La absolución judicial en Pakistán de cinco hombres que violaron a una mujer en público, por orden de los ancianos de la aldea donde vivían, echa por tierra la imagen más blanda que este país islámico intenta proyectar a la comunidad internacional.
La Alta Corte de Lahore pronunció el veredicto en vísperas del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este martes, y mientras la ministra pakistaní para el Desarrollo de la Mujer, Nilofar Bajtiar, destacaba ante miles de delegados reunidos en la sede de las Naciones Unidas que el parlamento de su país considera un proyecto para tipificar los asesinatos de honor como homicidio premeditado.
En junio de 2002, Mujtaran Mai, de 30 años, fue violada en público por seis hombres en la aldea de Meerwala, en la oriental provincia de Punjab, como castigo a su hermano, quien supuestamente había tenido relaciones ilegítimas con una mujer de una tribu rival, los mastoi.
Posteriormente, se supo que unos hombres mastoi habían molestado al hermano de Mai e intentaron encubrir el incidente acusándolo de mantener relaciones ilícitas con una mujer de su tribu, informó el diario The New York Times.
Los esfuerzos por resolver la disputa fracasaron y los mastoi, indignados por lo que consideraron una violación de su honor, exigieron venganza, que se tomaron violando en masa y en público a la hermana del acusado.
Un tribunal de primera instancia condenó a muerte a seis hombres en agosto de 2002 por ordenar o perpetrar la violación, y Mai recibió como compensación del gobierno 8.300 dólares, que utilizó para abrir una escuela en su aldea.
Pero el 3 de este mes, la Alta Corte de Lahore revocó el veredicto y absolvió a cinco de los seis acusados, conmutando la sentencia de muerte del sexto por cadena perpetua. El tribunal arguyó que las pruebas presentadas fueron insuficientes y las investigaciones policiales tuvieron graves fallas.
Estoy muy decepcionada con este veredicto. Mi vida y la de mi familia están en peligro ahora, declaró Mai en una conferencia de prensa organizada por un grupo de derechos humanos.
Tasneem Ahmar, activista y directora de la organización de investigación Uks, calificó la sentencia de mancha negra para Pakistán.
No esperábamos esta decisión, dijo, pero ella (Mai) es una mujer muy valiente y determinada.
Desde el primer juicio, Mai ha sido acosada y recibido amenazas de muerte por parte de los mastoi. Aunque recibió varias ofertas para mudarse a un lugar más seguro, Mai desea permanecer en su aldea de Meerwala y pelear su caso hasta el final.
El ministro de Información y Difusión, Rashid Ahmed, anunció la decisión del gobierno de apelar el caso ante la Corte Suprema.
Los incidentes de violación en masa son frecuentes en Pakistán, pero el caso de Mai ganó notoriedad internacional porque el ataque había sido ordenado por el panchayat o consejo de la aldea, un vestigio del sistema feudal.
Kamila Hayat, codirectora de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, culpó al sistema legal por el resultado de la semana pasada.
El gobierno debió garantizar una investigación adecuada del caso, en lugar de permitir las brechas que identificó la Alta Corte de Lahore, dijo Hayat a IPS.
Esto también indica una falta de compromiso de parte del gobierno para combatir los delitos contra la mujer, porque precedentes como éstos sólo pueden estimular más atrocidades. No es posible que la víctima deba sufrir por omisiones de las autoridades, agregó la activista.
Un artículo del diario de lengua inglesa Daily Times, de Lahore, preguntó por qué la policía no pudo reunir evidencia si la violación ocurrió en público.
La periodista Zubeida Mustafá observó que no se puede afirmar que el veredicto sea técnicamente incorrecto, pero expresó que el día de la sentencia fue una jornada triste para quienes luchan por los derechos de las mujeres y las afrentas cometidas contra ellas.
Es necesario llamarles la atención a la policía y al sistema en general, por no ser capaces de producir testigos, que probablemente tenían demasiado miedo para hablar, dijo a IPS.
Zohra Yusuf, miembro de la Comisión de los Derechos Humanos de Pakistán, opinó que la sentencia de la Alta Corte de Lahore indica a los violadores que pueden salir impunes.
Entre tanto, el gobierno sigue complaciendo a los elementos más conversadores, por ejemplo rechazando enmiendas al proyecto de ley sobre asesinatos de honor, señaló Yusuf.
En cuanto a Mai, dijo que ahora es más vulnerable y sólo podrá salir adelante con la ayuda de grupos de los derechos humanos.
Mientras, Mai, haciendo caso omiso de las amenazas de los mastoi, volvió a dar clases en la escuela que construyó. (