Puerto Rico está bendecido con abundante sol. Su sector energético aún no ha explotado esa ventaja, pero un pequeño aunque creciente grupo de pioneros están hoy dedicados a la instalación de paneles solares fotovoltaicos.
Uno de ellos es Emmanuel Pérez, quien brinda asesoramiento y diseña sistemas de energía solar para aquellos interesados en sacarse de encima las onerosas facturas de la estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
Pérez, quien vive en la localidad montañesa de San Sebastián, es un incansable defensor de las fuentes renovables de energía y de las políticas alternativas en la materia.
Alguien que construye una casa lejos de la red de electricidad verá que la energía alternativa es más competitiva que la ofrecida por la AEE, sostuvo el experto y activista.
En la localidad de Camuy, cercana a San Sebastián, uno de los clientes de Pérez construyó una casa a 100 metros de la línea de energía más cercana. La AEE le pidió 12.000 dólares por la conexión. Pérez, en cambio, le instaló paneles solares a un costo único de 13.000 dólares.
En realidad, ahorró dinero. Eso fue hace cinco años, y mi vecino no pagó ni una factura, dijo.
La energía renovable avanza en todo el mundo. La facturación por equipos e instalación habrá subido de 4.700 millones de dólares en 2003 a 30.800 millones en 2013, según Clean Edge, firma consultora radicada en la occidental ciudad estadounidense de San Francisco.
La tecnología de energía solar es hoy unas 10 veces más cara que la de los combustibles fósiles para la generación de grandes cantidades de electricidad, según los Laboratorios Nacionales Sandia, del gobierno de Estados Unidos.
Pero los paneles solares de producción de electricidad, que costaban 100 dólares por watt en 1976, hoy se venden a menos de tres dólares por watt, y se prevé que los costos caerán a un ritmo de cinco por ciento al año aun si no se producen grandes avances tecnológicos.
El viento y el sol son las fuentes de energía de más rápido crecimiento en el mundo. La capacidad instalada de generación solar se multiplicó por siete desde mediados de los años 90, y la de energía eólica, por 13, informó en 2004 el Worldwatch Institute, centro académico radicado en Washington.
Esto implica un crecimiento anual de 22 por ciento para la energía solar y de 30 por ciento para la eólica en el último decenio, agregó. Estas cifras están más cerca de las computadoras y las telecomunicaciones que de las tasas de crecimiento de un dígito de las energías tradicionales, explicó el Worldwatch Institute.
Pero si la energía solar resulta una inversión atractiva en viviendas y comunidades aisladas, la situación es muy distinta en zonas urbanizadas.
En las ciudades, el costo de la conexión eléctrica tradicional es considerado un gasto de construcción y se oculta en la hipoteca de las viviendas, explicó Pérez. Así que no se sabe cuál es. No podemos competir así, pues se desconocen los costos de conexión, añadió.
La quema de combustibles fósiles por parte de AEE y las compañías que contrata también tiene un importante costo ambiental. Sus centrales de energía contaminan el aire y son un riesgo de salud para las personas, según Pérez.
La costa meridional de Puerto Rico cuenta con cuatro plantas: dos termoeléctricas de AEE, alimentadas con petróleo, otra operada por la firma Ecoeléctrica, a base de gas natural, y otra de la corporación AES, a carbón.
Estos generadores de energía son un peligro para el Bosque Seco Guánica, considerado por ambientalistas y científicos una maravilla única en el mundo pero afectada por la lluvia ácida.
La educación hace avanzar a la sociedad hacia la sustentabilidad y el consumo consciente, dijo Pérez. El sistema de enseñanza debería enseñar a niños y niñas cómo reducir el uso y desperdicio de electricidad, agregó.
Los consumidores deberían exigir un sistema de energía más eficiente. Al comprar un refrigerador, pro ejemplo, puede consultarse la información dispuesta por el Departamento (ministerio) de Energía de Estados Unidos sobre su gasto de energía, indicó Pérez.
Y las diferencias son enormes. Hay heladeras que gastan 900 watts por día, y otros de las mismas dimensiones que usan 2.200. ¡Y debemos tirar esas bombillas incandescentes! El gasto inicial en bombillas fluorescentes es alto, pero uno de 15 watts es tan luminoso como uno incandescente de 60, ejemplificó.
El Departamento de Recursos Naturales de Puerto Rico tiene una oficina de energía a cargo de promover su uso sustentable, pero los activistas no se muestran muy impresionados con su trabajo.
Si el gobierno no escucha, algunos individuos y organizaciones sí lo hacen. La organización comunitaria Casa Pueblo, ganadora de premios internacionales ambientales, consume electricidad producida por paneles que instaló Pérez.
Creemos haber alcanzado un nuevo nivel de libertad con la energía solar. Rompemos la dependencia y avanzamos hacia la autonomía, dijo el director de Casa Pueblo, Alexis Massol.