El Programa Mundial de Alimentos (PMA) lanzó un plan de asistencia para 773.000 personas afectadas por la sequía en Cuba, confirmó a IPS la representante en este país de esa organización, Rosa Inés Antolín.
La funcionaria dijo que el plan de 3,7 millones de dólares podría comenzar en julio, con fondos del PMA suficientes para cubrir el primero de los tres meses previstos.
Para el resto del período se espera apoyo de los donantes, entre los que figuran la Unión Europea (UE), Canadá y Japón, dijo la representante de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas.
La operación de emergencia se llevará a cabo en coordinación con el Ministerio para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El proyecto complementa los esfuerzos del gobierno, que ya asignó una ración básica extra a las familias más vulnerables de la región oriental, la más dañada por una sequía que se prolonga desde 2003, dijo Antolín.
La situación es grave, pues la falta de lluvias ha causado escasez de alimentos en Guantánamo, Granma, Santiago de Cuba, Las Tunas y Holguín, en el oriente del país, y la central provincia de Camagüey, a unos 500 kilómetros de La Habana.
La asistencia del PMA ayudará a niños menores de cinco años, mujeres embarazadas y ancianos, y consiste en la distribución de frijoles, arroz y aceite. También se prevé el suministro de vasijas para conservar el agua que el Estado distribuye a miles de familias en carros cisterna.
Por la falta de lluvias, los cultivos esenciales y la producción ganadera se han visto fuertemente golpeados, con serias implicaciones en la disponibilidad como con el acceso a los alimentos en toda la porción oriental de este país de 11,2 millones de habitantes.
La estación lluviosa que comenzó en mayo podría beneficiar los cultivos de vegetales en los agropónicos (huertas urbanas). Sin embargo, muchas familias perdieron sus cultivos o no pudieron sembrar porque no hubo agua para el regadío. Ahora se abre un período muy difícil, porque no hay cosecha, afirmó Antolín.
El PMA prevé que la inseguridad alimentaria será especialmente crítica este verano boreal, debido a las pérdidas ocasionadas en las cosechas durante el mes de mayo.
En un comunicado distribuido a medios de prensa, la agencia recordó que este año las lluvias han sido escasas y por debajo del promedio, en tanto los especialistas vaticinan que la situación continuará igual.
La sequía ha dejado sin agua para el consumo humano a uno de cada seis cubanos, por lo que el gobierno de Cuba ha emprendido una serie de medidas encaminadas a facilitar el acceso de la población al agua potable, señaló el PMA.
Especialistas cubanos consideran que el intenso período de seca, que se arrastra desde 2003, es el peor desde 1901, y agregan que las lluvias caídas en mayo y junio son aún insuficientes para mejorar la disponibilidad de agua.
El país dispone de 241 represas y embalses, con una capacidad de 8.795 millones de metros cúbicos, y la mitad de estos se encuentran por debajo de su capacidad de aprovechamiento. Diecisiete por ciento de las represas no pueden utilizarse debido a que están en nivel crítico de embalse, conocido como volumen muerto.
Los fuertes aguaceros de las últimas semanas beneficiaron a algunas provincias orientales, pero no en forma suficiente.
En Santiago de Cuba, a más de 800 kilómetros al este de la capital, las precipitaciones elevaron de 27 a 36 por ciento el nivel de almacenamiento de los embalses, lo que contribuye a aumentar el volumen de agua que se distribuye a la población.
Se calcula que 1,4 millones de personas se abastecen de agua mediante camiones cisterna, la mayoría residentes de Camagüey, Las Tunas y Holguín. Estas dos últimas provincias se encuentran a más de 650 y 680 kilómetros de La Habana.
Antolín dijo que el proyecto de asistencia del PMA incluiría además el suministro de partes y repuestos para estos camiones cisterna, que se encuentran en muy mal estado.
Entre junio y noviembre de 2004, la agencia proporcionó ayuda alimentaria de emergencia a 140.000 niños y niñas menores de cinco años en tres de las provincias orientales más afectadas por la sequía, Las Tunas, Holguín y Camagüey.
En 2004, el gobierno de Fidel Castro invirtió casi 20 millones de dólares en obras de infraestructura hidráulica, en busca de soluciones a largo plazo a una situación que podría agravarse más en el futuro.
Según estimaciones oficiales, las pérdidas ocasionadas por la sequía en 2004 ascienden a 835 millones de dólares, lo que representa 2,5 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Datos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente indican que Cuba tenía, antes de padecer la prolongada escasez de lluvias, 1.204 metros cúbicos de agua por habitante, una relación que la sitúa entre los países con tensión hídrica.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, los grados de disponibilidad anual de líquido por habitante deben rondar los 1.700 metros cúbicos. El cálculo se realiza a partir del estudio de las fuentes de agua de cada nación.
Las provincias con tensión hídrica más preocupante son Holguín y Las Tunas, con indicadores anuales de 505 y 613 metros cúbicos por habitante, seguidos de Santiago de Cuba, con 665, y Guantánamo, en el extremo oriental, con 677 metros cúbicos por persona.