DESARROLLO: Activistas brindan por Wolfensohn

Una fiesta en honor al saliente presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, convocada por grupos de la sociedad civil, motivó un enfrentamiento entre las organizaciones no gubernamentales críticas a la institución.

Wolfensohn completará su segundo período de cinco años al frente del Banco a fines de este mes, y será reemplazado el 1 de junio por el subsecretario (viceministro) de Defensa de Estados Unidos, Paul Wolfowitz, uno de los principales impulsores de la invasión a Iraq y de la unilateral política exterior de Washington.

El enfrentamiento en el seno de la sociedad civil estalló a inicios de abril, cuando cuatro importantes organizaciones críticas al organismo multilateral, el Bank Information Centre (Centro de Información Bancaria), InterAction, Oxfam y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), enviaron invitaciones a otros grupos para participar de una reunión de despedida para Wolfensohn.

Esto despertó de inmediato una reacción airada de organizaciones más pequeñas pero muy activas en el rechazo a las políticas del Banco, al que acusan de perjudicar a los países del Sur en desarrollo.

El debate llevó a que algunos grupos que pretendían asistir a la fiesta cambiaran de opinión y que la reunión, cuya celebración estaba prevista en las oficinas del WWF, finalmente se realizara el jueves por la noche en los más seguros salones del Capitolio, la sede del Congreso legislativo estadounidense en Washington.

No obstante, la lista de participantes fue bastante larga, e incluyó a organizaciones como Pan para el Mundo, CARE, Centre for International Environmental Law (Centro por una Ley Ambiental Internacional), American Jewish World Service (Servicio Mundial Judío-Estadounidense), Conservación Internacional, Save The Children (Salvemos a los Niños) y la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.

Los organizadores explicaron que la idea era realizar una ceremonia en honor a Wolfensohn para reconocer su ”papel en la creación de un espacio para la participación civil”.

En la invitación habían señalado que querían ”demostrar la importancia de su relación” con el presidente del Banco y subrayar sus ”expectativas” de que ese vínculo se profundizara en el futuro.

Autoridades del organismo multilateral celebraron la iniciativa de los activistas, y dijeron a IPS que entre los logros por los cuales Wolfensohn quería ser recordado en el futuro se destaca su apertura hacia la sociedad civil.

Pero la idea de elogiar al presidente del Banco por haberse unido a los activistas para luchar contra la pobreza desconcertó por completo a algunos grupos, para quienes Wolfensohn simplemente montó un aparato de relaciones públicas.

Los grupos opuestos a la ceremonia señalaron que su participación en la fiesta hubiera dejado la falsa imagen de que el Banco respondió a sus viejas demandas de apertura y transparencia.

Algunos incluso insinuaron que la idea original de la fiesta partió del propio Banco, y que las cuatro organizaciones no gubernamentales convocantes en realidad fueron persuadidas luego de que se les prometiera una relación de alto perfil con las autoridades del organismo multilateral.

El asesor del Banco en relaciones con la sociedad civil, Stephen Commins, negó esta versión. ”De hecho, yo vi el mensaje de correo electrónico enviado por los representantes de una organización proponiendo realizar la ceremonia”, aseguró.

Los grupos que se opusieron a la fiesta enviaron a sus pares un sinnúmero de mensajes de correo electrónico y cartas en rechazo a la idea de festejar el legado de Wolfensohn.

”La fiesta para Wolfensohn convocada por algunas organizaciones que dicen representar a los pueblos pobres estuvo destinada a honrarlo por algo que no hizo”, dijo a IPS la activista Shalmali Guttal, de la organización Focus on the Global South (Enfoque en el Sur Global), con sede en Bangkok.

”El punto no es si las personas debían asistir o no a la reunión. El punto es si esas organizaciones están dispuestas a permitir que el Banco reescriba la historia y socave así una lucha popular de muchos años”, añadió.

Algunos sostienen que Wolfensohn no le dio ningún acceso efectivo a los grupos de la sociedad civil durante su administración.

Miles de grupos de base y comunidades locales afectadas por las políticas y proyectos del Banco fueron ignorados por mucho tiempo, afirmó Shalmali.

Por su parte, el activista Doug Hellinger, de la organización Development GAP, con sede en Washington, sostuvo que la fiesta del jueves le ha dado un peligroso mensaje a Wolfowitz, el futuro presidente de la institución.

”El mensaje es: dale a la sociedad civil acceso a tus decisiones pero sin hacer cambios en las consecuencias, adorna tus iniciativas con términos como 'reducción de la pobreza', 'buena gobernanza' y 'democracia', y así recibirás felicitaciones de los grupos de la sociedad civil por imponer una agenda que sigue dañando a los pueblos vulnerables pero enriquece a los privilegiados”, afirmó.

Wolfowitz llega al Banco Mundial en medio una ola de indignación entre los activistas, que lo acusan de unilateralismo, belicismo e irresponsabilidad en el manejo de los contratos para la reconstrucción de Iraq tras la guerra lanzada por Washington en marzo de 2003.

Hellinger dijo que una reciente investigación realizada en conjunto por el Banco y la sociedad civil sobre el impacto social de las políticas de ajuste económico impulsadas por la institución, así como los efectos ambientales de sus programas para financiar la construcción de represas y la instalación de industrias extractivas, terminó en un completo fracaso.

El activista explicó que el organismo se negó a poner en práctica la mayoría de las recomendaciones incluidas en el informe final.

Por su parte, los organizadores de la fiesta sostienen que algunos grupos se resisten a reconocer los progresos logrados con el liderazgo de Wolfensohn.

”Creemos que el Banco todavía tiene mucho que recorrer si está en verdad dispuesto a cumplir su misión de reducir la pobreza en el mundo. Pero tenemos que reconocer que durante la administración de Wolfensohn hubo un creciente diálogo con la sociedad civil y avances hacia una mayor apertura”, sostuvo la portavoz de Oxfam, Carloine Green.

Por su parte, el director de comunicaciones estratégicas de WWF, Michael Ross, afirmó que su organización logró acuerdos con el Banco para aumentar el área de selvas protegidas en el mundo.

”El primer acuerdo expiró, pero será renovado en breve. La ceremonia tiene que ver con este acuerdo”, indicó.

El debate dejó en claro que los críticos del Banco tienen opiniones diversas y apuntan a distintas formas de relacionarse con sus autoridades.

”Sería un error decir que la sociedad civil apoya o rechaza al Banco. Eso homogeneizaría una amplia gama de actores. Muchas organizaciones que eran críticas al Banco ahora matizaron su postura. Ya no se trata de estar a favor o en contra”, dijo Commins.

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