El fantasma de la quiebra ronda la industria petrolera mexicana, que carga con 86.000 millones de dólares de deuda, un fisco que absorbe más de 60 por ciento de sus ganancias y una envejecida infraestructura que le quita fuerzas para competir en tiempos de precios en alza del crudo.
La vetusta estructura impositiva que la ahoga y la falta de inversión para mejorar su cadena productiva y encarar prospecciones figuran entre las causas centrales que ponen en riesgo a Petróleos Mexicanos (Pemex), la firma creada por el gobierno de Lázaro Cárdenas tras expropiar en 1938 la industria en manos de capitales británicos y estadounidenses.
Pemex está en crisis debido al esquema fiscal que le impide aprovechar sus recursos y está condenada a la quiebra si no recibe dinero fresco y se modifica su esquema fiscal, explicó a IPS el presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eléctrica (AMEE), Eduardo Andrade.
Si el panorama no cambia, México podría dejar de producir petróleo para 2015 y dependería del extranjero, comentó este experto de AMEE, una organización civil dedicada a producir estudios en la materia y que asesora foros universitarios, empresariales y gubernamentales.
Por eso urge un nuevo marco jurídico que haga viable a Pemex, ya que la empresa necesita reinvertir sus ganancias a fin de evitar el deterioro en que se encuentra, además de elevar y hacer más segura su producción, añadió.
Andrade alertó del alto riesgo que implica quitar recursos a la petrolera estatal, debido a que cada vez aumentan más los costos de operación, además de hipotecar el futuro energético del país por la falta de producción.
México, que sufrió como pocos en la década del 80 el desplome de los precios internacionales del petróleo, tiene en esta actividad hoy el principal contribuyente a las arcas centrales del Estado, además de que los recursos excedentes de las exportaciones son reclamados por los gobiernos estaduales.
El cuarto informe del gobierno de Vicente Fox indica que entre las mayores fuentes de divisas al país se cuentan las exportaciones de petróleo, con 23,6 por ciento, seguidas de las de otros productos del sector con 13,8 por ciento, de los productos agrícolas con 12,5 por ciento y de los artículos ensamblados con 13,6 por ciento.
Luis Martínez Corzo, director de Pemex, precisó que en la actualidad, a 67 años de la expropiación de la industria petrolera, esta empresa es la más endeudada del mundo entre las de su tipo. Por ello, urgió a la Secretaría (ministerio) de Hacienda y al Congreso legislativo a buscar mecanismos que impidan su quiebra sin poner en riesgo la rectoría del Estado.
Por su parte, portavoces del Ministerio de Energía indicaron que, para evitar el declive de los yacimientos, se debe elevar la inversión actual en el sector de 9.000 millones de dólares a 20.000 millones al año, de lo contrario paradójicamente vamos a depender del extranjero.
Pemex, además de abastecer el mercado interno, exportó en 2004 por valor de 21.233 millones de dólares, 19.003 millones de los cuales correspondieron a las ventas a países de América, donde Estados Unidos es el mayor comprador, 1.862 millones a Europa y el resto a Asia oriental.
Fox, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), se comprometió al iniciar su gobierno en 2000 a mantener la rectoría del Estado en Pemex. Sin embargo, en su primer año de administración envió al parlamento una serie de reformas encaminadas a permitir una mayor participación del capital privado en la industria petrolera.
Los partidos de oposición, que logran mayoría en el Congreso, rechazaron las iniciativas y han respondido que, más que capital privado en este sector, lo que apura es un nuevo esquema fiscal para impedir que el gobierno recurra a esos recursos para financiar sus programas.
Mientras las firmas transnacionales petroleras se reparten las jugosas ganancias de los sensibles mercados, donde el crudo ya superó con creces los 50 dólares el barril, Pemex parece no tener una plataforma fija y caen sus reservas probadas y totales a la vez de que aumentan los accidentes en la red de distribución y el robo de combustible por bandas organizadas.
Las reservas probadas en manos de Pemex llegaron en 2003 a 18.900 millones de barriles, pero al finalizar 2004 bajaron a 17.649 millones y en la actualidad sólo permitiría cubrir las necesidades internas durante una década, admitió la empresa estatal.
En lo que se refiere a las reservas totales, que incluyen las probadas y posibles, Pemex informó que cayeron de 48.000 millones de barriles en 2003 a 46.914 millones el año pasado.
En un intento por aligerar la crisis, Martínez Corzo insistió en los últimos días que en aguas profundas del golfo de México se detectaron recursos prospectivos que podrían alcanzar los 54.000 millones de barriles, con un valor superior a los 300.000 millones de dólares.
Empero, se informó que Pemex carece de tecnología, recursos o, en su defecto, de alianzas con grandes productores para poder explotar pozos a grandes profundidades marinas.
El Congreso no se opone a que lleguen más recursos a Pemex y existen mecanismos para ello sin que se pierda la rectoría del Estado sobre la industria petrolera. Sin embargo, lo que le pedimos al gobierno es que deje de financiar sus programas con los recursos del petróleo, dijo a IPS Francisco Javier Carrillo, secretario de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados.
Carrillo, legislador del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, agregó que el gobierno debe poner más atención en la reducción de la plataforma de exportación y dar prioridad a la refinación y a la petroquímica, como se hace en Brasil con la empresa estatal Petrobras.
Apuntó, también, que el deterioro de la industria petrolera ya tiene efectos severos, pues además de la caída de las reservas, el yacimiento de Cantarell, uno de los más importantes en el golfo de México, se está vaciando y no existen recursos suficientes para acelerar nuevas exploraciones.
A pesar de que en 2004 la firma petrolera mexicana logró aumentar 18 por ciento sus ventas respecto del año anterior, se repitió el esquema de endeudamiento implantado hace 11 años, a través del cual se subsidian los planes gubernamentales de desarrollo.
Las fuentes consultadas por IPS coincidieron en que la vulnerabilidad de Pemex radica en la carga fiscal que arrastra desde las administraciones del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que se mantuvo siete décadas en el poder hasta 2000.
En los cuatro años de gobierno de Fox, la empresa ha aportado en impuestos 75 por ciento de los ingresos totales para apuntalar los proyectos de desarrollo, admitió el director Martínez Corzo.
A la par de que se hace el recuento de daños en Pemex y los legisladores y gobierno tratan de allanar el camino para la recuperación económica de la empresa, el mercado internacional del crudo mantiene su tendencia alcista.
Entre las causas del elevado costo del crudo se cuentan ahora la intención de China de explotar sus propias reservas energéticas y el comportamiento de las existencias de Estados Unidos tras el accidente registrado en una planta productora de gasolina en el meridional estado de Texas, comentó el analista Eduardo Torres, de la consultora BBV Bancomer.
Torres consideró que la volatilidad en el precio del crudo se mantendrá hasta la mitad de año, mientras sigue latente la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, de la cual México es ajena, de incrementar su producción diaria en 500.000 barriles para tratar de bajar los precios en los mercados.
La volatilidad del precio del crudo persiste, pero con beneficios a quienes tienen mayor presencia en el mercado.
México, aunque también recibe parte de esos beneficios, éstos serían mayores si Pemex no tuviese que desprenderse de más de la mitad de sus ganancias en pagos al fisco y en multas millonarias por accidentes en sus redes de distribución, que sólo en el actual periodo de gobierno ya suman casi cinco millones de dólares.