El Banco Mundial debe escucharse y cambiar sus recetas hacia América Latina, recomendaron líderes indígenas al comentar un informe de ese organismo que reconoce el ascendente poder político de los pueblos aborígenes y confirma que, no obstante ello, siguen pobres y marginados.
Con este documento, el Banco Mundial quiere lavarse la cara, pero todos sabemos que es responsable de muchos de nuestros problemas y de numerosas violaciones a los derechos humanos, dijo a IPS Rafael González, portavoz del Comité de Unidad Campesina de Guatemala, un país con alta presencia indígena.
El estudio Pueblos indígenas, pobreza y desarrollo humano en América Latina: 1994-2004, difundido el miércoles por este organismo multilateral, indica que en los últimos 15 años creció de manera sorprendente la influencia y el poder político de los nativos (que suman 10 por ciento de los habitantes de la región) así como las leyes a favor de su salud y educación.
Sin embargo, sus niveles de ingreso, al igual que sus indicadores de desarrollo humano en educación y condiciones de salud han quedado sistemáticamente a la zaga en relación con los del resto de la población.
En América Latina, donde los pueblos aborígenes se concentran mayoritariamente en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Perú, el hecho de nacer indígena es casi una condena a ser pobre, indica el informe.
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Para el diputado boliviano de origen nativo, Ricardo Díaz, el estudio es plenamente creíble y debería ser atendido por sus propios directivos y los gobiernos.
Pero dudo mucho que se escuchen a sí mismos, pues está a la vista que el Banco sigue presionando por las privatizaciones, continúa sometido a Washington y mantiene duras políticas contra los indígenas, declaró a IPS el representante por el Movimiento al Socialismo, que lidera el dirigentes campesino y también legislador Evo Morales.
De 1994 a la fecha, los movimientos que congregan a las etnias originarias de América Latina han derrocado gobiernos en Bolivia y en Ecuador, y promovieron nuevas rutas en los procesos políticos como en el caso de México, donde hizo su irrupción el guerrillero Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Los indígenas han dejado en ese lapso huellas profundas en los parlamentos, ministerios, alcaldías y hasta en una vicepresidencia como la de Bolivia, que fue ejercida por el nativo aymara Víctor Hugo Cárdenas entre 1993 y 1997.
Cierto, los indígenas hemos tenido mayor poder político, pero no el que pudiéramos y debiéramos tener, sostuvo González.
El poder del Estado sigue en manos de los políticos tradicionales y los poderes económicos, que han explotado, asesinado y marginado a los indígenas, añadió el portavoz del Comité de Unidad Campesina de Guatemala.
Según estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en la región hay entre 33 y 40 millones de indígenas divididos en unos 400 grupos étnicos, cada uno de los cuales tiene su idioma, su organización social, su cosmovisión, su sistema económico y modelo de producción adaptado a un ecosistema en particular.
A propósito de las celebraciones de los 500 años de la llegada en 1492 de los conquistadores europeos a la hoy llamada América, la comunidad internacional puso el tema de los indígenas en los primeros planos.
Con ese impulso, se otorgó el premio Nobel de la Paz a la nativa guatemalteca Rigoberta Menchú y la Organización de las Naciones Unidas declaró que en 1994 se iniciara la Década Internacional de los Pueblos Indígenas.
El año pasado, poco antes de terminar esa Década, Menchú declaró a IPS que se sentía decepcionada por los logros alcanzados en ese lapso.
En Bolivia y Guatemala, más de la mitad del total de la población es hoy pobre, pero entre los indígenas, que representan entre 60 y 40 por ciento de los habitantes de esos países, esa proporción se eleva a 75 por ciento, consigna el informe del Banco Mundial.
En el caso de Ecuador, 96 por ciento de la población originaria de zonas rurales es pobre, mientras en México, la incidencia de pobreza extrema es 4,5 veces mayor en las municipalidades indígenas en comparación a las no indígenas.
A su vez, casi la mitad de los hogares peruanos pobres corresponden a indígenas.
Si no se nos considera, en serio en el futuro va a ver muchos problemas, incluso puede haber violencia, advirtió el diputado boliviano del MAS, grupo que mantiene una férrea postura a favor de entorpecer el control de las empresas transnacionales sobre el gas natural del país, lo que ha derivado en agudos problemas institucionales.
Imagínese, en Bolivia los indígenas somos 60 por ciento de la población, pero sólo tenemos 27 de los 130 escaños del Congreso legislativo. Algo no funciona, ¿no cree?, le preguntó a IPS.
El estudio del Banco Mundial parece darle la razón al diputado izquierdista.
La proporción de indígenas en los cuerpos legislativos nacionales, en todos los países, sigue siendo muy inferior respecto de los no indígenas, lo que implica que los nativos siguen estando subrepresentados en los ámbitos encargados de formular políticas. Así y todo, su representación ha aumentado de manera muy acelerada, indica el documento.
Añade que las organizaciones internacionales y los gobiernos nacionales han aprobado políticas progresistas e importantes resoluciones constitucionales en beneficio de los pueblos indígenas, pero reconoce y denuncia que los derechos garantizados en estos documentos pocas veces se cumplen.
El Banco Mundial recomienda en su informe profundizar las políticas a favor de los pueblos nativos para sacarlos de la pobreza e incrementar su representatividad social y política.
Es claro que ser indígena aumenta las probabilidades de un individuo de ser pobre, Esa relación es casi idéntica a comienzo y a fines del decenio (1994 a 2004), consigna el documento que fuera difundido parcialmente esta semana.
Portavoces del organismo multilateral de crédito indicaron que el documento completo estará disponible al público en noviembre.
El dirigente campesino de Guatemala y el diputado de Bolivia, hicieron votos porque el documento produzca algún efecto en las políticas y estrategias de ese organismo. Sin embargo, al mismo tiempo se mostraron escépticos con esa posibilidad. (FIN/2005)