Los cancilleres y ministros de Desarrollo de la Unión Europea (UE) acordaron este martes aumentar el monto de la asistencia internacional al desarrollo aportada por el bloque a 25.300 millones de dólares en 2010.
La propuesta había sido presentada por la Comisión Europea, organismo ejecutivo de la UE, para cumplir con el compromiso de destinar 0,7 por ciento del producto interno bruto (PIB) a ese fin en 2015.
Según el plan elaborado por el comisario de la UE para el Desarrollo y la Ayuda Humanitaria, los 15 miembros más antiguos (y a la vez más ricos) del bloque llevarán la mayor carga de los esfuerzos para alcanzar ese objetivo, al comprometerse a destinar por lo menos 0,51 por ciento de su PIB a la asistencia oficial al desarrollo (ODA, por sus siglas en inglés) en 2010 y al menos 0,7 por ciento en 2015.
Los 10 países miembros más nuevos, en su mayoría de Europa oriental, tendrán que volcar al menos 0,17 por ciento de su PIB a la ODA en 2010 y 0,33 por ciento en 2015.
Ese plan hará que el promedio de ayuda de los 25 países de la UE aumente del actual 0,33 por ciento del PIB del bloque a 0,56 por ciento en 2010.
Esto quiere decir que la UE incrementará 25.300 millones de dólares su asistencia a los países en desarrollo, lo que significará una contribución anual de 61 dólares por ciudadano europeo.
La iniciativa se enmarca en los esfuerzos para alcanzar los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000.
Algunas de esas metas son garantizar para 2015 la educación universal de niños y niñas, y reducir a la mitad, en relación con 1990, los porcentajes indigentes, hambrientos y personas sin acceso a agua potable en la población mundial.
Los países del Norte industrializado se comprometieron en 1970 a destinar por lo menos 0,7 por ciento de su PIB a la ODA, pero sólo Dinamarca, Holanda, Noruega y Suecia han cumplido con esa promesa.
Bélgica y Finlandia se proponen alcanzar tal meta en 2010, Francia y España en 2012 y Gran Bretaña en 2013.
El ministro de Desarrollo de Luxemburgo, Jean-Louis Schiltz, cuyo país ejerce la presidencia rotativa de la UE, señaló este martes que la decisión adoptada en Bruselas es el mayor compromiso de ayuda humanitaria de la UE desde que fueron acordadas las metas del milenio en 2000.
Creo que esto es un desarrollo esencial, un avance extremadamente importante en la solidaridad internacional. Europa ha mostrado hoy que la solidaridad internacional no es una frase vacía, dijo a periodistas.
Por su parte, Michel señaló que el acuerdo de este martes consolida a la UE como un auténtico líder mundial en materia de políticas de desarrollo, y hará que países ricos como Japón y Estados Unidos tomen medidas similares.
Si lideramos en el camino, y mostramos que estamos comprometidos, entonces los demás socios internacionales estarán obligados a seguirnos y movilizar recursos adicionales, añadió.
En la próxima Asamblea General de la ONU, prevista para septiembre en Nueva York, los Estados miembros analizarán las medidas tomadas hasta ahora para cumplir con las metas del milenio.
Alemania, Italia y Portugal aclararon este martes en declaraciones separadas que afrontan grandes problemas financieros para mantener sus presupuestos dentro de los límites de déficit establecidos por la UE. Pero Schiltz aclaró que eso no podía ser considerado un intento de escape.
Algunos países miembros expresaron sus dificultades, pero lo más importante es que más allá de los problemas que atraviesen, esos países asumieron un compromiso, afirmó.
El Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP, por sus siglas en inglés), una alianza internacional de organizaciones no gubernamentales, destacó la importancia del acuerdo aprobado este martes en Bruselas y dijo confiar en que tendrá un efecto persuasivo en Estados Unidos, Japón y Canadá.
Cuando faltan pocas semanas para la reunión de ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (países más industrializados, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) el acuerdo claramente le tira el guante a Washington, Tokio y Ottawa, señaló el GCAP alianza en un comunicado.
Pero también insistió en que la UE puede hacer aun más, e instó a los ministros de Finanzas del bloque a incrementar el compromiso de ODA en su próxima reunión del 7 de junio.
Queremos que fortalezcan el acuerdo de hoy y muestren aun más ambición para hacer que la pobreza sea historia. El GCAP específicamente exhorta a los países de la UE a cumplir sus promesas para alcanzar la meta de destinar 0,7 por ciento de su PIB, indicó.