El líder cristiano y ex jefe del ejército libanés Michel Aoun, quien retornó a su país con un espectacular triunfo en la tercera ronda de las elecciones parlamentarias, se prepara para consolidar su poder en la última fase de los comicios, prevista para este domingo.
La inesperada victoria el lunes del Movimiento Patriótico Libre, de Aoun, significó un importante cambio en el panorama político de Líbano, pues consolidó el liderazgo de la comunidad cristiana del país en la oposición antisiria.
Las elecciones parlamentarias en Líbano se realizan desde el 29 de mayo en cuatro etapas de acuerdo con cuatro zonas del territorio. Los votantes elijen a 128 miembros del parlamento, con igual número para musulmanes y cristianos.
El lunes se abrieron las urnas en los centrales distritos de Monte Líbano y Bekaa, de mayoría cristiana.
Se trata de los primeros comicios libaneses en 30 años sin presencia de tropas sirias.
Siria se vio obligada a retirar su ejército de Líbano tras el asesinato en febrero del ex primer ministro Rafik Hariri. Aquel crimen desató una ola de furia popular contra Damasco y el gobierno libanés prosirio, que a la postre cedió a las presiones y cayó.
Tras la renuncia del primer ministro Omar Karame, el presidente Emile Lahoud nombró en su lugar al prosirio moderado Nayid Mekati, a quien le encargó designar un nuevo gobierno.
Los cristianos han encabezado el movimiento popular antisirio desde hace mucho tiempo, y fueron los principales impulsores de las manifestaciones tras el asesinato de Hariri.
La arrolladora victoria de Aoun tomó por sorpresa al propio general retirado, quien retornó a su país hace apenas cinco semanas. Sus posibilidades de tener un glorioso regreso a la escena política parecían escasas después de 14 años de exilio en Francia.
Abandonado por sus ex aliados de la oposición antisiria, Aoun adoptó la estrategia de boicotear las elecciones en Beirut, en las que no tenía ninguna posibilidad de ganar, y forjó inusitadas alianzas electorales con políticos prosirios en el centro del país.
La estrategia tuvo buenos resultados.
En la ronda más caliente y sorprendente de estas elecciones, los votantes se sintieron movilizados por el duro enfrentamiento de Aoun con la alianza encabezada por el parlamentario antisirio Walid Jumblatt, del Partido Socialista Progresista, y con el líder sunita Saad Hariri, hijo del asesinado primer ministro.
La participación electoral en esos distritos, donde se disputaban 58 bancas, fue de 52 por ciento de los ciudadanos habilitados. Aoun ganó 21 escaños (él mismo representará a la jurisdicción de Kesrouan). Jumblatt se quedó con 27, mucho menos de las que esperaba.
"Por lo menos esta ronda sacó a los cristianos del aislamiento político. Pero fue un voto de reacción. En los últimos años, la comunidad cristiana ha estado muy molesta. Estaban molestos por la ley electoral y por la oposición islámica, por la forma en que Jumblatt y Hariri los marginaban", dijo el periodista Michael Young, columnista del periódico Daily Star.
El masivo voto cristiano a favor de Aoun representa no sólo el regreso de la facción cristiana a la arena política, sino también la consolidación del general retirado como máximo líder de esa comunidad, que hasta el lunes estuvo dividida en varias facciones.
"Los chiitas tienen líderes claros, como (el jefe del prosirio Hezbolá) Hassan Nasrallah y (el jefe del también prosirio Amal) Nabih Berri, los drusos tienen a Walid Jumblatt, los sunitas tienen a Saad Hariri y los cristianos sentían que debían elegir a un líder fuerte que se opusiera a aquéllos", señaló el analista Khattar Torbey, de la libanesa Universidad de Notre Dame.
Hezbolá, partido político con representación parlamentaria cuya resistencia logró en 2000 poner fin a la ocupación israelí del sur de Líbano, figura entre las organizaciones terroristas identificadas por el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos.
"Además, Aoun goza de credibilidad, por el hecho de que estuvo en el exterior durante los últimos 14 años y no ha sido contaminado por la corrupción o por la colaboración con Siria. La oposición antisira se volvió contra Damasco tras el asesinato de Hariri, pero antes de eso trabajaba con el gobierno. En cambio, Aoun siempre se opuso a la dominación siria de Líbano", explicó.
No obstante, el general retirado fue criticado en especial por Jumblatt por haber forjado alianzas con líderes prosirios. Jumblatt lo acusó de ser una "mina terrestre siria", y lamentó la derrota de los cristianos moderados. Pero Aoun rechazó estas críticas señalando que está dispuesto a colaborar con cualquier partido en el parlamento que comparta sus objetivos políticos y que eso no alterará su oposición a la presencia siria en Líbano.
"No importa lo que digan, Aoun está todavía en la oposición", dijo Young.
Aoun tiene un discurso secular centrado en la lucha contra la corrupción, y en el que pide una investigación de las finanzas del Estado (con deudas por unos 35.000 millones de dólares) y reformas a la ley electoral.
El general retirado de 69 años ahora tiene su meta en la ronda final de las elecciones, que se realizarán en el norte de Líbano el domingo, impulsado por una alianza con el prosirio Suleiman Franjieh y del ex primer ministro Omar Karami
En estos comicios, la oposición necesita ganar 19 de los 28 asientos en esa región para obtener la mayoría en el parlamento.
Pero más allá del resultado de la votación, Aoun ya se consolidó como un líder con fuerte presencia en el parlamento que podría poner en jaque a las ambiciones de algunos líderes de la oposición.
"Se desvanecieron todas las posibilidades de que Lahoud sea desalojado del poder, así como de que Saad Hariri se convierta en primer ministro", dijo Young. (FIN/IPS/traen-rp-mj/ms/ss/ip/05)