Los dos principales partidos kurdos del norte de Iraq, que se presentaron unidos a las elecciones nacionales del 30 de enero, retomaron su histórica rivalidad y se enfrascaron en una discusión sobre la formación del gobierno y parlamento regionales.
El Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) formaron una coalición para los comicios de enero, en que se elegían tanto los miembros de la Asamblea Nacional como los 111 integrantes del parlamento regional. En este último, la alianza se quedó con 104 bancas.
Los kurdos ya habían creado su propio gobierno local bajo la protección de Estados Unidos y de Gran Bretaña tras un levantamiento contra el régimen de Saddam Hussein poco después de la primera guerra del Golfo en 1991. Pero tres años después se desató un enfrentamiento entre las facciones kurdas.
Finalizado ese conflicto en 1997, los dos partidos crearon administraciones separadas. El PDK controló las gobernaciones de Arbil y Dohuk, mientras que el UPK administró Sulaimaniya y algunas partes de la localidad de Kirkuk.
Debajo del suelo de Kirkuk descansan 40 por ciento de las reservas conocidas de petróleo iraquí y seis por ciento de las mundiales.
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Tras la invasión estadounidense a Iraq en 2003, el KDP y el UPK se acercaron en sus reclamos de autonomía y del derecho de retorno de decenas de miles de refugiados que huyeron de la zona tras una campaña de limpieza étnica lanzada por Saddam Hussein. Más de un millón huyeron a Turquía.
De cara a las elecciones de enero, los partidos formaron la Alianza Lista del Kurdistán, que se quedó con 77 de las 376 bancas de la Asamblea Nacional. La coalición chiita Alianza Unida Iraquí, respaldada por el líder religioso ayatolá Alí al-Sistani, logró el mayor grupo parlamentario, con 146 asientos.
Pero las rivalidades entre el KDP y el UPK renacieron en vísperas de la primera sesión del parlamento local, que estaba prevista para el 24 de abril. Los partidos se enfrascaron en un debate sobre la elección del presidente del cuerpo y sobre cuáles serían sus atributos.
Los árabes constituyen las tres cuartas partes de los 25 millones de iraquíes, mientras que los kurdos, la mayoría de los cuales profesan el Islam, suman 20 por ciento. Esta comunidad es mayoritaria en el norte.
Los kurdos constituyen la principal nación del mundo sin estado propio. Cerca de 12 millones viven en el sudeste de Turquía, cinco millones en Iraq, un millón en Irán y menos de un millón en Siria. También hay pequeñas comunidades kurdas en Kirguistán, Azerbaiyán y Rusia.
A pesar de las grandes protestas por la demora en concretar la primera sesión del parlamento kurdo, los dos partidos mayoritarios insisten en que quieren resolver antes sus diferencias en negociaciones a puertas cerradas.
Para presionar al PDK y al UPK, 17 parlamentarios electos anunciaron que ingresarían al edificio de la asamblea legislativa regional el miércoles aunque no se hubiera llegado a un acuerdo. Pero sólo dos cumplieron su promesa.
Queremos decir que estamos listos para reunirnos y como candidatos electos por el pueblo tenemos derecho a hacerlo. Si ellos tenían un problema antes de la creación del parlamento, debieron resolverlo antes, dijo a IPS Nouri Talabani, parlamentario regional representante de Kirkuk.
El PDK y la UPK se culpan mutuamente por la crisis, y coinciden en que se necesita una solución urgente.
Tenemos idénticos puntos de vista sobre muchos asuntos y lograremos un acuerdo. No hay mayores diferencias entre nosotros. Ambas partes estamos dispuestas a hallar una solución, porque tenemos que alcanzar un acuerdo, dijo a IPS Omar Sayid Alí, de la UPK.
La UPK presentó esta semana al PDK un proyecto sobre la presidencia del parlamento para terminar con la crisis, y se espera una nueva reunión entre los dos partidos para discutirlo en los próximos días.
Mientras, la zona del Kurdistán permanece en un limbo administrativo.
El Kurdistán afronta una crisis de legitimidad, desde que las dos administraciones separadas, a cargo de los partidos mayoritarios, operan sin una legislatura, dijo a IPS el periodista kurdo Hawar Ahmad.
Además, no hay que olvidar que el papel del parlamento kurdo siempre ha sido simbólico, y todo se resuelve detrás de escena en conversaciones entre los líderes de los partidos, acotó.