Más de 50.000 mujeres de Rusia son golpeadas por sus esposos o compañeros cada hora, y una de ellas muere, denunció la Asociación Rusa de Centros de Crisis. Pero la ley no considera a la violencia doméstica como un delito específico, y la policía ignora las escasas denuncias.
Basada en las llamadas a sus líneas telefónicas de ayuda, la Asociación, una organización no gubernamental (ONG) con sede en Moscú, estima que sólo cinco a 10 por ciento de las mujeres víctimas de violencia doméstica la denuncian a la policía, y que muchas de sus denuncias no son aceptadas.
Por este motivo, la ONG sugiere que las cifras oficiales sobre violencia doméstica subrepresentan la verdadera escala del problema en este país de 104 millones de habitantes.
Muchas mujeres sufren la violencia doméstica por años, pero no lo hacen público, comentó a IPS María Mojova, trabajadora de un centro de crisis. Estudios recientes señalan que 30 por ciento de todas las mujeres casadas padecen violencia física de manera regular, recordó.
Lo peor es que el gobierno no ofrece protección para las mujeres golpeadas y humilladas dentro de su casa, aunque la violencia contra las mujeres es una violación a los derechos humanos oculta y generalizada, y las autoridades deben reconocerla como tal, exhortó.
Los cambios políticos y económicos sufridos por Rusia en la última década empujaron a millones de familias por debajo de la línea de pobreza, según cifras oficiales. Esto llevó al alcoholismo a muchos hombres, lo que a su vez hizo aumentar la violencia doméstica.
La policía es renuente a involucrarse en lo que considera en general asuntos privados.
Además, el inadecuado sistema nacional de vivienda hace que muchas mujeres se abstengan de denunciar ese delito, porque después no tendrían adónde volver, señalaron asistentes de los centros de crisis.
La ley no considera que la violencia doméstica sea un delito como tal, y las mujeres no cuentan con apoyo social suficiente. Por lo tanto, los hombres que golpean o violan a sus mujeres salen, en general, impunes.
Larisa Korneva, del Centro de Crisis para la Mujer de San Petersburgo, recibe entre 70 y 120 llamadas por mes. Entre 20 y 40 por ciento de las mujeres que llaman desearían hacer la denuncia policial, pero se resisten porque creen que la policía no las ayudará, dijo.
Muchas denuncias policiales de violencia doméstica son rechazadas o no se investigan, mientras que los victimarios no consideran que sus acciones sean criminales, debido al agresivo entrenamiento militar que recibieron, dijo Korneva a IPS.
Por lo tanto, señaló, las mujeres eligen vivir con la violencia o buscan alguna forma de ayuda sin acudir a la policía.
Natalya Abubikirova, directora ejecutiva de la Asociación de Centros de Crisis, declaró que su organización está determinada a cambiar la forma de pensar de autoridades, legisladores, agencias ejecutoras de las leyes, perpetradores de violencia contra la mujer y sus víctimas, para que se den cuenta de que la violencia doméstica es un delito y una violación de los derechos de las mujeres.
No nos cansaremos de exhortar al gobierno a revisar la legislación rusa y plantear propuestas para garantizar los derechos de las mujeres, dijo Abubikirova a IPS.
Nuestro objetivo estratégico es impulsar una ley para la prevención de la violencia contra la mujer, no desde un aspecto social, sino de derechos humanos, explicó.
Bajo presión de grupos feministas rusos e internacionales, el gobierno ha comenzado a reconocer la gravedad del problema, dijo Abubikirova.
Uno de los grupos internacionales que presionó al Kremlin fue Amnistía Internacional, que envió una carta al presidente Vladimir Putin la semana pasada.
Muchas mujeres que han sufrido este tipo de abusos no buscan ayuda por temor a involucrarse más con las autoridades y ser la víctima de un delito sexual también implica un estigma social para las mujeres involucradas, observó la organización con sede en Londres.
Amnistía urgió al Kremlin a hacer que todas las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos sean investigadas de manera profunda e imparcial, y que los culpables sean llevados ante la justicia. (