MERCOSUR: Los chicos mejoran su defensa

El Fondo de Convergencia Estructural se constituyó en la mayor atracción de la Cumbre del Mercosur. Esta herramienta tan reclamada por los países más pequeños para afrontar las asimetrías económicas llega ahora, según analistas, como moneda de cambio para los intereses de liderazgo de Brasil.

”Es un hecho histórico”, señaló con euforia la canciller de Paraguay, Leila Rachid, al brindar el informe final sobre la presidencia semestral del bloque, que su país entregó a Uruguay este lunes en Asunción al cierre de la XXVIII Reunión Cumbre de Jefes de Estado del Mercado Común del Sur (Mercosur), que también integran Argentina y Brasil como miembros pleno.

A la cita asistieron los presidentes Luiz Inácio Lula Da Silva, de Brasil, Nicanor Duarte Frutos, de Paraguay, y Tabaré Vázquez, de Uruguay, además del vicecanciller de Argentina, Jorge Taiana, en representación del mandatario Néstor Kirchner, quien tras una estancia de pocas horas el domingo regresó a su país para encabezar la celebración del Día de la Bandera.

También se sumaron a la cumbre de este lunes los presidente Hugo Chávez, de Venezuela, Álvaro Uribe, de Colombia, Ricardo Lagos, de Chile, y Alfredo Palacios, de Ecuador, así como los cancilleres Armando Loayza, de Bolivia, y Manuel Rodríguez Cuadros, de Perú, todos países asociados del bloque, condición a la que Panamá solicitó acceder en esta misma instancia.

El Fondo de Convergencia Estructural (FCE) fue creado para ayudar a los socios del bloque con menor desarrollo económico, a fin de perseguir una cierta equiparación y disminuir las asimetrías, según lo acordado por los cancilleres y negociadores de los cuatro países miembros pleno del Mercosur en las reuniones previas realizadas desde el jueves al domingo inclusive.

Los recursos del FCE se aplicarán de manera escalonada y llegarán en tres años a 100 millones de dólares anuales, aportados por los tesoros de los cuatro países en cuestión.

Los mandatarios acordaron, además, que 70 por ciento de los recursos serán aportados por Brasil, otro 27 por ciento corresponderá a Argentina, Uruguay contribuirá con dos por ciento y Paraguay con el uno restante.

Se espera que en los últimos meses de este año ya estén definidos los procedimientos de aplicación y que los mismos puedan efectivizarse a partir de enero de 2006, aunque es posible que la cuestión se demore un poco más por los trámites parlamentarios de aprobación de este acuerdo y de los propios presupuestos nacionales, explicaron los negociadores.

El año próximo, el monto a ser destinado al fondo ascenderá a 50 millones de dólares, en 2007 se elevará a 75 millones y, finalmente, en 2008 se completarán los 100 millones de dólares previstos inicialmente. La utilización del dinero será fiscalizada por una comisión técnica especial.

En cuanto a los beneficiarios del FCE, Paraguay aparece en primero lugar con 48 por ciento de esos recursos, seguido de Uruguay con 32 por ciento, mientras que Argentina y Brasil podrán recurrir a 10 por ciento cada uno para atender el desarrollo de sus áreas más retrasadas social y económicamente.

Pero el nacimiento de esta herramienta, tan aplaudida por los gobernantes y negociadores, es observado con reservas por analistas políticos, como el especialista en asuntos del Mercosur y profesor universitario paraguayo Oscar Rodríguez Campuzano.

”Sin ninguna duda, la aprobación de esos fondos impulsados por Paraguay servirán como moneda de cambio para que Brasil logre más apoyo y pueda concretar su anhelado Parlamento” del Mercosur, dijo el experto a IPS.

Pero esa pretensión brasileña, en su carrera por liderar el bloque y América del Sur, choca contra la expresada posición del gobierno izquierdista de Vázquez de ponerle paños fríos a la creación del parlamento regional, como acordara días previos a la cumbre con el centroderechista Partido Nacional, el mayor grupo de oposición.

Precisamente, al anunciar los ejes sobre los cuales transitará su presidencia del bloque en este segundo semestre del año, Vázquez explicó que propiciará un encuentro de legisladores del Mercosur ”para definir cuánto, cómo y de qué manera se pretende avanzar en aspectos parlamentarios”.

De este modo dejó claro que, a su juicio, aún falta mucho camino que recorrer hasta la conformación del Parlamento del Mercosur, más allá de las coincidencias entre Brasilia y Buenos Aires al respecto, como lo indicara en reuniones previas a su asunción como presidente de Uruguay el 1 de marzo pasado.

El gobernante uruguayo anunció también en su discurso, al acceder por primera vez a la presidencia temporaria del bloque, que realizará un foro empresarial de la región, para que los hombres de negocios definan ”si realmente quieren el Mercosur, qué merco quieren y hasta dónde están dispuestos a avanzar”.

Finalmente informó que está previsto un encuentro de trabajadores del Mercosur para analizar y definir aspectos relativos a políticas sociales y laborales, así como una reunión de ministros de Energía con el fin de definir ”con precisión el proyecto de gas”.

Este último aspecto tiene que ver con otro de los logros alcanzados en las reuniones del fin de semana y este lunes en Asunción, como fue incorporar a las discusiones del Consejo Mercado Común la construcción del llamado anillo de gasoductos, que se proyecta desde el yacimiento peruano de Camisea para recorrer el norte chileno, cruzar Argentina y Uruguay hasta llegar a Brasil.

