BRASIL: Esperanza para miles de corazones débiles

Unos cuatro millones de personas con graves insuficiencias cardíacas podrán beneficiarse si tiene éxito una investigación brasileña que se prevé concluir en no más de tres años.

El estudio busca comprobar definitivamente la eficacia de las células madre en la recuperación de corazones afectados por infarto, isquemia (déficit de oxigenación por problemas circulatorios) crónica, dilatación y enfermedad de Chagas.

Decenas de enfermos ya fueron tratados por terapia celular en Brasil y otros países, con sorprendentes resultados positivos en algunas semanas. Pero esta fase inicial en seres humanos se destinó principalmente a comprobar la seguridad del procedimiento de transplantar células madre obtenidas de la médula ósea del mismo paciente para recuperar vasos y tejido cardíaco.

Hace falta, antes del uso masivo de esa terapia, comprobar su eficacia en una cantidad mayor de pacientes que permita comparaciones y afirmar sin dudas que la mejora se debió a las células madre, explicó Bernardo Rangel Tura, cardiólogo e investigador del Instituto Nacional de Cardiología de Laranjeiras (INCL), de Río de Janeiro.

Por eso el Ministerio de Salud decidió hacer el Estudio Multicéntrico Randomizado (al azar) de Terapia Celular en Cardiopatías involucrando a 1.200 pacientes, con 300 de cada enfermedad investigada. En cada uno de los cuatro grupos, la mitad recibirá células madre y la otra el mejor tratamiento convencional. Ya se inició la inscripción de voluntarios y las primeras operaciones deben empezar en dos meses, adelantó Tura.

En busca de resultados sin distorsiones subjetivas, se adoptó un método al azar, con sorteos para decidir quiénes serán los pacientes de la terapia celular. Nadie conocerá sus identidades hasta el final de la investigación, y sólo dos responsables podrán acceder a esa información en caso de necesidad, destacó el investigador. De esa forma, los resultados tendrán validez estadística y comparativa para comprobar si las células madre determinan una diferencia.

Es la primera investigación mundial con esa cantidad de pacientes y ”todos los cuidados metodológicos posibles”, sin posibilidad de manipulación, afirmó.

Aprobada la nueva terapia, el Ministerio de Salud la implantará en la red pública de atención y prevé que eso podrá salvar 200.000 vidas cada tres años, con ahorro de 15 millones de dólares al mes en tratamientos. Cada transplante de corazón, por ejemplo, cuesta ocho veces más que la terapia celular, comparó Tura.

Tura destacó su deber ético de no precipitar conclusiones, aunque ”todo apunta” a la eficacia de la técnica.

Nelson Águia es una de las fuentes de optimismo. Dos infartos, en 1983 y 1998, habían debilitado su corazón pese a la revascularización mediante siete implantaciones de bypass, forzándolo a interrumpir su trabajo de representante comercial. ”Ya no era capaz de subir escaleras” y estaba ”en la fila para transplante de corazón”, relató a Tierramérica.

Hoy, a los 71 años de edad, está jubilado pero volvió a trabajar normalmente ”por terapia ocupacional”. Está autorizado por los médicos incluso a jugar fútbol dos veces por mes en canchas pequeñas, y su recuperación se debe a células madre de su propia médula ósea. = 06071130 ORP005 NNNN ZCZC ORP006 QD CVAT= LA HE SC BR SL ROMAIPS BRASIL: Esperanza para miles de corazones débiles(2-E)

Águia fue el primer brasileño sometido a esa operación, en diciembre de 2001 en el Hospital Pro-Cardíaco, de Río de Janeiro. ”Tres meses después el resultado era brillante”, definió.

En aquella ocasión otros tres enfermos graves recibieron el mismo tratamiento, ”mejorando su capacidad de esfuerzo y reduciendo la isquemia”, informó André Souza, médico de ese hospital. El Pro-Cardíaco aplicó la terapia celular a otros 14 pacientes en 2003 con resultados similares y ”la mejora se mantiene dos años después”.

Uno de los beneficiarios murió once meses después de la operación debido a una hemorragia cerebral y en su autopsia el examen del corazón ”indica la formación de nuevo músculo cardíaco”, informó Souza. No está comprobada la transformación de las células de la médula en músculo, aunque experimentos dejaron ”bastante claro que sí crean vasos, promoviendo nueva vascularización”, acotó.

El objetivo del Estudio Multicéntrico, en que el Pro-Cardíaco participa como centro de referencia, no es probar esa transformación ni reducir la mortalidad, sino mejorar la capacidad cardiaca y la calidad de vida de los pacientes, precisó.

El mismo hospital fue escenario en agosto de 2004 de otra experiencia inédita y prometedora, cuando se introdujeron células madre en el cráneo de Maria da Pomuceno, de 54 años, que tenía paralizado el lado derecho de su cuerpo debido a un accidente vascular cerebral. La recuperación fue excepcional, ya que en menos de tres semanas volvió a caminar, a comprender lo que le decían y balbucear.

Experimentos similares en Brasil alimentan esperanzas de cura o mitigación de un sinnúmero de enfermedades, entre ellas diabetes, parálisis, mal de Parkinson y muchas otras debidas a esclerosis o lesiones de órganos.

* El autor es corresponsal de IPS. Publicado originalmente el sábado 4 de junio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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