Los donantes de Kenia exigieron al gobierno del presidente Mwai Kibaki resultados concretos en la lucha contra la corrupción a cambio de la continuidad del respaldo financiero.
Queremos subrayar que el nivel de la ayuda en definitiva dependerá del éxito del gobierno en la puesta en práctica del plan de recuperación económica y, sobre todo, en la lucha contra la corrupción, afirmó el saliente director del Banco Mundial para Kenia, Eritrea y Somalia, Makhtar Diop, al participar de la segunda reunión del Grupo Consultivo de donantes realizada esta semana en Nairobi.
En el encuentro, el 11 y el 12 de este mes, se analizó la marcha de la denominada Estrategia para la Recuperación Económica, lanzada por Kibaki poco después de asumir el poder en diciembre de 2002. Asistieron delegados de los países donantes, miembros del parlamento, autoridades del gobierno, empresarios y representantes de la sociedad civil.
El plan de Kibaki tiene el objetivo de crear un ambiente de estabilidad económica, mejorar la gobernanza y rehabilitar la infraestructura de este país de 31,9 millones de personas.
La primera reunión consultiva de los donantes se realizó también en la capital keniata en noviembre de 2003.
El embajador británico en Nairobi, Edward Clay, señaló en el encuentro de esta semana que la corrupción le ha costado a este país más de 187 millones de dólares desde que Kibaki asumió la presidencia.
Pero el gobierno rechazó las críticas. Es gratificante ver que la administración sana de las políticas macroeconómicas ya comenzó a dar resultados positivos. Por ejemplo, el producto interno bruto aumentó 2,6 por ciento en 2004 y se espera que este año crezca 3,5 por ciento, destacó el ministro de Finanzas, David Mwiraria.
Mientras, Diop indicó que las cifras del gobierno revelan que Kenia está muy lejos de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, fijados en una sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 2000.
Algunas de las metas son garantizar para 2015 la educación universal de niños y niñas, y reducir a la mitad, respecto de 1990, la proporción población de pobres, de hambrientos y de personas sin acceso a agua potable.
Kenia se quedó sin financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2001, luego de que el gobierno del presidente Daniel Arap Moi (1978-2002) se viera envuelto en denuncias de corrupción.
Sin embargo, el FMI cambió de opinión luego de la reunión de donantes de 2003, y le otorgó a Nairobi un préstamo de 252 millones de dólares.
En junio de 2004, el Banco Mundial aprobó un crédito por 263 millones de dólares para proyectos de desarrollo en transporte, agricultura y suministro de agua.
Si Kenia refuerza sus leyes podrá ser un ejemplo en la lucha contra la corrupción, la meta que se trazó el actual gobierno cuando asumió, dijo Diop.
La Unión Europea también expresó preocupación por la situación en Kenia. El jefe de la delegación del boque en la reunión de esta semana, Derek Fee, dijo a periodistas que Kibaki debería tomar medidas contra sus funcionarios implicados en casos de corrupción.
El ministro de Seguridad Nacional, Chris Murungaru, es acusado por una serie de irregularidades en la licitación para la construcción de un laboratorio forense en el Departamento de Investigaciones.
Kibaki destacó a los donantes que impulsó en 2003 la Ley Anticorrupción y Delitos Económicos, que creó a su vez la Comisión Anticorrupción de Kenia.
Este órgano sigue de cerca los pasos de los funcionarios del gobierno, pero no tiene potestad para llevarlos a juicio. No obstante, ya entregó 47 casos a la Fiscalía General.
Mientras, la administración de Kibaki también intenta remover los obstáculos al crecimiento económico.
Trabajamos para crear un ambiente ideal que promueva las inversiones del sector privado. Lo estamos haciendo, pero todavía en forma lenta, dijo a IPS el ministro de Comercio, Mukhisa Kituyi.
Uno de los principales obstáculos para lograr este ambiente es la inseguridad. Los casos de homicidio en Kenia aumentaron 43,3 entre enero y febrero respecto del mismo lapso del año anterior, según datos de la policía. (