La relación de dos soldados en el exterior por cada uno en el país de origen se opone a la relación que los estrategas militares consideran necesaria para mantener un despliegue a largo plazo. Pero esa es exactamente la situación militar de Estados Unidos.
Más de 300.000 de los 482.000 soldados del ejército estadounidense están desplegados en el exterior, en su mayoría en Iraq, Afganistán, Corea del Sur y la antigua Yugoslavia.
Para corregir esa relación, se precisarían 100.000 nuevos soldados en el país, pero el gobierno admite que no hay oferta.
Ninguno de los cuatro servicios militares del país llenó sus cuotas de enrolamiento el año pasado, mientras que el nivel de reclutamiento del ejército regular, la reserva y la Guardia Nacional se encuentra en su punto más bajo en 30 años.
Debido a la falta de personal militar, el Pentágono (Departamento de Defensa) se basa en las rotaciones para mantener una fuerza de 150.000 soldados en Iraq. Sin embargo, una encuesta financiada por el propio Pentágono reveló a fines de 2003 que 49 por ciento de los soldados no tenía pensado volverse a enrolar, y es probable que ese porcentaje sea mayor ahora.
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Sin un influjo importante de nuevos reclutas y ante la insostenibilidad de la dependencia de las reservas y de la Guardia Nacional, crecen los rumores sobre una leva forzosa, alentados a fines de marzo por un informe del Sistema de Servicio Selectivo que aseguró al presidente George W. Bush que estaría listo para implementar una leva en 75 días.
El pasado septiembre, el Pentágono solicitó a los 40.000 miembros de la Guardia Nacional que constituyen casi la mitad de las fuerzas estadounidenses en Iraq que permanecieran en servicio activo más allá del plazo previsto, la mayoría hasta 2031. Algunos soldados iniciaron acciones judiciales.
Esta acción presidencial, conocida como detención de fugas, sólo está destinada a emergencias o a guerras declaradas por el Congreso. Iraq no corresponde a ninguno de los dos casos.
El jefe de la Reserva del ejército expresó en un memorando que el sobredespliegue ha afectado la disposición de su tropa y que ésta se ha convertido en una fuerza quebrada.
Casi desesperado, el Pentagonó llamó a más de 5.500 reservas listas, hombres y mujeres mayores cuyo servicio regular en la reserva terminó, y que en muchos casos ya son abuelos. El ejército planea lanzar una campaña publicitaria de 150 millones de dólares para aumentar el número de reclutas.
Jeffrey Record, un profesor visitante en el Air War College (Escuela de Guerra Aérea), afirmó en enero de 2004 que el ejército estadounidense está cerca del punto de quiebre.
Y Charles Moskos, creador de la política Don't ask, don't tell (No preguntes, no cuentes) sobre los soldados homosexuales y ex asesor presidencial sobre asuntos militares, declaró el pasado julio que no se puede alcanzar el número de soldados necesarios en Iraq sin una leva.
Desde la guerra de Vietnam (1960-1975), la palabra leva casi no se menciona. Pero la combinación de la creciente necesidad de soldados con la escasez de nuevos reclutas y un gobierno que mira con sospecha a Irán, Siria y Corea del Norte, ha llevado a distintos medios de prensa, desde la revista Rolling Stone a la Time, a retomar el asunto.
Mientras, sectores de izquierda se preparan para contrarrestar una potencial leva y golpear a la ocupación de Iraq en su parte más vulnerable: el reclutamiento militar.
El pasado fin de semana, activistas y ex militares que se negaron a combatir se reunieron en una conferencia de juventud y resistencia en Nueva York, organizada por el movimiento No Draft, No Way (No a la leva, de ningún modo).
Los participantes presentaron un plan para apoyar y alentar la resistencia al combate en el ejército y a cortar los canales de información y métodos de reclutamiento usados por organismos como el Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva.
Bush y (el secretario de Defensa, Donald) Rumsfeld aseguraron que no habría leva, recordó Dustin Langley, ex oficial de la Armada y organizador de la campaña No Draft, No Way.
Se trata de los mismos hombres que dijeron 'sabemos dónde están las armas de destrucción masiva' (en Iraq, que nunca se encontraron), 'devolveré la dignidad a la Casa Blanca' y 'seremos recibidos como los libertadores de Iraq', observó Langley.
Para una leva, sólo se precisa que el Congreso se reúna y apruebe una ley, señaló. Los reclutadores militarse no tienen derecho a pisar los campus (universitarios) a mentirnos ni a llevar a nuestros hijos a una muerte prematura, concluyó.