EDUCACIÓN: Volver a lo humano

La Unesco lanzó un llamado desde Chile a los gobiernos y la sociedad civil para reivindicar el sentido humanista de la educación y la cultura a través de políticas concretas que lleguen a las aulas.

Con esa aspiración se llevó a cabo el encuentro internacional ”Sentidos de la educación y la cultura: cultivar la humanidad”, inaugurado el miércoles en Santiago con una reunión abierta a todo público, y que continúa con un taller para especialistas en Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de la capital chilena, este jueves y el viernes.

En la visión de la Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), ante la crisis de sentido que afecta a la educación hay que recuperar el enfoque humanista como principal orientador de las políticas públicas de los Estados en la materia.

El encuentro fue organizado por la Oficina Regional de Educación de la Unesco para América Latina y el Caribe (Orealc), el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y el Ministerio de Educación de Chile, con el auspicio de la Embajada de Francia y la colaboración de la Universidad de Chile.

Fueron expositores Luc Ferry, ex ministro de Educación de Francia, Roberto Carneiro, filósofo y académico portugués, el filósofo español Fernando Savater, que ofreció una vídeoconferencia desde Madrid, y Humberto Maturana , Premio Nacional de Ciencias de Chile, entre otros especialistas.

Los paneles temáticos abordaron los problemas de la generación, distribución y uso del conocimiento en la era global, y los desafíos que afronta la educación en relación con la participación, la diversidad, la equidad y el desarrollo social.

Con la globalización como telón de fondo, y en el contexto de los vertiginosos cambios experimentados por la sociedad que imbrican las culturas y tensionan lo local, la educación debe procurar sujetos autónomos para desempeñarse en complejos escenarios, según participantes en el encuentro.

Se sostuvo que el desafío de la educación es articular el concepto de ”ciudadano del mundo”, con lenguaje global y patrimonio universal, y el de ”ciudadano local”, con lenguaje y patrimonio propios, .

La globalización acerca a los pueblos, pero su gran desventaja es la ”hegemonía de unas culturas que tienden a oscurecer las demás, por lo que hay que buscar un equilibrio para que no sea un consumo pasivo de lo que viene de los grande, sino que exista un intercambio”, dijo a IPS la escritora de literatura infantil brasileña Ana María Machado.

Dentro de la diversidad de políticas adoptadas por los países latinoamericanos para fortalecer las culturas locales, ”empieza a existir una conciencia de lo importante que es aprovechar con creatividad las instancias de la globalización”, reconoció.

La también brasileña Maria Luiza Machado, directora de la Orealc, aseguró que ya no es suficiente proporcionar las competencias básicas a los niños y jóvenes de hoy sino que se debe prepararlos para ejercer la soberanía y trabajar por la democracia y la paz.

Por ello es necesario ampliar los espacios de aprendizaje hacia la ética, la filosofía, las artes y la ”vida misma”, porque conocimientos y aprendizajes que se multiplicaron aún no llegan a la escuela. El desafío es lograr una educación al servicio de las relaciones humanas, adujo.

En ese sentido, el ex ministro de Educación francés (2002-2004) y panelista invitado Luc Ferry dijo a IPS que es preciso ”hacer una reflexión profunda sobre la justicia social, la educación, la igualdad, la equidad, como también sobre la labor de la mujer, la comunidad y la religión”.

El ministro de Cultura y Artes de Chile, José Weinstein, emplazó a romper el ensimismamiento en que considera que se halla la educación. ”No queremos que el sistema escolar se vuelva autorreferente, sino que mire a la sociedad, a la humanidad en sus diferentes dimensiones, y establezca puentes con todos los sectores”, afirmó.

El arte ”es necesario para que el sistema escolar pueda cultivar la humanidad y la identidad común, porque los artistas nombran, pintan o cantan lo propio”, explicó.

El alejamiento del arte del ciudadano de hoy quedó de manifiesto en una encuesta realizada por el Ministerio de Cultura, donde sólo un 40 por ciento de los santiaguinos entrevistados dijeron haber leído un libro en 2004.

De los adultos de nivel socioeconómico bajo, apenas seis por ciento habían ido al cine ese año.

Álvaro Marchesi, asesor del Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, La Laguna y Salamanca, propuso una estrategia para humanizar la educación, que incluye valorizar a los profesores, combatr la segregación escolar y, principalmente, cambiar el estilo escolar hacia lo narrativo, con una hora de lectura diaria.

Ana María Machado destacó que la narración guarda la memoria y la sabiduría, y constituye una barrera para el olvido. ”Leer historias ajenas amplía las experiencias, incorpora a nuestra conciencia diferentes niveles de vida, se reconocen obstáculos, sopesan las dificultades y la forma de salvarlos”, argumentó.

Por ello, la escritora espera que la propuesta de Unesco ”se traduzca en políticas concretas, porque la gran salida para los impasses de la educación en el mundo hoy es la valoración de lo humano y la integración entre los distintos sectores de la cultura, especialmente la narrativa”.

Además de lamentar la pérdida de liderazgo de la Unesco en el sistema educativo, Araceli de Tezanos, investigadora del colombiano Instituto de Pedagogía de la Universidad de Antioquia, señaló a IPS que esa organización ”había logrado un proceso de codificación de conceptos utilizados en las escuelas y en la formación de maestros, que permitía diálogos enriquecedores entre distintas formaciones sociales y culturales”.

Desde su experiencia de maestra de primaria en Uruguay y profesora universitaria en Colombia y Chile, De Tezanos enfatizó que ”no se puede educar sin pensar que esos muchachos y muchachas son seres humanos, con distintos modo de pensar y visiones de mundo, pero que la escuela los integra a un concepto cultural más amplio”.

La educadora pidió retomar las directrices educativas de la Unesco en los años 50 y 60, con ”experiencias educativas como los sistemas de las escuelas unificadas rurales o programas de enseñanza de la ciencias que se terminaron por falta de financiamiento y contribución de los Estados”.

En opinión de Marchesi, la propuesta de la Unesco es de largo alcance, y ”los gobiernos y sus ministerios la deben traducir en políticas y programas concretos, aplicables por los maestros y transformadores para los alumnos, donde cada uno cumpla su misión y asuma sus responsabilidades”, según dijo a IPS.

El riesgo de estas propuestas es quedarse en los discursos teóricos, lejos de los ”millones de maestros que están peleando junto con sus alumnos en su sala de aula, y millones de padres que están también peleando junto con sus hijos adolescentes”, arguyó.

”Mientras la sociedad orienta a los alumnos hacia la competencia, la insolidaridad, la segregación, la separación de unos con otros, debemos oponer, en la práctica y en la acción, la integración, solidaridad, valores y humanización”, enfatizó el experto.

”Es una contradicción permanente en la que debemos vivir, pero en la medida que la sociedad cambie, la educación también lo hará, y viceversa ”, aseguró. (

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