El gobierno de Canadá prohibió el ingreso al jefe de la delegación africana que negoció el Protocolo de Cartagena sobre Prevención de Riesgos Biotecnológicos, quien debía asistir a una reunión para delinear aspectos cruciales sobre el movimiento internacional de transgénicos.
El miércoles, autoridades canadienses devolvieron el pasaporte al científico y director de la Autoridad de Protección Ambiental (ministerio de Ambiente) de Etiopía, Tewolde Berhan Gebre Egziabher, sin la visa requerida, a pesar de que el funcionario había viajado en varias oportunidades a Canadá.
Tewolde intenta asistir al segundo encuentro de la Conferencia de las Partes del Protocolo de Cartagena, que se desarrollará entre el 30 de mayo y el tres de junio en la ciudad de Montreal.
Estuve en Montreal muchas veces. Nunca había escuchado que algo así pudiera ocurrir, dijo en una entrevista con IPS desde Addis Abeba.
Funcionarios de inmigración afirmaron que las declaraciones de Tewolde acerca de que su ingreso había sido denegado contradicen nuestra información. Pero se negaron a dar más explicaciones.
Se trata de proteger la privacidad de la persona involucrada, dijo la portavoz del Departamento de Inmigración y Ciudadanía, Cara Prest.
Los requerimientos canadienses para obtener una visa se hicieron más exigentes en 2002. Por eso, ante cada pedido, siempre estamos investigando hechos nuevos, dijo Prest.
Si bien esto podría ser un caso de excepcional torpeza burocrática, Tewolde se pregunta si no está frente a una forma poco sutil, pero efectiva de impedir que participe de la reunión.
Siempre he sostenido la postura opuesta a la delegación canadiense en materia de bioseguridad, agregó.
El Convenio de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica, firmado en 1992 por 150 países, adoptó en 2000 el Protocolo de Cartagena destinado a establecer mecanismos seguros de transferencia, manejo y uso de organismos vivos modificados (también conocidos como transgénicos), que podrían generar efectos adversos en la naturaleza.
El protocolo, en vigor desde septiembre de 2003, ha sido ratificado hasta ahora por 119 países.
Su propósito es proteger la diversidad biológica de riesgos potenciales de los transgénicos, mediante procedimientos de consentimiento informado que aseguren a los países toda la información necesaria antes de autorizar la importación de organismos modificados, y su derecho a apelar al principio precautorio.
Tewolde, un científico respetado, recibió en 2000 de manos del rey de Suecia el Right Livelihood Award, conocido como el premio Nobel alternativo.
Tewolde lideró las delegaciones africanas y fue portavoz del Grupo de los 77 países en desarrollo durante las negociaciones de 1999 en la ciudad colombiana de Cartagena, y de 2000, en Montreal, que condujeron a la creación del protocolo de bioseguridad.
Contrariando a los gobiernos de Estados Unidos y de Canadá, Tewolde cree en la necesidad de normas internacionales firmes en materia de semillas y cultivos genéticamente modificados.
Tewolde pretende asistir a Montreal para asegurarse de que semillas y productos alimenticios modificados sean clasificados dentro del acuerdo, y de que gobiernos y empresas acepten su responsabilidad cuando semillas transgénicas bajo su jurisdicción o de su propiedad contaminen especies silvestres.
Canadá no quiere ninguna regulación seria sobre transgénicos. Ellos no me quieren allí, porque he sido portavoz del grupo africano y de otras naciones en desarrollo, añadió.
Organizaciones no gubernamentales canadienses repudiaron la denegación de visa a Tewolde.
No estamos sólo preocupados, estamos furiosos, dijo el director ejecutivo del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración, conocido en inglés como ETC Group.
No hubiera creído que esto fuera deliberado, pero después de la reunión del Convenio en Bangkok, ya no estoy tan seguro, dijo Mooney a IPS.
En el encuentro del Organismo Subsidiario sobre Recomendaciones Científicas, Técnicas y Tecnológicas del Convenio, celebrado en febrero en Bangkok, el gobierno canadiense apeló a tácticas de mano dura para intentar el levantamiento de una prohibición temporal al uso de la técnica conocida como Terminator, dijo Mooney.
Esta técnica produce semillas estériles en la segunda generación, obligando a los agricultores a comprar nuevas para la siguiente cosecha.
Tewolde, hijo de un agricultor, se ha enfrentado públicamente a delegados canadienses y estadounidenses en reuniones internacionales sobre cuestiones como patentes de semillas o riesgos de los cultivos transgénicos.
La negativa a otorgarle visado es realmente embarazosa para Montreal, que espera ser una ciudad sede (de agencias) de la Organización de las Naciones Unidas, dijo Mooney.
La burocracia del Convenio sobre Diversidad Biológica se encuentra en Montreal y allí celebra muchas de sus reuniones.
Hemos tocado todos los resortes posibles para que el doctor Tewolde obtenga su visa, dijo una portavoz del Secretariado del Convenio. No sabemos por qué está pasando esto, pero hacemos todo lo posible para que viaje, sostuvo.
Ningún otro delegado ha tenido problemas para ingresar a Canadá, añadió la portavoz.
La visa denegada tuvo como consecuencia que el funcionario no asistiera a una reunión africana preparatoria de las conversaciones sobre el Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura y a otros encuentros multilaterales, porque la Alta Comisión Canadiense (embajada) en Kenia retuvo hasta el miércoles su pasaporte diplomático.
Ahora que me han impedido ir a Montreal, nadie sabe a quién de ustedes se lo impedirán la próxima vez, dijo el científico en una carta abierta de protesta.