No están interesadas en comprar ni usar el producto, pero están condenadas a pagar un alto precio por ellas, denunciaron activistas acerca de millones de mujeres que sufren las consecuencias del multimillonario tráfico ilegal de armas pequeñas.
En todo el mundo, mujeres y niñas padecen violencia indiscriminada, destaca un nuevo informe preparado conjuntamente por las organizaciones Amnistía Internacional, Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas (IANSA) y Oxfam Internacional.
Actualmente circulan por el mundo 650 millones de armas, en su gran mayoría propiedad de hombres, dice el informe, titulado Los efectos de las armas en la vida de las mujeres.
Son innumerables las mujeres y niñas de todo el mundo que han resultado heridas o muertas a causa de los disparos. Millones más viven bajo el temor de la violencia armada, dice Amnistía, una organización de defensa de los derechos humanos con sede en Londres, en su sitio web.
Investigadores de Amnistía identificaron más de 11 empresas que fabrican armas pequeñas y municiones al menos en 98 países, y creen que estas cifras tienden a aumentar.
Aunque no existen cifras sólidas sobre la venta ilegal de armas pequeñas, se sabe que las ventas legales suman 21.000 millones de dólares al año. Esas armas incluyen pistolas, revólveres, rifles y metralletas livianas.
La violencia con armas ocurre en todo el mundo. No sólo en países en desarrollo; también en países industrializados, señaló Saira Rees-Roberts, de Amnistía Internacional.
Rees-Roberts negó que las armas sean necesarias para la protección personal, y citó un dato incluido en el informe de que, en Estados Unidos, tener un arma en el hogar aumenta en 41 por ciento el riesgo de que un miembro de la casa muera.
Mientras, en Sudáfrica, una mujer muere por disparos de su pareja o ex pareja cada 18 horas.
La proliferación de armas continúa porque algunos gobiernos son rehenes de los intereses económicos de los fabricantes, mientras otros son renuentes a tomar medidas sobre control de armas por razones políticas.
Por ejemplo, el gobierno de Estados Unidos está bajo presión de la Asociación Nacional del Rifle, comentó Rebecca Peters, de IANSA. Y otros gobiernos no detienen la proliferación de armas por motivos políticos, agregó.
Sin embargo, como resultado de la campaña de los activistas, algunos países adoptaron varias medidas para promover el control de armas, con efectos positivos.
Entre 1995, año en que Canadá restringió sus leyes sobre armas de fuego, y 2003, el índice de homicidios de mujeres por armas de fuego se redujo un 40 por ciento, dice el informe.
En Australia, cinco años después de que en 1996 se revisaran las leyes sobre armas de fuego, el índice de homicidios de mujeres por armas de fuego se había reducido a la mitad, agrega el documento.
Pero las mujeres no sufren solamente por el uso directo de armas contra ellas.
Es la mujer la que sufre cuando el esposo o hijo muere, y muchas veces debe asumir la responsabilidad económica por toda la familia, dijo Peters.
El informe hace una serie de recomendaciones, entre ellas obligar a que cualquier persona que desee ser propietaria de un arma de fuego disponga de una licencia, utilizando criterios estrictos que excluyan de su concesión a personas con antecedentes de violencia en el ámbito familiar.
Asimismo, recomienda prohibir la violencia contra las mujeres en la legislación nacional tipificándola como un delito penal, introduciendo penas efectivas para los autores y remedios para las supervivientes, y garantizando que estas leyes se apliquen plenamente.
Otra recomendación es el establecimiento de un Tratado sobre el Comercio de Armas que prohíba las exportaciones de armas a aquellos que puedan utilizarlas para perpetrar actos violentos contra mujeres y otras violaciones de los derechos humanos.