La población portadora del virus del sida en Rusia creció 10 por ciento en el último año y los más afectados son hoy los jóvenes de entre 18 y 29 años, advirtieron expertos.
Cuatro millones de usuarios de drogas inyectables están en peligro, si es que no contrajeron ya el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, según los especialistas de diversas organizaciones.
La cantidad de portadores de VIH se elevó de 270.000 a comienzos de 2004 a 300.000, informó a IPS Natalya Ladnaya, investigadora del Centro Federal de Sida. El ritmo de contagio entre los jóvenes de 18 a 20 años es alarmante, afirmó.
El avance de la epidemia de sida en Rusia es uno de los más rápidos del mundo, dijo Ladnaya. El virus se transmitió en primera instancia entre los consumidores de drogas intravenosas, pero ahora aumenta la incidencia del contagio sexual.
Más de 40 por ciento de los casos de VIH constatados este último año correspondieron a mujeres jóvenes que lo contrajeron por esa vía, indicó la experta.
Los jóvenes sexualmente activos de más de 20 años son los que se arriesgan más. Eso pone a Rusia ante la amenaza de una catástrofe demográfica con un muy peligroso potencial económico, explicó.
La rápida diseminación del VIH representa un sobrepeso significativo para el ya complicado sistema de salud de Rusia, dijo Vadim Pokrovsky, director del Centro Federal del Sida, una organización independiente parcialmente financiada por el Estado.
La esperanza de vida de los hombres rusos es de 60 años promedio, mucho más baja que la del resto de Europa. La merma de la población hace cada vez más urgente la necesidad de poner freno al sida.
Pokrovsky sostuvo que las cifras oficiales se refieren solo a los casos registrados por las autoridades. Algunas estimaciones independientes indican que uno por ciento de la población, es decir entre 1,0 y 1,5 millones de personas, están infectadas.
Lo más probable es que la epidemia avance del mismo modo que en África, donde la principal fuente de contagio es el sexo, dijo el experto.
Necesitamos influir y educar a la gente para que se cuiden. Pero si para 2010 los rusos siguen contagiándose con el VIH al mismo ritmo que ahora, será porque no hubo voluntad para cambiar el comportamiento social, sostuvo.
Algunos expertos sugieren que las cifras reales podrían ser 10 veces mayores a las oficiales porque muchos aún no saben si están infectados.
La Duma (cámara baja parlamentaria) está preocupada por encontrar algún tipo de entendimiento acerca de la seriedad de la epidemia y sus posibles consecuencias de largo plazo, dijo a IPS la legisladora Tatyana Yakovleva.
Funcionarios del gobierno calcularon que unos cuatro millones de personas son usuarios habituales de drogas inyectables, la mayoría jóvenes.
La epidemia en este país alcanzó dimensiones peligrosas, advirtió John Tedstrom, de la no gubernamental Alianza Transatlántica contra el Sida. Existen señales de un aumento en las infecciones entre jóvenes heterosexuales por vía sexual, sostuvo.
Si esa tendencia continúa, la epidemia se saldrá de madre, dijo Tedstrom a IPS. Según su organización, alrededor de 1,5 millones de rusos ya contrajeron el VIH.
El gobierno no ha reconocido públicamente los desafíos ni adoptó una respuesta estratégica adecuada, según el experto. Dadas las implicancias de seguridad, económicas y humanas del VIH en Rusia, la negación no es una opción viable, advirtió.
Es hora de que el gobierno ruso afronte el desafío del sida con un compromiso serio para mejorar la vida de los ya infectados e impedir una mayor propagación de la enfermedad, enfatizó Tedstrom.
Según una reciente investigación, más de la mitad de la población de Moscú cuenta con información inadecuada sobre la transmisión del VIH, y que 45 por ciento de los habitantes de la capital apoyarían programas de aislamiento de los portadores del resto de la sociedad.
Las campañas públicas contra el sida parecen haberse diluido. Los avisos que promueven el uso de condones en medios de comunicación desaparecieron de la vista, incluso de los carteles callejeros.
Si Rusia quiere realmente combatir la enfermedad, debe combatir esa lucha en un proyecto de largo plazo, indicó Tedstrom.
La prioridad para el país es aumentar o reasignar recursos para luchar contra la enfermedad, agregó Yakovleva. Ese esfuerzo debe incluir un ataque concertado contra el estigma que sufren los portadores, que les impide acceder al tratamiento, afirmó.
El sida no será derrotado persiguiendo a los más vulnerables a la infección, como drogadictos, prostitutas y homosexuales, según Yakovleva.
Se requiere una escalada masiva de esfuerzos de prevención a todos los niveles de la sociedad, pero eso debe concentrarse en difundir información entre los jóvenes y facilitarles servicios, para reducir la alta vulnerabilidad de ese sector, explicó. (