La economía de Brasil creció 5,2 por ciento en 2004, el mejor resultado desde 1994, impulsada principalmente por la recuperación de la demanda interna, aseguró el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El consumo de las familias aumentó 4,3 por ciento, en especial por la expansión de 22,2 por ciento en el crédito a los consumidores, afirma el reporte divulgado este martes.
El crédito fue decisivo, porque hubo gran aumento de las compras de bienes durables, que en buena medida dependen de la financiación, explicó Rebeca Palis, gerenta de cuentas nacionales del IBGE.
Brasil es un país de crédito escaso e intereses de más de ciento por ciento para los consumidores, pero el año pasado se crearon algunos mecanismos, como préstamos a asalariados y jubilados, cobrados en cuotas y mediante descuentos de los salarios, que registraron rápida expansión.
Esta es una contradicción de la política económica actual señalada por muchos economistas. Mientras el Banco Central impone una rígida política monetaria, elevando su tasa básica de interés para contener la inflación, el crédito al consumidor se expande a intereses más bajos, alimentando el alza de los precios.
Pero también contribuyó el riguroso ajuste realizado en 2003, primer año de gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuando la tasa básica de interés alcanzó 23,1 por ciento al año, destacó Joao Hallak, técnico de cuentas nacionales del IBGE. En 2004, esa tasa pudo bajar a un promedio de 16,3 por ciento.
En ese contexto, la industria fue la locomotora del crecimiento económico de 2004, al contrario de años anteriores. Creció 6,2 por ciento, seguida por la agricultura, con 5,3 por ciento. El sector de servicios se limitó a una expansión de 3,7 por ciento.
Para sostener ese crecimiento será necesario mejorar las condiciones del país, con reducción de los intereses, de la burocracia y de los impuestos, reclamó el presidente de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Armando Monteiro Neto.
Fue especialmente la industria de transformación, cuya producción aumentó 7,7 por ciento, la que encabezó el excelente resultado de 2004, acotó.
Otra buena noticia para la economía brasileña fueron las exportaciones de los doce últimos meses, que por primera vez superaron la barrera de los 100.000 millones de dólares.
En febrero Brasil exportó 7.756 millones de dólares, un récord en ese mes, acumulando 100.153 millones de dólares desde marzo de 2004. El superávit comercial en estos doce meses alcanzó 35.099 millones de dólares, una cifra también sin precedentes.
El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Luiz Fernando Furlán, celebró el resultado, reafirmando la meta de 108.000 millones de dólares en exportaciones este año, con un aumento de 12 por ciento respecto de 2004. En el año pasado la expansión exportadora fue de 32 por ciento.
Las ventas al exterior, que hasta 2001 representaban cerca de diez por ciento del producto interno bruto (PIB), ahora alcanzan 18 por ciento, lo que indica una economía más abierta y menos vulnerable, observó el presidente de la CNI.
Pero los industriales no comparten el optimismo del ministro. Este año prevén ventas totales estancadas en 100,2 millones de dólares, debido al tipo de cambio desfavorable. En mayo de 2004 la moneda nacional se cotizaba a 3,20 reales por dólar, ahora oscila en torno de 2,60 reales, lo cual reduce los ingresos exportadores.
Buena parte de la sobrevaluación del real se debe a la elevación gradual de la tasa básica de intereses fijada por el Banco Central, que era de 16 por ciento en septiembre y ahora se sitúa en 18,75.
Esa tasa remunera afecta a más de la mitad de los títulos de la deuda pública brasileña y su alza atrajo capitales extranjeros especulativos, y forzó la caída del dólar frente al real.
El ministro Furlán, sin embargo, defiende una flexibilización de las reglas de cambio de divisas, ampliando de 180 días a un año el plazo para que los exportadores conviertan los dólares obtenidos en reales. De esa forma sus ingresos tendrán menos impacto en el tipo de cambio, evitando oscilaciones.
Furlán espera que esa modificación rija desde fines de este mes, de manera que las exportaciones sigan contribuyendo al crecimiento económico que, en su opinión, superará cuatro por ciento este año. La mayoría de los analistas, sin embargo, prevén solo 3,5 por ciento de expansión del PIB.