La comunidad internacional debe luchar en forma conjunta y simultánea contra las mafias y las redes terroristas, instaron expertos reunidos este lunes en una conferencia de la Organización de las Naciones Unidas en la capital tailandesa.
Al luchar contra uno de los males, luchamos contra el otro también, afirmó el director general de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Antonio María Costa, al inaugurar el XI Congreso sobre Prevención del Delito y Justicia Penal, que se celebra hasta el 25 de este mes.
Debido a que estas dos formas de acción delictiva siempre conspiran, yo propongo que nosotros también trabajemos unidos para oponernos, añadió.
Costa además pidió más compromiso de parte de los gobiernos para combatir la corrupción y el tráfico de personas, a través del fortalecimiento de los sistemas judiciales.
El funcionario subrayó que los países necesitan legislaciones adecuadas, tribunales honestos, fiscales hábiles y dinámicos, e instalaciones de detención adecuadas para combatir el crimen y la corrupción.
Cuando luchamos contra el crimen organizado, nos oponemos a la corrupción, combatimos el tráfico de personas o protegemos civiles inocentes de atentados terroristas, siempre hay un desafío común: la necesidad de fortalecer los sistemas de justicia penal en todo el mundo, sostuvo.
Mientras, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, prometió a los países víctimas de conflictos civiles que el foro mundial les ayudaría a restablecer una cultura de legalidad a través de la Unidad de Asistencia a la Regla de la Ley.
La iniciativa contribuirá con los esfuerzos nacionales para reestablecer la regla de la ley en sociedades que están saliendo de la inestabilidad de la guerra, señaló en un mensaje leído durante la sesión de apertura.
A la reunión de Bangkok asisten 3.000 expertos de 114 países, incluyendo ministros de Justicia, autoridades policiales, criminólogos y representantes de organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos.
La conferencia presiona a los gobiernos para que consideren la cooperación como una importante forma de enfrentar al crimen organizado?, dijo a IPS Daniel Van Ness, de la no gubernamental Comunidad Internacional de la Prisión, con sede en Washington.
No obstante, aquellos que piden medidas más severas contra el crimen y el terrorismo deben también velar para que se respeten los derechos humanos, subrayó.
La primera conferencia convocada por la ONUDD se realizó en 1955 en Ginebra. Por entonces, la delincuencia juvenil y el trato a los presos eran los temas que más preocupaban a los expertos, pero a partir de 1990 fueron las mafias y el terrorismo los principales asuntos de debate.
En Bangkok se le dará también especial atención a los delitos económicos y financieros, y, a instancias de los países del Sur en desarrollo, se discutirán medidas contra problemas emergentes como el tráfico ilegal de bienes arqueológicos, artísticos e históricos.
El tráfico de propiedad cultural fue mencionado en la apertura. Estos son nuevos problemas cuya gravedad está aumentando, dijo Costa a periodistas.
Por su parte, el ministro de Justicia de Tailandia, Suwat Liptapanlop, expresó preocupación por el crimen cibernético.
Los instrumentos técnicos usados para el comercio y las inversiones están siendo manipulados y empleados como armas. Debemos crear un sistema de alarma temprana contra el crimen cibernético, dijo en el congreso.
La elección de la capital tailandesa como sede del encuentro es oportuna, debido a que es el principal centro de operaciones de las mafias que falsifican documentos para proporcionárselos a los traficantes de personas en Asia sudoriental, señaló el periódico The Bangkok Post.
En los documentos distribuidos a los participantes de la reunión se señala que Tailandia es uno de los países más afectados por las mafias vinculadas con la droga y, en especial, con el tráfico de personas. Muchos niños y niñas de este país caen en redes internacionales de prostitución y pornografía.
Los delegados tailandeses aprovecharán la conferencia para plantear también su preocupación sobre otros delitos que afectan al país, como el contrabando de petróleo, el tráfico de armas, los asesinatos y secuestros por contrato y el lavado de dinero.