El acceso al impresionante cañón del Colca, al sur de Perú y uno de los más profundos del mundo, se ha normalizado tras medidas de fuerza de pobladores y autoridades locales, que lograron más participación en el manejo de los crecientes ingresos que genera el turismo, pero quedan huellas del conflicto que en la primera quincena de mayo dejó incluso algunos heridos.
Los días 28 y 29 de mayo IPS comprobó en ese paradisíaco paraje de la provincia de Caylloma, departamento de Arequipa, que el flujo turístico es regular y sin contratiempos.
Seguimos y seguiremos trabajando con las autoridades del lugar para solucionar temas de interés común, dijo a IPS Pablo Castañeda, director ejecutivo del Programa Corredor Turístico Sur Peruano (Pctsp), que agrupa a guías, operadores turísticos, y propietarios de agencias de viajes, hoteles, empresas de transporte y restaurantes que trabajan en el Colca.
Sin embargo, expresó también preocupación por el presunto carácter político de las protestas realizadas el mes pasado, que incluyeron el bloqueo de todas las rutas que conducen al valle donde está el espectacular cañón.
En opinión de Castañeda, uno de los factores en juego es la proximidad de la campaña electoral que culminará en abril del 2006 con la elección de un nuevo presidente y la renovación del parlamento, a uno de cuyos escaños, según algunos pobladores, aspira el actual alcalde de Caylloma, Elmer Cáceres Llica, uno de los organizadores de las protestas.
Viviana Tejeda, una experimentada guía de la zona, coincidió en que pudo haber móviles políticos detrás de las medidas de fuerza, pero también dijo a IPS que nadie mejor que los propios pobladores del Colca sabe cuáles son sus necesidades, aunque a veces prevalezca la idea de que ellos no se pueden autogestionar.
El valle del Colca comienza aproximadamente 165 kilómetros al sur de la ciudad de Arequipa, que es la segunda del país. Es la ruta del río Colca, que nace en una zona de volcanes andinos de más de 6.000 metros de altitud, tales como el Ampato y el Coropuna, de 6.310 y 6.425 metros sobre el nivel del mar, respectivamente.
Llega hasta Majes, un pueblo costero de la región de Arequipa, pero antes, a la altura del poblado andino de Pinchollo (a más de 3.600 metros de altura), el valle se estrecha durante más de 200 kilómetros y se convierte en un asombroso cañón, que en un punto llega a tener más de 3.400 metros de profundidad, un verdadero récord natural en el mundo.
En la zona viven descendientes de pueblos prehispánicos llamados cabanas y collahuas, que aún preservan curiosos vestidos y costumbres. El cañón del Colca es, además, el hábitat de varias especies típicas de animales y plantas, entre las que se destaca el cóndor andino, la enorme ave rapaz que llega a medir tres metros de extremo a extremo de sus alas abiertas.
Las protestas empezaron el 3 de mayo, cuando se declaró un paro por tiempo indefinido en Caylloma para exigir que se cambiara la composición del directorio de la Autoridad Autónoma del Colca (Autocolca), organismo que maneja los ingresos turísticos de la zona
Cáceres Llica otros alcaldes demandaban mayor presencia en Autocolca y la lograron el 11 de mayo, cuando la Comisión de Comercio Exterior y Turismo del Congreso de la República aprobó la modificación de la ley 24521, que rige en la materia.
De acuerdo con la nueva norma, el Autocolca estará compuesto en adelante por 10 integrantes, de los cuales cinco son alcaldes de pueblos y ciudades ubicadas en el valle del Colca o en regiones aledañas. Pero las protestas continuaron hasta el día siguiente, debido a que los pobladores exigían un documento que oficializara los cambios.
Ese documento llegó por la tarde del 12 de mayo, y fue levantado el paro; pero cuando IPS visitó el Colca todavía se escuchaban algunas quejas. Jessica Castro, una pobladora del distrito de Cabanaconde dedicada a la venta de artesanías, sostuvo por ejemplo que Autocolca no la ayuda de manera suficiente en su trabajo.
Sólo el cobro por ingreso de turistas al valle que percibe Autocolca sumó el año pasado 1.563.832 soles (más de 481.000 dólares), con unos 100.000 visitantes, y se espera que este año haya más de 150.000.
A eso deben sumarse los ingresos captados por las decenas de restaurantes y hoteles que ya funcionan en Chivay, la capital de Caylloma, un pueblo que hasta hace 10 años ni siquiera contaba con suministro permanente de energía eléctrica.
Castañeda sostiene que se debe trabajar bajo el concepto de un desarrollo del turismo sostenible y no usar los dineros en construir carreteras o arcos de ingreso a los pueblos, en alusión a la supuesta mala administración de los ingresos de Autocolca, que incluyeron el asfaltado de una carretera que hoy luce deteriorada.
Sea como fuere, parte de la población de Chivay y de los otros 13 pueblos del Colca parece ajena al conflicto entre las autoridades locales y regionales, y no participa del negocio turístico, salvo cuando acude al mirador de los cóndores o al altísimo paso carretero de Patapampa (4.910 metros sobre el nivel del mar) para vender artesanías y recuerdos del valle. (