El viceministro paraguayo de Minas y Energía, Gustavo Ruiz Díaz, comentó que su país reclamó integrarse al plan, petición que fue aceptada, según confirmó el propio presidente Vázquez a los periodistas.

A su vez, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, también presente en Asunción, adelantó el interés de la entidad financiera multilateral para aportar parte de los 2.500 millones de dólares que, según los técnicos, se necesitan para poner operativo este ambicioso plan energético.

Bolivia también fue invitada especialmente a sumarse a la iniciativa, teniendo en cuenta que su subsuelo alberga la segunda mayor reserva de gas natural después de Venezuela. Por eso el canciller Loayza, aunque con cautela, expresó que su país ”tiene mucho que aportar al continente en esta materia”.

La ausencia a la reunión del flamante presidente interino boliviano, Eduardo Rodríguez, se debió precisamente a que aún persiste en ese país una crisis política e institucional latente, entre otras cosas, por el reclamo de nacionalización de los hidrocarburos, muchos de ellos en manos de la firma estatal brasileña Petrobras y de la privada argentino-española Repsol-YPF.

”El plan nos va a permitir captar inversión privada”, destacó por su parte el presidente Duarte Frutos.

”Hay que recordar los acuerdos de provisión gasífera que Perú tiene en marcha con México. Por eso, primero es necesario observar las reservas disponibles y, a partir de ahí, proyectar posibles exportaciones”, dijo a IPS el analista económico y consultor de empresas Sergio Britos.

En cambio, Rodríguez Campuzano interpretó que el plan energético esbozado ”es mas una presión a Bolivia para formalizar (y continuar con) exportaciones a la región que otra cosa, ya que este país perdió la posibilidad enviar su gas a los mercados de Estados Unidos y México”.

”No le veo factibilidad al tema peruano”, coincidió Britos.

Otro aspecto que saltó sobre el tapete en esta cumbre fue la sucesión en la presidencia del BID, que próximamente será dejada vacante por el hispano-uruguayo Iglesias.

El canciller peruano Rodríguez Cuadros adelantó que su país postulará al actual ministro de Economía, Pedro Kuczynski.

Otros postulantes son los vicepresidentes del BID, el estadounidense Dennis Flannery y el brasileño Joao Sayad, así como el economista colombiano Luis Alberto Moreno y los mexicanos Gil Díaz y Agustín Carterns.

La candidatura de Sayad se sumará a la larga lista de disputas y disgustos comerciales y políticos que mantienen Brasil y Argentina. Un diplomático de Buenos Aires admitió el domingo a IPS que el gobierno de su país tiene también postulante propio, aunque prefirió no adelantar el nombre.

En el aspecto político, el documento suscripto por los presidentes contiene una ”cláusula de derechos humanos” para garantizar su cumplimiento en los países del bloque.

Este nuevo compromiso tiene una aplicación similar a la del Protocolo de Ushuaia, firmado en la cumbre realizada en 1998 en esa austral ciudad argentina, que establece la plena vigencia de las instituciones democráticas como una ”condición esencial” para el desarrollo del proceso de integración.

Por otro lado, el presidente Duarte Frutos propuso a sus pares la consagración de una Carta Social del Mercosur, o Fondo Social Especial, para ayudar a los sectores más necesitados de los cuatro países, en lo que se denominó la ”Propuesta Asunción”.

”Se hará con la cooperación internacional de fondos no reembolsables”, explicó el mandatario paraguayo.

Asimismo, Venezuela solicitó su ingreso pleno al bloque, para lo que se comprometió a suscribir el requerido Protocolo de Ushuaia. No obstante, el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, expresó que el ingreso de ese país aún ”no está maduro”.

La cumbre había comenzado en el marco de una fuerte declaración política pública del vicepresidente paraguayo, Luis Castiglioni, quien había sugerido que su país debía abandonar el Mercosur para ”pasar a cuestiones más concretas”, en alusión al letargo del bloque por desavenencias entre los dos grandes socios.

Las expresiones de Castiglioni se sumaron a las críticas elevadas durante la semana por la también paraguaya Federación para la Producción, la Industria y el Comercio, que dos días antes de la reunión de mandatarios declaró que el Mercosur sólo provoca escepticismo y desánimo en el sector empresarial, ya que ”Paraguay sigue siendo un convidado de piedra”.

Sin embargo, Castiglioni fue desmentido por la canciller de su propio gobierno, quien dijo que ”es una locura” pensar en un futuro económico del país sin estar insertado en el bloque regional.

A todo esto, una iniciativa que no prosperó fue la propuesta de Asunción de aplicar medidas de salvaguardia temporales a determinadas importaciones dentro del Mercosur, lo cual generó opiniones divergentes entre argentinos y brasileños.

Rachid indicó que ”la cuestión seguirá siendo estudiada en el Consejo del Mercado Común”, que congrega a los ministros de Economía y cancilleres del bloque.

Tampoco fue abordado formalmente en la cumbre el tratado de inversiones con Estados Unidos que estudia Uruguay, un asunto que según observadores podría haber causado inconvenientes. ”Ese es un tema uruguayo que el país resolverá”, dijo Vázquez ante consultas al respecto.

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