petrolera Indonesia, el retroceso fue de 0,15 por ciento.
En los mercados más reducidos, como los pequeños consumidores de América Latina, el impacto sobre la vida cotidiana es notorio. en Panamá, por ejemplo, el precio de la gasolina subió este viernes seis centavos de dólar por galón (3,8 litros), para quedar entre 2,23 y 2,30 dólares, es decir, un precio semejante al de Estados Unidos.
Los transportistas panameños se alistan para la eventualidad de que el gobierno elimine la exoneración temporal de impuestos, de 20 centavos de dólar por galón.
En la vecina Costa Rica, el ministro de Ambiente y Energía, Carlos Rodríguez, presentó un plan que prevé, entre otras medidas, que los empleados públicos lleguen a sus oficinas una hora más temprano, a las siete y no a las ocho de la mañana, para ayudar a descongestionar el tránsito y así tratar de ahorrar combustible.
En Nicaragua, el economista Roger Cerda mostró otra cifra de escalofrío: ese país que exportó 756 millones de dólares en 2004, dedicó a sus importaciones de petróleo 389 millones de dólares. Al ritmo actual de los precios, la factura petrolera alcanzaría 500 millones, más de la mitad de los 900 millones de dólares que ese país pueda vender.
Chile, que tiene un sistema de indexación de sus precios de carburantes con los del WTI, recibe con cada alza del crudo texano la certidumbre de que la gasolina y el combustible diesel serán más caros, en tanto el alza en los combustibles de aviación ya afectó a su Fuerza Aérea en unos cinco millones de dólares.
El apetecido combustible de aviación carga por igual las facturas de militares y civiles: la compañía británica British Airways anunció en Londres que instrumentará esta semana una nueva escala de sus tarifas, para encajar el impacto el petróleo caro.
Relativamente, caro, sin embargo, recuerdan expertos en Venezuela como Víctor Poleo. En 1981, tras el estallido de la guerra entre Irán e Iraq, el crudo árabe que compraba Estados Unidos costaba 35,24 dólares el barril, lo que en la actualidad, al hacerse ajustes por la depreciación del dólar e inflación, representa más de 75 dólares.