Los presidentes Bashar Al Assad, de Siria, y Emile Lahoud, de Líbano, anunciaron con pompas el repliegue sirio del territorio libanés para poner fin a la tensión política. Pero permanecen muchas dudas.
Los mandatarios acordaron una retirada en dos etapas: Los soldados sirios se trasladarán antes de abril al oriental valle de Bekaa, cerca de la frontera. A partir de entonces, Damasco y Beirut tendrán 30 días para decidir el destino final de esas tropas.
No obstante, el anuncio de este lunes, que coincidió con una multitudinaria manifestación popular en Beirut contra la presencia de los 14.000 soldados sirios, no dejó en claro si será una retirada total, como exigieron varios países, entre ellos Estados Unidos y Francia.
Tampoco se especificó si incluirá a los servicios de inteligencia sirios, que tienen oficinas en Beirut y operan en todo el territorio libanés.
El sábado, Al Assad adelantó que retiraría sus tropas en un discurso televisado de dos horas, pero sus declaraciones fueron ambiguas en algunos casos, causando más preocupación que alivio en muchos libaneses.
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Siria no desea estar en Líbano, ni que su presencia sea un factor que cause divisiones internas en ese país, dijo el mandatario, aunque en otros pasajes pareció hacer veladas advertencias sobre las consecuencias que tendría el retiro.
Siria ayudó a poner fin a la guerra civil de Líbano (1975-1990), pero dejó apostados en su territorio varios miles de soldados una vez finalizado el conflicto.
El discurso de Al Assad fue visto a través de dos grandes pantallas en la Plaza de los Mártires, en el centro de Beirut, donde miles de personas acampan desde hace semanas para exigir el retiro de las tropas sirias.
En medio del mar de banderas libanesas se podían ver también carteles pidiendo el repliegue sirio y fotografías del ex primer ministro Rafik Hariri, asesinado el 14 de febrero en un atentado con coche bomba.
La presión de los manifestantes llegó a tal grado en los últimos días que el primer ministro Omar Karami, al que responsabilizaban del asesinato, se vio obligado a presentar su renuncia. Lahoud exigió al parlamento la designación urgente de un reemplazante.
Las autoridades libanesas ordenaron el sábado un fuerte dispositivo de seguridad en Beirut, pues temían reacciones populares al discurso de Al Assad.
Vehículos blindados fueron estacionados a las afueras de las oficinas de los servicios de inteligencia sirios, mientras el ejército bloqueaba los accesos a la Plaza de los Mártires.
Al Assad prometió que va a retirar sus tropas al valle de Bekaa. ¿Desde cuándo Bekaa es territorio sirio?, preguntó Edouard Ghanem, del libanés Movimiento Patriótico Libre.
No dijo nada. Sólo señaló que se tomaría su tiempo. En la política siria eso significa que no va a retirarse de Líbano. Sólo le miente a la comunidad internacional, sostuvo.
Sami Gemayel, hijo del ex presidente libanés Amin Gemayel (1982-1988), se sumó el fin de semana a las manifestaciones en la Plaza de los Mártires.
Las declaraciones de Al Assad fueron puras mentiras. Su descripción de la actual situación y del papel sirio en Líbano fue completamente engañosa. Trató de aparentar que Siria vino a ayudar a los libaneses a reconciliarse, dijo este estudiante de 24 años.
Pero la verdad es que los sirios hicieron todo lo posible para dividirnos e imponerse, añadió.
Muchos identificaron en el discurso de Al Assad amenazas veladas al pueblo libanés.
El discurso estuvo lleno de amenazas. En sus referencias a los años 80, los peores de la guerra civil libanesa, dio a entender que cualquier retiro militar sirio podría derivar en un caos en Líbano y en toda la región, sostuvo el vicepresidente del movimiento Izquierda Democrática, Ziad Majed.
En el frente político, el anuncio del repliegue fue recibido con cauto optimismo.
Walid Jumblatt, uno de los líderes de la oposición, sostuvo que se trata de un primer paso. Es un buen comienzo, pero nosotros queremos un calendario concreto para el repliegue, afirmó.
