IRAQ: EEUU sin atenuantes

Activistas y académicos presentaron nuevas evidencias de crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas de Estados Unidos, al participar de la última sesión del Tribunal Mundial sobre Iraq (WTI, por sus siglas en inglés) en esta ciudad turca.

El tribunal es una ”corte popular” integrada por académicos, defensores de los derechos humanos y representantes de la sociedad civil que intentan hacer una investigación independiente sobre las acciones de los soldados de Estados Unidos y Gran Bretaña en territorio iraquí.

Está inspirado en el Tribunal Bertrand Russell, creado a instancias de ese filósofo británico para investigar los crímenes cometidos durante la guerra de Vietnam (1964-1975).

La sesión de tres días en Estambul —la número 21 en una serie de reuniones realizadas en los últimos dos años— tuvo como marco otro brote de violencia en Iraq, que dejó 41 muertos el domingo, entre ellos cuatro estadounidenses.

El WTI arguye que su legitimidad reside en la ”moral universal” y en los derechos de los habitantes del planeta, ya que la guerra contra Iraq fue lanzada ”a pesar de la resistencia de los pueblos y gobiernos de todo el mundo”.

En Estambul sesionó el domingo un ”jurado de conciencia”, integrado entre otros por la escritora india Arundhati Roy y el sociólogo belga Francois Houtart, quienes también formaron parte del Tribunal Bertrand Russell en los años 70.

Cincuenta y cuatro personas dieron testimonio sobre crímenes cometidos por las fuerzas estadounidenses en la invasión y ocupación de Iraq.

”La agresión a Iraq es una agresión a todos nosotros, a nuestra dignidad, a nuestra inteligencia y a nuestro futuro”, dijo Roy el domingo.

”Reconocemos que el WTI no tiene capacidad de dar sentencia ni autoridad en la ley internacional, pero nuestras ambiciones superan eso. El WTI se basa en la conciencia de millones de personas en todo el mundo que no desean quedarse paradas y ver cómo la población de Iraq es masacrada, subyugada y humillada”, añadió.

Entre quienes presentaron su testimonio al tribunal se destacó el irlandés Denis Halliday, quien renunció a su cargo de asesor del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en protesta por las sanciones adoptadas contra Iraq en los años 90 por el foro mundial.

”La ONU aceptó silenciosamente las totalmente ilegales zonas de exclusión aérea en Iraq, impuestas por Estados Unidos y Gran Bretaña, que serviría luego para los ataques de la también ilegal invasión de (marzo de) 2003”, sostuvo.

Las zonas de exclusión fueron impuestas contra el gobierno de Saddam Hussein luego de la primera guerra del Golfo en 1991.

”De esta forma, la ONU destruyó por sí sola los derechos humanos básicos del pueblo iraquí a través de una deliberada negación de los artículos 22 y 28 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Además, no protegió a los niños y niñas iraquíes antes y después de la invasión de 2003”, añadió.

El médico estadounidense Thomas Fasy, profesor en la Escuela de Medicina Monte Sinaí de Nueva York, presentó pruebas de que las malformaciones congénitas en los bebés iraquíes aumentaron siete veces entre 1999-2001.

Fasy también señaló que los casos de cáncer en menores de cinco años se multiplicaron por 26 entre 1990 y 2002 en la meridional ciudad iraquí de Basora.

Fadhil Al Bedrani, periodista de la agencia de noticias Reuters y de la cadena británica BBC que cubrió el asedio estadounidense a la central ciudad de Faluya en noviembre pasado, presentó evidencias de castigos colectivos a civiles por parte de las fuerzas de ocupación.

Por su parte, la activista iraquí Hana Ibrahim señaló que 90 por ciento de las mujeres de su país están desempleadas, y muchas son víctimas frecuentes de violaciones.

”Desde el día en que empezó la ocupación en Iraq hay violaciones sistemáticas contra las mujeres”, señaló.

Herbert Docena, investigador de la organización Focus on the Global South (Enfoque en el Sur global), con sede en Bangkok, habló ante el tribunal sobre los intereses políticos y económicos detrás de la invasión.

”En febrero de 2003, Estados Unidos ya había terminado de elaborar lo que el periódico The Wall Street Journal llamó ‘desesperados planes para rehacer la economía iraquí a la imagen estadounidense'”, señaló Docena.

El experto indicó que, aun antes de que se iniciaran los bombardeos, Washington tenía previsto acabar con todas las leyes e instituciones iraquíes, excepto aquellas que coincidieran con sus proyectos.

El WTI reconoció ”el derecho del pueblo iraquí a resistirse a la ocupación ilegal de su país”.

El tribunal pidió un ”inmediato e incondicional repliegue de todas las fuerzas de ocupación” y llamó a ”los gobiernos de la coalición invasora a pagar una completa compensación a los iraquíes por todos los daños”, además de exigir que se anulen ”todas las leyes, contratos, tratados e instituciones creadas bajo la ocupación”.

También llamó a realizar una inmediata investigación sobre los crímenes contra la humanidad cometidos por los gobiernos del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, y al resto de los gobiernos que integraron la coalición invasora.

El WTI incluso pidió que se llevara a la justicia a los periodistas y a los responsables de los medios de comunicación que ”mintieron y promovieron la violencia en Iraq”, así como a las grandes corporaciones que se beneficiaron del conflicto.

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